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mo está nuestra pequeña Natalia? Por lo que decís crece a diario, también
papá y mamá me dicen eso, tengo todavía la sensación de su piel suavecita,
de su cara ¡tantos sentimientos encontrados flaca! En el momento de la visi-
ta creo que no tuve presente la real dimensión de lo que significaba, era to-
do demasiado rápido. Después parecía que todo lo que había pasado se ha-
cía presente de nuevo, al comentar con las compañeras, al re c o rdarlo en esa
Nochebuena y Fin de año, que sin lugar a dudas fueron las más felices de
nuestra historia de cárcel. Sabés? Para cada una de nosotras fue como re e n-
contrar algo, descubrir en nosotras aspectos que esta realidad (para pro t e-
g e rnos) nos hace olvidar. Por ejemplo en vos me quedó grabado ese gesto (
tan tuyo!) que casi lo tenía olvidado de acerc a rte a dar un beso haciendo una
especie de caricia-pellizco en el pelo. Para mí además estuvo la presencia de
Natalia, y fui yo, flaca, quien tuvo el orgullo de tenerla en brazos, porq u e
d e n t ro de todo esto hay hechos, momentos, que no se recuperan, porque la
vida no vuelve atrás. Entre esos hechos están los hijos de las compañeras, su
c recimiento no compartido; para mí está Natalia porque, es cierto, puedo te-
ner muchos otros sobrinos, en una de ésas veré crecer a mis propios hijos,
p e ro Natalia una sola vez nace y una sola vez tendrá 1, 2, 3, 4, y 5 meses ¿lo
entendés? Son la pequeñas pérdidas, que no contienen en sí grandes hechos,
p e ro sí tienen la belleza de lo cotidiano, de lo irrecuperable. Podría hablart e
mucho más de todo eso pero es demasiado difícil plasmar sentimientos con
palabras. Te rminado el relato del primer gran acontecimiento, paso al se-
gundo, o sea mi casamiento, que traducido es: mi encuentro con el flaco. Si
lo anterior no puedo todavía explicarlo en palabras para esto no me basta-
rían todas las que conozco. Ver a José fue lo mejor que me pudo haber pasa-
do, el re e n c u e n t ro con tantos sueños y tanta vida juntos, con nuestro cami-
no re c o rrido y mucho más con el que nos falta re c o rre r. Cuando me dijero n
que era seguro el martes 13 (que paradoja Mabel un día tan lindo!) el pabe-
16 Nosotras, presas políticas