10 prosa poética fp 10

3 de febrero de 1.963
(Narración poética que obtuvo el Primer premio en el
“Concurso de Cuento FEUCE”, en 1968; Universidad
Católica de Quito.)
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El desierto desplegó su gigantesco lecho
hidrópico, en sed e inmensidad.
Apareció cual refugio eterno de insaciable palidez.
Cual sagrada tumba ingente de cuerpos de animales
que se olvidaron.
El desierto apareció, con sus huracanadas ráfagas de
viento, socavadoras de arena y muerte, en la
oquedad yerma…
Encogidas, cual sombras contritas, embozadas en
perdidos nubarrones del desierto, avanzaban
colmadas de tardanza tres aves pesadas y negras.
Mansamente abrazaban con sus alas la tierra
informe.
Golpeteaban bruscamente con el alón terso los
arenales fríos de la altura; pendulaban sus perfiles
buídos, cual ingrávidas carnazas, triturando con sus
pardos picos las gredas que revolaban a su paso.
Encumbraban lentas y tardías sus alas, para
golpearlas con quedado y ansioso ímpetu, abarcando
con sus negras uñas temblorosas manojos de arena y
de viento.
Sus ojos brillaban titilando apenas en los párpados
casi cerrados. Enjutos y negros, manchaban la
blanca inmensidad de siempre.
Retardado, el más viejo, graznaba en el
desespero…
Mientras, en el pájaro maduro palpitaban con más
ímpetu las sienes obscuras, al columbrar la
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anubarrada inmensidad el ansia ciega, como
queriendo quebrar en el parpadeo las arenas que
revoloteaban.