08.05.2013 Views

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Teresa siempre había creído que era el tal Diego Castillo el que había encargado el<br />

hechizo contra Raimundo. Ahora, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> escuchar lo que éste le había dicho, ya<br />

no tenía ninguna duda. Tras unos instantes <strong>de</strong> silencio, el joven preguntó <strong>de</strong> nuevo:<br />

-¿Vendrás mañana conmigo a la Convención?<br />

Aunque Teresa esperaba la pregunta, dudó antes <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r:<br />

-No sé. La verdad es que yo allí no pinto nada...<br />

-Esa no es la cuestión –la cortó Raimundo- a mí me gustaría que me acompañaras. Es<br />

un momento muy importante en mi vida, y me gustaría compartirlo contigo. ¿Vendrás?<br />

-Está bien, te acompañaré –concluyó lacónicamente Teresa-<br />

Antes <strong>de</strong> colgar el teléfono, Raimundo quedó en llamarla para salir por la<br />

noche, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la reunión que esa misma tar<strong>de</strong> tenía en el Partido con Jaime<br />

Espinosa y Diego Castillo. Teresa accedió a la cita sin entusiasmo y, nada más<br />

terminar con la conversación, <strong>de</strong>cidió que sólo se quedaría en la Gran Ciudad hasta la<br />

Convención, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>saparecería <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Raimundo y viajaría <strong>de</strong> nuevo a<br />

Galicia. Aunque en el fondo <strong>de</strong> su alma siempre había sabido que volvería a la tierra<br />

<strong>de</strong> su abuela, hasta ese momento no había tal seguridad. Como siempre le <strong>de</strong>cía la<br />

anciana, cada cosa tenía su momento. Y el momento <strong>de</strong> partir había llegado para ella.<br />

Ya no tenía nada que hacer allí. Si regresó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Lameiros, era porque <strong>de</strong>bía realizar<br />

el contraembrujamiento para salvar la vida a Raimundo Carbajal. Aún no sabía con<br />

certeza si lo había logrado, pero el hecho <strong>de</strong> que éste ya no hubiera sentido aquellos<br />

terribles dolores, era un buen augurio. Su intuición como hechicera le <strong>de</strong>cía que si<br />

Raimundo era <strong>de</strong>signado como candidato en la Convención <strong>de</strong>l día siguiente, y<br />

superaba ese momento sano y salvo, eso significaría que su rival político no había<br />

podido <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> él. Y, por tanto, ya no la necesitaba. Sentada en la cama, pensó<br />

en la mejor manera <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong> Raimundo, y se preguntó si <strong>de</strong>bía hacerlo esa<br />

misma noche. En voz alta se respondió: “No, esa no es una buena i<strong>de</strong>a. Lo mejor será<br />

esperar a que pase la Convención”. No quería herir los sentimientos <strong>de</strong>l joven, pero<br />

tampoco quería hacerle concebir falsas esperanzas. Lamentaba mucho haber tenido

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!