Priego de Córdoba - Periódico Adarve
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ANGEL ALCALÁ P.<br />
"Que os améis los unos a los otros como yo os he<br />
amado".<br />
Este fue el Mandamiento <strong>de</strong>l Nazareno la<br />
noche en que se <strong>de</strong>spedía <strong>de</strong> sus discípulos<br />
para irse hacia la muerte. Noche <strong>de</strong> la Cena<br />
última, <strong>de</strong>l Lavatorio <strong>de</strong> los pies, <strong>de</strong> la Eucaristía.<br />
Noche <strong>de</strong> agonía y traiciones en la que el<br />
Maestro no cesaba <strong>de</strong> repetir:<br />
"Nadie tiene mayoramorque el queda su vida<br />
por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si<br />
hacéis lo que yo os mando. Lo que os mando es<br />
que os améis los unos a los otros. En esto conocerán<br />
todos que sois discípulos m(os: si os tenéis<br />
amor los unos a los otros". Este Mandamiento<br />
venia a resumir todo su Evangelio y seria el<br />
signo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> sus discípulos. Podria<br />
ser, incluso, el único camino para lograr un<br />
mundo en que todos los hombres vivieran<br />
como hermanos e hijos <strong>de</strong>l mismo Padre Dios .. ..<br />
jesús quiso <strong>de</strong>jarlo muy claro. Sin embargo,<br />
poca gente lo entendió o ha querido enten<strong>de</strong>rlo,<br />
a juzgar por el caso que se le ha hecho. Ni<br />
siquiera aquellos que, a lo largo <strong>de</strong>l tiempo, no<br />
dudaron en manifestarse como sus más adictos<br />
seguidores.<br />
Porque jesús dijo "que os améis". y queria<br />
<strong>de</strong>cír: con hechos, con obras <strong>de</strong> justicia y <strong>de</strong><br />
verdad, <strong>de</strong> entrega incluso hasta dar la vida.<br />
En cambio, lo que parece que sus seguidores<br />
entendimos es que <strong>de</strong>bíamos ponemos a hablar<br />
y a escribir sobre el amor. Sermones,<br />
homilías, pláticas, catequesis, documentos,<br />
libros, tratados. Ríos <strong>de</strong> tinta y saliva acerca<br />
<strong>de</strong>l Mandamiento Nuevo.<br />
jesús dijo "este es mi Mandamiento". El<br />
Mandamiento <strong>de</strong>l amor es el que Cristo hizo<br />
suyo, el que prefirió sobre todos los <strong>de</strong>más, el<br />
que impuso como condición y distintivo único<br />
para todo aquél que quisiera seguirle. Este y<br />
sólo éste. El Mandamiento <strong>de</strong>l amor es la ley y<br />
los Profetas. Pero sus seguidores principales<br />
creyeron que <strong>de</strong>bían ampliarlo, concretarlo y<br />
adaptarlo a las cambiantes exigencías y circunstancias.<br />
De aquí que no hayan parado <strong>de</strong><br />
dictar e imponer a los fieles otras muchas<br />
normas, reglas, cánones, estatutos, códigos,<br />
leyes.<br />
jesús dijo "en esto conocerán que sois mis<br />
discípulos". En esto y no en otras cosas. Por<br />
voluntad <strong>de</strong> jesús, en el cumplimiento "a<br />
rajatabla" <strong>de</strong>l Mandamiento <strong>de</strong>l amor, estará<br />
la única y auténtica señal por la que todos<br />
podrán distinguir quiénes son sus verda<strong>de</strong>ros<br />
seguidores. En el amor al prójimo y en nada<br />
más. Pero algunos <strong>de</strong>stacados seguidores, por<br />
48<br />
El Mandamiento<br />
supuesto con la mejor intencíón, pensaron<br />
que no era bastante. El seguimiento <strong>de</strong> Cristo<br />
había que testimoniarlo, a<strong>de</strong>más, con otros<br />
signos, con otras formas y estilos <strong>de</strong> vida. Y<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces han ido apareciendo<br />
reformadores, fundadores, predicadores, que<br />
proponían nuevas virtu<strong>de</strong>s, nuevas ritos, nuevas<br />
prácticas, nuevos hábitos e insignias, nuevas<br />
congregaciones, institutos, cofradías. Venían<br />
unos y pregonaban que la penitencia y el<br />
sacrificio es lo que más agrada a Dios. El<br />
sacramento <strong>de</strong>l matrimonio o el sacerdocio o<br />
el convento es la mejor vocación cristiana,<br />
<strong>de</strong>cían otros. Y otros: oración, práctica asidua<br />
<strong>de</strong> los sacramentos. Y otros: la castidad, el<br />
Bautismo, la fe y la adhesión a los dogmas ...<br />
Mientras, millones y millones <strong>de</strong> solitarios<br />
caminantes, asaltados por miles <strong>de</strong> bandidos,<br />
se han ido quedando <strong>de</strong>sangrados por las<br />
cunetas <strong>de</strong> nuestro mundo. De largo pasan<br />
unos sacerdotes; al poco rato, unos levitas<br />
hacen lo mismo. Y aunque hay samaritanos,<br />
son tan escasos.<br />
En verdad, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong>l<br />
Mandamiento <strong>de</strong>l amor, la historia <strong>de</strong> la Iglesia<br />
cristiana podría contemplarse como un<br />
inmenso tapiz tejido <strong>de</strong> luces y sombras. Son<br />
sus luces: esa hilera incontable <strong>de</strong> hombres y<br />
mujeres, que viven amando a sus semejantes<br />
por amor al Crucificado. Pero, a la par, son tan<br />
negras, tan tristes las sombras.<br />
Ante esta situación, uno no pue<strong>de</strong> menos<br />
que ponerse a cavilar, utópicamente, si quieres:<br />
seguramente nuestro mundo podria empezar<br />
a ser algo mejor si los cristianos nos<br />
centráramos, todos a una, en la Persona <strong>de</strong><br />
jesús, el único Salvador, y adoptáramos un<br />
único estilo <strong>de</strong> vida religiosa: amamos unos a<br />
otros como El nos amó. En vez <strong>de</strong> tanta doctrina,<br />
tanto reglamento, tanto carisma y tanta<br />
figura venerable. Quizás fuera esto lo que<br />
Cristo, en las horas más cruciales <strong>de</strong> su vida,<br />
pretendió que entendiéramos muy bien y,<br />
también, que pasáramos a hacerlo.<br />
ADARVE I Nº 619·620 • 15 <strong>de</strong> Marzo y 1 <strong>de</strong> Abril 2002