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aldiss, brian w - heliconia primavera.pdf

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un momento hasta que Vry regrese.<br />

La petición lo alegró y lo avergonzó. Fue rápidamente con ella hasta la vieja vivienda,<br />

encima de los cerdos, esperando que ninguno de los demás cazadores lo viera. Después del frío<br />

exterior, el calor le daba sueño. La anciana madre de Shay Tal estaba sentada en un rincón junto<br />

a la alacena; desde allí se arrojaban directamente los desperdicios a los animales. El Silbador de<br />

Horas dio la hora; la oscuridad ya empezaba a condensarse en la habitación.<br />

Laintal Ay saludó a la anciana y se sentó sobre las pieles al lado de Shay Tal.<br />

—Recogeremos más semillas y plantaremos trigo y centeno —dijo ella. Laintal Ay supo, por<br />

el tono de la voz, que ella estaba contenta.<br />

Un rato más tarde regresó Vry con otra mujer, Amin Lim, una joven gordezuela y maternal<br />

que se había designado a sí misma primera seguidora de Shay Tal. Amin Lim fue directamente a<br />

la pared del fondo de la habitación, y se instaló con las piernas cruzadas y la espalda apoyada<br />

contra las piedras. No deseaba otra cosa que escuchar y ver a Shay Tal.<br />

También Vry parecía reservada. Tenía el cuerpo relativamente más delgado. Debajo de las<br />

pieles grises, los pechos apenas le abultaban más que un par de cebollas. La cara era estrecha,<br />

aunque tenía los ojos profundamente enclavados en la piel blanca, y muy brillantes. Laintal Ay<br />

pensó —no era la primera vez— que Vry se parecía un poco a Dathka; quizás esto explicaba la<br />

atracción del joven.<br />

El rasgo verdaderamente distintivo de Vry era el pelo, abundante y oscuro. Visto a la luz del<br />

sol, parecía castaño, y no negro azulado como era común entre los oldorandinos. Sólo el pelo<br />

revelaba el origen mixto de Vry; la madre, del sur de Borlien, de pelo y tez claros, había muerto<br />

al caer en cautividad.<br />

Demasiado niña para tener algún resentimiento contra sus captores, a Vry todo le había<br />

fascinado en Oldorando. Las torres de piedra y los conductos de agua caliente habían excitado<br />

en particular su admiración infantil. Había hecho muchísimas preguntas y se había entregado de<br />

todo corazón a Shay Tal, que había respondido a ambas cosas. Shay Tal apreciaba la mente<br />

vivaz de Vry, y se ocupó de ella mientras crecía.<br />

Bajo el tutorazgo de Shay Tal, Vry aprendió a leer y a escribir. Era una de las más ardientes<br />

defensoras de la academia. En los últimos años habían nacido más niños, y Vry enseñaba ahora<br />

a varios de ellos las letras del alfabeto olonets.<br />

Vry y Shay Tal relataron a Laintal Ay cómo habían descubierto un sistema de pasajes<br />

subterráneos debajo de la aldea. Era una red que corría de norte a sur y de este a oeste y<br />

conectaba las torres, o lo había hecho antes; algunos pasajes habían sido bloqueados por las<br />

inundaciones, los derrumbamientos y otros desastres naturales. Shay Tal esperaba llegar a la<br />

pirámide junto al terreno de los sacrificios, porque creía que esa construcción albergaba<br />

variados tesoros, pero el barro había invadido los pasajes que ascendían a la parte superior.<br />

—Hay, entre las cosas, muchas relaciones que no comprendemos, Laintal Ay—dijo—.<br />

Vivimos en la superficie de la tierra; pero he oído decir que los habitantes de Pannoval viven<br />

cómodamente debajo, y también los de Ottassol, en el sur, según los mercaderes. Tal vez los<br />

pasajes lleguen hasta el mundo inferior, donde viven los coruscos y los fessupos. Si<br />

encontráramos un camino que lleve hasta ellos, en la carne y no sólo en espíritu, poseeríamos<br />

muchos conocimientos enterrados. Eso agradaría a Aoz Roon.<br />

Dominado por el calor, Laintal Ay se limitó a asentir perezosamente.<br />

—El conocimiento no sólo es una cosa enterrada como un brassimipo —dijo Vry—. Se<br />

puede obtener mediante la observación. Yo creo que en el aire hay también caminos semejantes<br />

a los subterráneos. Miro las estrellas por la noche cuando aparecen y atraviesan el cielo.<br />

Algunas siguen caminos diferentes...<br />

—Están demasiado alejadas para influir sobre nosotros —dijo Shay Tal.<br />

—No. Todas son de Wutra. Lo que él hace nos afecta.<br />

—En los pasajes subterráneos estabas asustada —dijo Shay Tal.<br />

—Y creo que a ti te asustan las estrellas, señora —replicó rápidamente Vry.<br />

Laintal Ay se sorprendió al oír que la tímida muchacha abandonaba el tono habitualmente<br />

deferente y hablaba de ese modo a Shay Tal; había cambiado tanto como el clima. A Shay Tal<br />

no parecía molestarle.<br />

—¿Para qué sirven los pasajes subterráneos? —preguntó él—. ¿Qué significan?

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