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HELICONIA PRIMAVERA Brian Aldiss
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Mi querido Clive: En mi novela ante
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PRELUDIO Yuli
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tediosa llanura continuaba y contin
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Montaban como si fueran parte de lo
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norte sombrío. Descendían aletean
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Avanzaban trabajosamente cuesta arr
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había logrado ganarse la vida con
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Garrona». Descansaban diez minutos
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que ayudado por su mujer atendía u
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Todas estas estructuras eran tan ma
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dicho que ciertos sacerdotes eran c
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El sacerdote lo miró con su cara g
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que había oído, alguien había ab
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Pecado era una palabra que en esa
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dorada, chillando en olonets sacerd
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Había descubierto recientemente en
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memorizadas para la ocasión. Las v
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agitado que estaba. Yuli fue a la c
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siempre serás un deplorable sacerd
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excitación. Nadie parecía exactam
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implicaba peligro. Sin embargo, com
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aguardaban en las sombras. —Te qu
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arco ascendía y se interrumpía. L
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—Para mí. Yo he usado estas cosa
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Sin embargo, nunca llegaron a senti
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I MUERTE DE UN ABUELO El cielo era
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cierta medida había tomado el luga
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dijera su madre, serían el jactanc
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II EL PASADO QUE ERA COMO UN SUEÑO
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menos poderosos, que habían seguid
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—La flor —dijo alguien. Ah, sí
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ninguna intención de dar al mundo
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Ella se rió de él. —¿Cuál cre
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alimentarse en el lecho del río.
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animales con cuernos, de pelaje roj
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Después de esto, Dresyl desdeñó
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IV GRADIENTES DE TEMPERATURA FAVORA
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desde que Freyr incendiara el mundo
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de Batalix, cada vez más pequeño.
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Wutra, lo que servía al interés d
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tramperos ya habían regresado. Ord
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Quzints en el norte. Eran, la mayor
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—¡Has hablado con Loil Bry! De m
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—Pensáis que vivimos en el centr
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A nada se parece más un pinzasaco
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Con los dientes descubiertos, alzó
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Más cerca de Oldorando se encontra
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los phagors se dejaron allí, pudri
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al menos era lo que él pensaba: pe
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detenerlos. Recordad mis palabras.
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frías. Pero esa noche el viento qu
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se apretujaban para conservar el ca
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las partes de madera habían sido a
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—Son sólo reliquias de un pasado
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habría alentado a persistir. Pero
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una fina y quebradiza capa de hielo
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sin congelarse a tres grados bajo c
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punto, cualquier interrupción era
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nieve. Mientras avanzaba por el sen
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tenía que descender al mundo de lo
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Aunque las otras mujeres le traían
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costa, a ver qué ocurría. Era un
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—¿Cuántas? —Ah, muchas, mucha
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—Ved primero la madera de la caja
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ancianos. Mira adelante y hacia fue
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vientre: es la parte central de la
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tenía que haberlo sabido cuando te
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Hrr-Brahl Yprt montaba en Rukk-Ggrl
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—¡Es la muerte del mundo! —gri
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pared, para poder incorporarse con
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campanarios pardos que las hormigas
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Mientras descendían los sucios esc
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en caso de un ataque inesperado. Ap
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Oyre retrocedió y se pasó la leng
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Acababa de llegar con los amigos de
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También los phagors sintieron los
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tienes que ir a avisarle que el ene
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La bestia se irguió en los estribo
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Pero el kaidaw continuaba resistien
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mostraron abatidos; con las cabezas
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azos en jarras. Junto a él, un esc
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—No le digas nada —aconsejó Sh
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hundiendo el rostro en las copas. E
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humo. Shay Tal se miró el cuerpo r
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Ella extendió una mano, pero él r
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caído en la telaraña tejida por F
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criaturas volaron en círculos mien
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proliferaban secretamente, en mirí
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demasiado profunda para que Aoz Roo
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supiese qué hacer. No muy lejos, l
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- Page 210 and 211: uinosa torre, que le hubiera permit
- Page 212 and 213: estaba asustado: jamás tocaba a na
- Page 214 and 215: El progreso no era continuo. Un gra
- Page 216 and 217: terreno tenía marcas y cicatrices.
- Page 218 and 219: XV EL HEDOR DE LAS HOGUERAS Había
- Page 220 and 221: No había perdido esas últimas pen
- Page 222 and 223: de los cuales estaban presentes con
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- Page 226 and 227: Los murmullos de protesta crecieron
- Page 228 and 229: árboles ronroneaban roncamente. La
- Page 230 and 231: animales, luchaban en una continua
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