08.05.2013 Views

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

almas, que iba mucho más allá <strong>de</strong>l contacto carnal. Ahora, reviviendo aquellos<br />

momentos, Gabriel se preguntaba por qué su maestra le or<strong>de</strong>naba que buscase a<br />

Teresa. Mientras seguía caminando por las calles <strong>de</strong> La Habana Vieja, para llegar<br />

hasta la casa don<strong>de</strong> vivía la joven, Gabriel iba notando cómo se producían ciertos<br />

cambios en su interior. De pronto fue consciente <strong>de</strong> que su vida carecía <strong>de</strong> sentido, y<br />

este sentimiento le pilló <strong>de</strong> sorpresa y le sumió en una gran confusión. Era un<br />

hechicero y podía ejercer un gran control sobre la vida cotidiana. De hecho, estaba<br />

muy por encima <strong>de</strong> los asuntos mundanos. Sin embargo, el po<strong>de</strong>r que tenía no le<br />

hacía más fácil la existencia. Su vida era solitaria y sombría. Des<strong>de</strong> que se había<br />

distanciado <strong>de</strong> su maestra, no había experimentado cariño por nadie, ni había recibido<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>más la más mínima muestra <strong>de</strong> afecto. La gente le tenía miedo y no sabía lo<br />

que era el contacto <strong>de</strong> una mano amiga. Un poco molesto consigo mismo por albergar<br />

estos pensamientos, Gabriel intentó arrojarlos <strong>de</strong> su mente. Pero no pudo. Algo en su<br />

interior le obligaba a seguir examinándose a sí mismo, aún en contra <strong>de</strong> su voluntad.<br />

Cansado <strong>de</strong> luchar contra esa voz interior, que surgía <strong>de</strong> lo más profundo <strong>de</strong> su<br />

conciencia, Gabriel se rindió. Y al hacerlo, notó como si algo cediera <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> él<br />

dando paso a un aluvión <strong>de</strong> dudas sobre su vida. Dudas que, hasta ese momento,<br />

había conseguido tener bajo un férreo control. Abrumado ante esa avalancha <strong>de</strong><br />

sensaciones <strong>de</strong>sconocidas, Gabriel se <strong>de</strong>tuvo unos instantes, se apoyó en una pared<br />

para <strong>de</strong>scansar y se preguntó en voz alta: “¿Qué me está pasando?”. Fue entonces<br />

cuando volvió a escuchar la voz <strong>de</strong> su maestra con toda niti<strong>de</strong>z que, con un tono<br />

cariñoso, le <strong>de</strong>cía: “Deja ya <strong>de</strong> luchar contra ti mismo. Entrégate a la vida”. Como si un<br />

muro se hubiera <strong>de</strong>rrumbado en su interior, Gabriel Olmo empezó a llorar.<br />

Por unos momentos, todo lo que había sido su vida <strong>de</strong>sfiló ante sus ojos, y<br />

mientras seguían fluyendo las lágrimas se dio cuenta <strong>de</strong> que el personaje altivo,<br />

distante y perverso que había sido, no tenía nada que ver con su auténtica naturaleza.<br />

Era solo una máscara que había estado utilizando para no mostrar su verda<strong>de</strong>ro<br />

rostro, para no ser vulnerable a los ojos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. El espectáculo <strong>de</strong> un hombre

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!