10 prosa poética fp 10

de su vida.
Los cascos presurosos van hollando el tapiado
sendero, y una estela de polvo manso se reposa en la
niebla.
Una hiriente cerca, visible apenas, silente, aguarda
su tranco hacia una recodo del camino…
Trotador el potro, abrazando en su mirada el
campo adormilado, manotea a la brisa, más y más,
desgravitado ya en su trágico afán…
Su mirada descubre la cerca tendida… se eleva
recogido, en aire suelto, desgarrando su cuerpo en el
alambrado punzador, dentellado y frío.
Chorros jadeantes de sangre en torbellinos de letal
premura, arroja el potro negro en cada golpe ardiente
de su andar.
El cuello erguido, su huesuda cabeza alzada a la
brisa…
638
El corazón se acalla tardamente, afiebrado en la
carrera.
Los huellos grises bajo el cuerpo obscuro, pisotean
escocidos la chambada y van hundiendo
pesadamente el surco, en el lento temblor que los
detiene.
Los ojos casi secos remiran sombra a sombra las
yeguas en colma, holgar en la pastura…
La respiración fogosa, el hocico espumoso, las
orejas rendidas, el paso aletargado…
La figura perdida en sí misma, remilgada,
deshecha, se desploma humildemente en los últimos
polvos del camino que se adentran en la pradería.
Del lomerío bajan las yeguas despaciosas,
henchidas en la brama, y cercan el cuerpo inerte,
sudoroso, sangriento; vaciado en quietumbre de
perenne libertad.
639
Página inconclusa
8 de mayo