Gene Getz – Rico de Todas Maneras - Ondas del Reino

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CAPÍTUU) 19 Pedir prestado, prestar y deuda Lo QUE DIJO Pablo en Romanos 13:8 motiva una pregunta. ¿Qué guía hay en las Escrituras en cuanto a pedir dinero prestado? ¿Cuándo es esto incorrecto? ¿Cuándo es esto poco sabio? ¿Cuándo es apropiado? La perspectiva de Jesús No es necesario revisar todo lo que hizo Jesús para hablar acerca de los préstamos de dinero y las deudas, excepto decir que al dirigir este tema él nunca lo declaró como correcto o incorrecto. En su lugar, reconoció la práctica de pedir dinero prestado y prestar dinero en el Imperio Romano sin formular juicios de valor. Incluso más, como ya notamos antes en nuestro estudio, con frecuencia él usó estos escenarios económicos como un material ilustrativo para enseñar las verdades espirituales. Como en todos los sistemas de libre comercio, la economía del Imperio Romano estaba altamente integrada, con sistemas financieros que involucraban el estar endeudados. Jesús comprendió esto y enseñó a la gente cómo vivir una vida recta y espiritual en esa clase de sociedad. Una perspectiva del Antiguo Testamento Para comprender la voluntad de Dios en cuanto a las deudas financieras, es importante ver con cuidado algunas enseñanzas del Antiguo Testa- 203

P\HTE 6: PHI"CIPIOS DEL TERCEH \HJE \IISIO"EHO mento. Interpretar estas enseñanzas con precisión significa que debemos comprender las diferencias culturales, económicas y espirituales que existían en Israel, antes de que la nación cayera cautiva y más tarde antes de que se convirtiera en una parte del Imperio Romano. El escenario cultural y económico A.E. Willingale nos da algunas perspectivas útiles cuando habla sobre el tiempo en que Israel ocupó su propia tierra y determinó su destino económico como una nación: Los préstamos en Israel no eran comerciales sino caritativos, que se daban no para ayudar a un comerciante a establecer o expandir un negocio sino para permitir que un campesino sobrevivieran un tiempo de pobreza. Ya que la economía agrícola fue la que predominó hasta el fin de la monarquía, no se desarrolló ningún análogo al sistema de préstamos comerciales que ya existía en Babilonia en el 2000 a.e. Por lo tanto, la legislación no contiene regulaciones comerciales sino exhortaciones para ser buenos vecinos.' Al principio no había necesidad para el pueblo de Israel de comprar propiedades, ya que ellos las recibieron de gratis del mismo Dios. Antes de entrar a Canaán, Moisés les recordó que ellos recibirían ciudades grandes, florecientes que no habían edificado, casas llenas de todo tipo de bienes que no habían acumulado, cisternas que no habían cavado y viñas y olivares que no plantaron (Deuteronomio 6:10-11). Debido a las provisiones materiales de Dios, los israelitas no tuvieron necesidad de establecer negocios basados en el libre comercio. Ellos podían ganar el sustento para vivir de la tierra que habían recibido gratis. Al principio, por lo menos, no fue necesario ningún tipo de préstamo para el negocio. El escenario espiritual Dios también le prometió a su pueblo que les proveería bendiciones poco comunes si lo obedecían. Nótense estas palabras de Moisés: «El Señor abrirá los cielos, su generoso tesoro, para derramar a su debido tiempo la 204 CAPÍTLLO 19: PEDIR PRESTADO, PRESHR y DELDA lluvia sobre la tierra, y para bendecir todo el trabajo de sus manos. Tú les prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado de nadie» (Deuteronomio 28:12). Si Israel obedecía a Dios, sería una nación libre de cualquier necesidad de ayuda económica proveniente de otras naciones. Sería capaz de prestar dinero a otras naciones en necesidad, lo que sería un testimonio dinámico para los vecinos paganos. En contraste, si los israelitas desobedecían a Dios, se deterioraría económicamente. No solo las personas serían incapaces de satisfacer sus propias necesidades, sino que para sobrevivir tendrían que pedir prestado de sus vecinos paganos (Deuteronomio 28:47-48). Cuando Jesús caminó entre los hijos de Israel, este escenario económico había cambiado. Ahora Israel existía en un ambiente totalmente diferente y para sobrevivir la gente tenía que adaptar sus leyes a una economía comercial. Jesús reconoció y aceptó esta realidad. Interpretación y aplicación actual Nuestros desafíos como cristianos viviendo en nuestra cultura del siglo veintiuno es interpretar y aplicar ciertas enseñanzas del Antiguo Testamento sin trasplantar las leyes del Antiguo Testamento a la cultura de nuestro mundo de manera literal o legalista. Al mismo tiempo, no debemos obviar el espíritu de estas leyes. Aunque se crearon para Israel, tienen principios eternos que son supraculturales. BASE BÍBLICA Si uno de ustedes presta dinero a algún necesitado de mi pueblo, no deberá tratarlo como los prestamistas ni le cobrará intereses (Éxodo 22:25). Cuando el pueblo de Israel llegara a la Tierra Prometida, Dios los bendeciría materialmente como una nación, y si ellos lo obedecían él les daría incluso más. Sin embargo, el Señor reconoció que siempre habría personas pobres en Israel (Deuteronomio 15:11). Aunque en Éxodo 22:25 él introdujo la ley sobre prestar dinero al advertir: «No explotes a las viudas ni a los huérfanos, porque si tú y tu pueblo lo hace, y ellos me piden 205

