Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada
Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada
Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Capítulo VIII<br />
Raimundo Carbajal fue conducido al <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> Jaime Espinosa en cuanto<br />
llegó a la se<strong>de</strong> <strong>de</strong>l Partido. El dirigente le recibió con un abrazo, y tras los saludos <strong>de</strong><br />
rigor, ambos se sentaron en el sofá que había en un rincón <strong>de</strong> la estancia, mientras<br />
Espinosa pedía que les trajeran unos cafés.<br />
-Es el quinto que me tomo hoy, y eso que el médico me ha dicho que no pase <strong>de</strong> tres.<br />
No sé por qué los cuento, <strong>de</strong>bo tener una vena masoquista –se justificó Espinosa-<br />
Bueno, tú dirás, me tienes en ascuas. ¿Para qué te quería ese cabrón?<br />
Jaime Espinosa odiaba a Diego Castillo, y no se molestaba en disimularlo. Por eso<br />
utilizaba toda clase <strong>de</strong> apelativos peyorativos, cada vez que se refería a él.<br />
Rápidamente, Raimundo le relató el encuentro que habían tenido, incluyendo la sesión<br />
fotográfica y las palabras tranquilizadoras <strong>de</strong> Diego, sobre la colaboración que le<br />
ofrecía para facilitarle la sucesión. Sin embargo, Raimundo no hizo ninguna referencia<br />
al Rólex que le había regalado. Y tampoco le contó a Espinosa que, según Diego<br />
Castillo, todo lo que en el Partido <strong>de</strong>cían sobre su oposición a la candidatura <strong>de</strong><br />
Raimundo, era mentira. A <strong>de</strong>cir verdad, no había ningún motivo para que el joven<br />
ocultase esta parte <strong>de</strong> la información, ni tampoco el regalo <strong>de</strong>l reloj. Raimundo<br />
consi<strong>de</strong>ró más pru<strong>de</strong>nte no avivar más el fuego <strong>de</strong> la ya explosiva relación entre Diego<br />
Castillo y Jaime Espinosa. El dirigente nacional, sin embargo, no se quedó conforme<br />
con la explicación que le estaba dando, y reflexionó en voz alta:<br />
-No sé, no sé, no me fío <strong>de</strong> este pájaro. Está claro que te ha engañado, porque lo que<br />
me dices no concuerda con la información que yo tengo.