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Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

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existen en otras muchas familias. Tampoco dudó Raimundo ante las enormes<br />

discrepancias que mantenía con su padre, en cuanto al carácter y a la forma <strong>de</strong><br />

enten<strong>de</strong>r la vida. Tomás Carbajal siempre había sido un per<strong>de</strong>dor y un conformista,<br />

algo que el chico no podía soportar. Sobre todo porque por las venas <strong>de</strong> Raimundo, ya<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> pequeño, corría sangre <strong>de</strong> una <strong>de</strong>smesurada ambición y ansias <strong>de</strong> dominio, que<br />

le enfrentarían muchas veces con aquel al que creía su padre.<br />

A solas con el cadáver <strong>de</strong>l anciano, en aquella vieja casa en la que habían<br />

vivido juntos, Raimundo recapituló sobre lo que Tomás le había contado antes <strong>de</strong><br />

morir. Al menos en algo no le había mentido. Era verdad que su madre había muerto<br />

<strong>de</strong> parto. Aunque su madre verda<strong>de</strong>ra no fuera la Paca, la mujer <strong>de</strong> Tomás que, según<br />

le dijeron, había fallecido porque ya era muy mayor para tener hijos cuando lo parió a<br />

él. Su auténtica madre era muy joven cuando le tuvo. Apenas una adolescente <strong>de</strong> 16<br />

años, que trabajaba como criada en un pazo gallego. Su verda<strong>de</strong>ro padre era el<br />

cabeza <strong>de</strong> la adinerada familia a la que servía la joven. El hombre, cuya i<strong>de</strong>ntidad no<br />

le había sido <strong>de</strong>svelada por Tomás, estaba ya entrado en años cuando se encaprichó<br />

obsesivamente con la muchacha y la <strong>de</strong>jó preñada. Al morir ésta en el parto, con el fin<br />

<strong>de</strong> evitar un escándalo familiar y social, recurrió al Brujo para que le buscase una<br />

familia que criase a Raimundo como si fuera su hijo. Tomás, que por aquel entonces<br />

trabajaba en el campo y ejercía como curan<strong>de</strong>ro en una al<strong>de</strong>a cercana al pazo,<br />

acababa <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r a su mujer y <strong>de</strong>cidió quedarse con el chico. Después <strong>de</strong> recibir una<br />

serie <strong>de</strong> señales y <strong>de</strong> consultar con el tarot, Tomás interpretó que aquel niño, que <strong>de</strong><br />

forma tan extraña aparecía en su vida, era en realidad un regalo <strong>de</strong>l cielo que le hacía<br />

su mujer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el más allá, en compensación por no haberle dado ningún hijo<br />

mientras vivía. Fue entonces cuando el verda<strong>de</strong>ro padre <strong>de</strong> Raimundo, valiéndose <strong>de</strong><br />

sus muchas influencias, arregló todos los papeles legales para que el crío figurase<br />

como hijo legítimo <strong>de</strong>l brujo y <strong>de</strong> su fallecida mujer. Y fue también entonces cuando le<br />

proporcionó a Tomás un trabajo, como portero <strong>de</strong> una finca urbana, en un pueblo <strong>de</strong> la<br />

costa mediterránea. Hasta ese lugar se trasladaron Tomás y el recién nacido, para

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