08.05.2013 Views

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Capítulo III<br />

Cuando Teresa regresó a la estación para recuperar su equipaje, y sacar un<br />

billete <strong>de</strong> tren que la llevase hasta la Gran Ciudad, divisó a lo lejos a Raimundo<br />

Carbajal, pero no sólo no hizo nada por encontrarse con él, sino que lo evitó. Su<br />

comportamiento en el cementerio le había parecido muy grosero, y no quería volver a<br />

hablar con aquel hombre. Aunque, por otra parte, se moría <strong>de</strong> ganas por hacerle mil<br />

preguntas, porque sus últimas palabras, diciéndole que Tomás Carbajal no era su<br />

padre, le habían provocado un gran <strong>de</strong>sconcierto. A <strong>de</strong>cir verdad, Teresa no entendía<br />

nada. Había <strong>de</strong>jado su amada Cuba y emprendido un viaje hacia un lugar<br />

<strong>de</strong>sconocido, para cumplir el juramento que le había hecho a su abuela en el lecho <strong>de</strong><br />

muerte, y entregar una carta a una persona que ya no existía. ¿Qué <strong>de</strong>bía hacer<br />

ahora? Miró a su alre<strong>de</strong>dor, y al hacerse consciente <strong>de</strong> su soledad en aquella estación<br />

anónima, le volvió a pasar aquello que ya le había ocurrido en otras ocasiones. Era<br />

como si algo con vida propia saliera <strong>de</strong> su cuerpo, para contemplar la escena <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

exterior. Como si se tratase <strong>de</strong> una representación teatral, vio a todas y cada una <strong>de</strong><br />

las personas que había en aquella estación. Los vio como actores <strong>de</strong> un drama ajeno,<br />

como si representasen, sin saberlo, un papel que les había sido asignado. En esos<br />

momentos llegó un tren, y vio más gente apresurada, subiendo y bajando, cargando<br />

con sus equipajes. Eran como autómatas. Se comportaban como si estuvieran vivos,<br />

pero algo en sus movimientos los <strong>de</strong>lataba como sonámbulos. Como si vivieran<br />

inmersos en un mundo <strong>de</strong> <strong>sueños</strong> <strong>de</strong>l que no eran conscientes. Teresa se estremeció<br />

al ver la irrealidad <strong>de</strong> aquella escena, y trató <strong>de</strong> evitar esa clase <strong>de</strong> visión que le<br />

ocurría, cada vez con más frecuencia, sin que ella pudiera controlarlo. Pero el cuadro y

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!