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ta, puedo contarte miles de cosas más de este sábado, un día de mi vida en la
c á rcel, quizás solo sean pequeños detalles los que te cuento y los que te dejo
de contar, pero que juntándolos todos y de todos los días van haciendo una
vida, y en medio de ellos transitan vidas como la mía, las de un lado y la del
o t ro, vida que miran para adelante, hacia un futuro deseado y esperado, y
que se construyen y construyen en este pequeño espacio, con esos detalles.
Hablando del futuro, hoy leyendo el diario, leíamos el discurso del Canciller
A rgentino en la OEA donde hace re f e rencia en una parte a nuestra situación
de detenidos, no re c u e rdo exactamente las palabras y ahora no tengo el dia-
rio, pero da a entender que todavía hay situaciones como las nuestras sin so-
lucionar y a las cuales tienen que solucionar. Así que continúan las posibilida-
des de una pronta resolución favorable de nuestros casos. Así que don
E rnesto, cada vez voy afilando más mis conocimientos sobre economía, pa-
ra ir a atender nuestro quiosco. No te imaginás lo que da para hablar ese
quiosquito, si te descuidás parece que todas tienen alma de empresarias, con
la Yeya recibimos cientos de ideas y propuestas por día y de las bromas ni te
hablo, desde lo más liviano a lo más pesado. Bueno acaban de anunciar el
c o rte de luz, así que te dejo aquí para pre p a r a rme para dorm i r, te digo buenas
noches, y te dejo, contenta de haberte escrito estas pobres líneas, seguro que
de tanto pensar en vos y si los dolores me lo permiten, voy a soñar con vos.
Muchos saludos de las chicas. AD R I A N A
16 de diciembre de 1981
Querida mami: Hola viejita ¿cómo están todos? En este momento es-
tamos cenando, es temprano todavía, para la noche tenemos una riquísima
t o rta hecha por Celeste que ya nos estamos preparando para sabore a r l a .
Año 1981 111