08.05.2013 Views

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

Laberinto de sueños - Libros de Rosa Villada

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ido subiendo <strong>de</strong> tono hasta convertirse en una crónica <strong>de</strong>sesperada, que terminó con<br />

una <strong>de</strong>sconsolada súplica <strong>de</strong>l político hacia Esteban Fraile.<br />

-Ayúdame, Monseñor –concluyó Diego mientras sacaba <strong>de</strong>l bolsillo <strong>de</strong> su chaqueta un<br />

pañuelo blanco y se limpiaba el sudor y una lágrima que discurría por su mejilla- te<br />

suplico que me ayu<strong>de</strong>s –pidió <strong>de</strong> nuevo bajando la cabeza con tono humil<strong>de</strong>-<br />

Poniéndose en pie, el arzobispo se dirigió hacia su mesa <strong>de</strong> <strong>de</strong>spacho, y <strong>de</strong> una<br />

botella <strong>de</strong> cristal que había sobre ella, vertió agua en un vaso y se lo llevó al<br />

presi<strong>de</strong>nte para que éste bebiera. Esteban Fraile volvió a sentarse en su sillón y, tras<br />

pensar unos momentos, que a Diego le parecieron una eternidad, dijo con solemnidad:<br />

-Veo, hijo mío, que Dios Nuestro Señor te ha iluminado ante este grave conflicto que<br />

tienes, porque la solución que has i<strong>de</strong>ado no pue<strong>de</strong> ser mejor. Al adoptar al niño <strong>de</strong> tu<br />

hija, no sólo estás evitando la muerte <strong>de</strong> un inocente, sino que a<strong>de</strong>más le estás<br />

garantizando a la criatura un futuro digno junto a su madre. Aunque la maternidad <strong>de</strong><br />

tu hija sea algo que haya que mantener en secreto <strong>de</strong> cara al exterior. Te felicito –<br />

añadió- no creo que a nadie se le hubiera podido ocurrir una solución mejor.<br />

Visiblemente reconfortado por las palabras <strong>de</strong> arzobispo, Diego Castillo se<br />

levantó <strong>de</strong> su sillón, y en un teatral gesto, hincó la rodilla al suelo mientras estrechaba<br />

las manos <strong>de</strong> Esteban Fraile. Este, felizmente sorprendido por la agra<strong>de</strong>cida actitud<br />

<strong>de</strong>l político, le impuso la mano izquierda sobre la cabeza, mientras que con la <strong>de</strong>recha<br />

le daba la bendición. Luego, ayudó a levantarse a Diego, a la vez que le preguntaba:<br />

-Y tu hija ¿está <strong>de</strong> acuerdo con la solución que propones?<br />

-Lo estará, Monseñor, lo estará. Por nada <strong>de</strong>l mundo voy a permitir que una hija mía<br />

cometa algo tan atroz como un aborto. Si yo lo consintiera, jamás me lo perdonaría. Mi<br />

conciencia no lo podría soportar.<br />

-Bien dicho, hijo. Si todos los dirigentes políticos fueran como tú, otro gallo nos<br />

cantaría en este país. Por <strong>de</strong>sgracia no es así. Hasta en tu propio partido no es oro<br />

todo lo que reluce –añadió con un tono <strong>de</strong> reproche-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!