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mento. Interpretar estas enseñanzas con precisión significa que <strong>de</strong>bemos<br />

compren<strong>de</strong>r las diferencias culturales, económicas y espirituales que existían<br />

en Israel, antes <strong>de</strong> que la nación cayera cautiva y más tar<strong>de</strong> antes <strong>de</strong><br />

que se convirtiera en una parte <strong>de</strong>l Imperio Romano.<br />

El escenario cultural y económico<br />

A.E. Willingale nos da algunas perspectivas útiles cuando habla sobre<br />

el tiempo en que Israel ocupó su propia tierra y <strong>de</strong>terminó su <strong>de</strong>stino<br />

económico como una nación:<br />

Los préstamos en Israel no eran comerciales sino caritativos, que<br />

se daban no para ayudar a un comerciante a establecer o expandir<br />

un negocio sino para permitir que un campesino sobrevivieran un<br />

tiempo <strong>de</strong> pobreza. Ya que la economía agrícola fue la que predominó<br />

hasta el fin <strong>de</strong> la monarquía, no se <strong>de</strong>sarrolló ningún análogo<br />

al sistema <strong>de</strong> préstamos comerciales que ya existía en Babilonia en<br />

el 2000 a.e. Por lo tanto, la legislación no contiene regulaciones<br />

comerciales sino exhortaciones para ser buenos vecinos.'<br />

Al principio no había necesidad para el pueblo <strong>de</strong> Israel <strong>de</strong> comprar<br />

propieda<strong>de</strong>s, ya que ellos las recibieron <strong>de</strong> gratis <strong>de</strong>l mismo Dios. Antes<br />

<strong>de</strong> entrar a Canaán, Moisés les recordó que ellos recibirían ciuda<strong>de</strong>s<br />

gran<strong>de</strong>s, florecientes que no habían edificado, casas llenas <strong>de</strong> todo tipo<br />

<strong>de</strong> bienes que no habían acumulado, cisternas que no habían cavado y<br />

viñas y olivares que no plantaron (Deuteronomio 6:10-11).<br />

Debido a las provisiones materiales <strong>de</strong> Dios, los israelitas no tuvieron<br />

necesidad <strong>de</strong> establecer negocios basados en el libre comercio. Ellos podían<br />

ganar el sustento para vivir <strong>de</strong> la tierra que habían recibido gratis.<br />

Al principio, por lo menos, no fue necesario ningún tipo <strong>de</strong> préstamo<br />

para el negocio.<br />

El escenario espiritual<br />

Dios también le prometió a su pueblo que les proveería bendiciones poco<br />

comunes si lo obe<strong>de</strong>cían. Nótense estas palabras <strong>de</strong> Moisés: «El Señor<br />

abrirá los cielos, su generoso tesoro, para <strong>de</strong>rramar a su <strong>de</strong>bido tiempo la<br />

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CAPÍTLLO 19: PEDIR PRESTADO, PRESHR y DELDA<br />

lluvia sobre la tierra, y para ben<strong>de</strong>cir todo el trabajo <strong>de</strong> sus manos. Tú<br />

les prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado <strong>de</strong> nadie» (Deuteronomio<br />

28:12).<br />

Si Israel obe<strong>de</strong>cía a Dios, sería una nación libre <strong>de</strong> cualquier necesidad<br />

<strong>de</strong> ayuda económica proveniente <strong>de</strong> otras naciones. Sería capaz <strong>de</strong><br />

prestar dinero a otras naciones en necesidad, lo que sería un testimonio<br />

dinámico para los vecinos paganos. En contraste, si los israelitas <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cían<br />

a Dios, se <strong>de</strong>terioraría económicamente. No solo las personas<br />

serían incapaces <strong>de</strong> satisfacer sus propias necesida<strong>de</strong>s, sino que para sobrevivir<br />

tendrían que pedir prestado <strong>de</strong> sus vecinos paganos (Deuteronomio<br />

28:47-48).<br />

Cuando Jesús caminó entre los hijos <strong>de</strong> Israel, este escenario económico<br />

había cambiado. Ahora Israel existía en un ambiente totalmente<br />

diferente y para sobrevivir la gente tenía que adaptar sus leyes a una<br />

economía comercial. Jesús reconoció y aceptó esta realidad.<br />

Interpretación y aplicación actual<br />

Nuestros <strong>de</strong>safíos como cristianos viviendo en nuestra cultura <strong>de</strong>l siglo<br />

veintiuno es interpretar y aplicar ciertas enseñanzas <strong>de</strong>l Antiguo Testamento<br />

sin trasplantar las leyes <strong>de</strong>l Antiguo Testamento a la cultura<br />

<strong>de</strong> nuestro mundo <strong>de</strong> manera literal o legalista. Al mismo tiempo, no<br />

<strong>de</strong>bemos obviar el espíritu <strong>de</strong> estas leyes. Aunque se crearon para Israel,<br />

tienen principios eternos que son supraculturales.<br />

BASE BÍBLICA<br />

Si uno <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s presta dinero a algún necesitado <strong>de</strong> mi pueblo, no <strong>de</strong>berá<br />

tratarlo como los prestamistas ni le cobrará intereses (Éxodo 22:25).<br />

Cuando el pueblo <strong>de</strong> Israel llegara a la Tierra Prometida, Dios los ben<strong>de</strong>ciría<br />

materialmente como una nación, y si ellos lo obe<strong>de</strong>cían él les daría<br />

incluso más. Sin embargo, el Señor reconoció que siempre habría personas<br />

pobres en Israel (Deuteronomio 15:11). Aunque en Éxodo 22:25 él<br />

introdujo la ley sobre prestar dinero al advertir: «No explotes a las viudas<br />

ni a los huérfanos, porque si tú y tu pueblo lo hace, y ellos me pi<strong>de</strong>n<br />

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