Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada
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-Pue<strong>de</strong> dársela a su hijo, es ése <strong>de</strong> allí- dijo el hombre, señalando a Raimundo-<br />
-No, no creo que <strong>de</strong>ba dársela–vaciló Teresa- era una carta personal, y no creo que la<br />
<strong>de</strong>ba leer nadie más.<br />
Siguiendo un repentino impulso, Teresa le preguntó al viejo:<br />
-¿Puedo ir con usted al cementerio?<br />
-Claro –dijo el hombre- venga conmigo, tengo el coche ahí.<br />
El viaje hacia el camposanto transcurría en silencio, hasta que Teresa lo rompió al<br />
preguntar al anciano:<br />
-¿De qué ha muerto?<br />
-No sé, no tenía mucho trato con él. Era un hombre muy reservado. Siempre estaba<br />
solo. Yo soy jubilado, y vivo en este barrio. Lo conocí porque uno <strong>de</strong> mis nietos, Juan,<br />
no tenía apetito y cada vez estaba más débil. Alguien me habló <strong>de</strong> “El Brujo”. Decían<br />
que tenía po<strong>de</strong>res y como al chico los médicos no le veían nada, y cada vez estaba<br />
peor, se lo traje a él, a ver si le curaba.<br />
-¿Y le curó?- se interesó Teresa.<br />
-¡Ya lo creo que le curó! –respondió el hombre- ¡Menudo mocetón está hecho! Y lo<br />
más curioso es que no le dio nada para que se tomase. Sólo le hacía pases con las<br />
manos, y hablaba con el chaval. Des<strong>de</strong> luego, no hay duda <strong>de</strong> que tenía po<strong>de</strong>res. Sin<br />
embargo –añadió con un tono <strong>de</strong> tristeza en la voz- no le han servido para curarse a él<br />
mismo.<br />
-No hay po<strong>de</strong>res contra la muerte- sentenció Teresa<br />
-Si claro, supongo que no –asintió el hombre- <strong>de</strong>bió morirse <strong>de</strong> viejo<br />
-¿Sabe cuantos años tenía? –se interesó la joven<br />
-Si, eso sí lo sé. Cumplió 83 años el 24 <strong>de</strong> junio, el día <strong>de</strong> San Juan. Lo recuerdo<br />
porque como mi nieto se llama Juan, le comentó que el día <strong>de</strong>l santo <strong>de</strong>l chiquillo era<br />
el <strong>de</strong> su cumpleaños, y que cumplía 83.