10 prosa poética fp 10

10 prosa poética fp 10 10 prosa poética fp 10

grupoamericaecuador.com
from grupoamericaecuador.com More from this publisher
08.05.2013 Views

Y una tarde en que la vieja oró con menos fervor su oración de Vida, y suicidándose, cedió su ardiente frente al tibio beso que ella le roció, contrita y 623 gacha. Era una tarde lenta. El pájaro negro encontró su miga entiviecida al sol, en las yertas arrugas de las manos de la vieja. Y vio, girando el rostro incrédulo, como un sepulturero cargaba con su cuerpo suicida, guardando su espíritu en la sombra dormida de sus inertes recuerdos. Y el pájaro no tornó a encontrar su pan, ni en las pardas rudezas de la piedra, ni en las yertas rugosidades que se fueron, ni en las huellas de su pico blanco, buscando y rebuscando en la ansiedad rugosa que levemente taladraba, labor serena que su tibio canto apaciguó. Y el pájaro enloquecido de canto y resplandor, dedicó tristemente su vida de sombra negra, a retocar con su pico ansioso, que fue amoratando el tiempo, picando y repicando, el ventanal rasgado del cuarto anciano que la Vieja al irse deshabitó. Y cuando pasea mi cuento por su cuarto, imaginariamente, él me mira con su pico vivo, y vuelve lentamente a la rama más cercana y frágil del árbol frutero, capulí vivo; capulitero. 624 EL CUENTO DEL CUARTO VIEJO 1964 Necesito un trozo de hierro… El portón de fuera está suelto. En el cuarto alto abundan vejeces. Debe haber uno. En el cuarto ato. Ah! sí. En el cuarto alto…

Necesito ese trozo de hierro. En aquella alcoba me espera algún hierro dejado. Estará acompañado de vejeces. Deberé subir unas cuantas gradas… aquellas gradas superpuestas en un equilibrio dormido. El tiempo se ha encargado de sus sueños… Comienza ya el estridor de algunas tablas… Bajo cuantos pasos, idos unos, alejados otros, crujiría esta escalera. Cuantas palabras se dirían sobre ellas: “En esta nueva casa lo más rústico es este graderío” Y después, largo tiempo después: “No subo… pueden flaquear… no vale la pena conocer lo que hay tras estas gradas”. Ahora solo crujen… no se oyen palabras. Podría bullir, y desoir los crujidos… Mas, es mejor así. Me 625 acostumbraré a dejar la vida nueva, para recorrer en silencio este pasado. Han crujido ya todos los escalones. Todos han crujido como si hubiesen esperado este momento ansiosamente, habiendo estado desbordantes de silencio. Miro hacia atrás: una silla lustrosa, reluciente; cerca al último escalón, un marco de ventana adorna un jarrón de flores. Y un interruptor: detrás es todo vida. Y en este lugar mío: un techo bajo, abombado, terroso, silente en su pesadumbre cansada de esperar. A un lado se imagina una esquina. La semiobscuridad no permite encuadrarla con la mirada. Sobre el piso y en este ángulo, se adensa algo más sombrajoso que lo demás… un bulto indescubierto. Quiero conocer todo lo que traspaso. Saber lo que existe y no existe en redor. Es mejor así. Palpo estas paredes. Son agrietadas y pardas como aquellas que detrás se ven con la luz… Acerco mi mano al bulto… podría pasar sin conocerlo. Mas, seré luego acosado por algo desconocido. La ignorancia me hará sentir este fardo como un bulto vivo. Si lo palpo, cercioraré su inmovilidad… Mis reflexiones han sido en vano. Mi mano ha bajado ya,

Necesito ese trozo de hierro. En aquella alcoba me<br />

espera algún hierro dejado. Estará acompañado de<br />

vejeces. Deberé subir unas cuantas gradas…<br />

aquellas gradas superpuestas en un equilibrio<br />

dormido. El tiempo se ha encargado de sus sueños…<br />

Comienza ya el estridor de algunas tablas… Bajo<br />

cuantos pasos, idos unos, alejados otros, crujiría esta<br />

escalera. Cuantas palabras se dirían sobre ellas:<br />

“En esta nueva casa lo más rústico es este<br />

graderío”<br />

Y después, largo tiempo después:<br />

“No subo… pueden flaquear… no vale la pena<br />

conocer lo que hay tras estas gradas”.<br />

Ahora solo crujen… no se oyen palabras. Podría<br />

bullir, y desoir los crujidos… Mas, es mejor así. Me<br />

625<br />

acostumbraré a dejar la vida nueva, para recorrer en<br />

silencio este pasado.<br />

Han crujido ya todos los escalones. Todos han<br />

crujido como si hubiesen esperado este momento<br />

ansiosamente, habiendo estado desbordantes de<br />

silencio.<br />

Miro hacia atrás: una silla lustrosa, reluciente;<br />

cerca al último escalón, un marco de ventana adorna<br />

un jarrón de flores. Y un interruptor: detrás es todo<br />

vida. Y en este lugar mío: un techo bajo, abombado,<br />

terroso, silente en su pesadumbre cansada de<br />

esperar.<br />

A un lado se imagina una esquina. La<br />

semiobscuridad no permite encuadrarla con la<br />

mirada. Sobre el piso y en este ángulo, se adensa<br />

algo más sombrajoso que lo demás… un bulto<br />

indescubierto. Quiero conocer todo lo que traspaso.<br />

Saber lo que existe y no existe en redor. Es mejor<br />

así. Palpo estas paredes. Son agrietadas y pardas<br />

como aquellas que detrás se ven con la luz… Acerco<br />

mi mano al bulto… podría pasar sin conocerlo. Mas,<br />

seré luego acosado por algo desconocido. La<br />

ignorancia me hará sentir este fardo como un bulto<br />

vivo. Si lo palpo, cercioraré su inmovilidad… Mis<br />

reflexiones han sido en vano. Mi mano ha bajado ya,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!