Priego de Córdoba - Periódico Adarve
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PABLO GÓMEZ ARTELL<br />
Deseaba yo - ansiosamente-<br />
cumplir los 60 años<br />
para po<strong>de</strong>r hacerme socio<br />
<strong>de</strong> número <strong>de</strong>l Hogar <strong>de</strong>l<br />
Pensionista (Centro <strong>de</strong> Día<br />
<strong>de</strong> Mayores) y así, po<strong>de</strong>r<br />
disfrutar <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>rechos<br />
inherentes a tal<br />
condición; como pue<strong>de</strong>n ser los juegos <strong>de</strong> azar<br />
y otros, sala <strong>de</strong> lectura, biblioteca, bar-cafetería,<br />
etc. Y,llegado el caso, beneficiarme asimismo<br />
- a través <strong>de</strong>l INSERSO- <strong>de</strong> esos estupendos<br />
programas <strong>de</strong> vacaciones para mayores, o<br />
<strong>de</strong> esas terapias termales en balnearios <strong>de</strong><br />
reconocida solvencia. Y, como todo llega en<br />
este mundo, salvo que se mueva uno antes,<br />
claro, llegaron los 60 y ... más, y, en a<strong>de</strong>lante,<br />
los que Dios quiera conce<strong>de</strong>rme que, el cumplir<br />
años -lejos <strong>de</strong> entristecernos, nos <strong>de</strong>be<br />
llenar <strong>de</strong> alegría, pues el hecho <strong>de</strong> cumplirlos,<br />
es señal <strong>de</strong> que hemos vivido ...<br />
Pensemos que el hecho <strong>de</strong> ser un jubilado,<br />
pue<strong>de</strong> tener sus ventajas, ya que se pue<strong>de</strong><br />
efectuar la autonomía personal sin tener que<br />
pedir permiso a nadie. Y, si se tiene más libertad,<br />
es porque se tienen menos responsabilida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> todo tipo. Esa es, pienso YO,la ventaja<br />
indiscutible <strong>de</strong> la madurez: el que los «<strong>de</strong>beres))<br />
nos los ponemos nosotros mismos. Otra<br />
ventaja es que -en muchos casos- el jubilado<br />
pue<strong>de</strong> materializar aquellos sueños - tantas<br />
veces anhelados- que durante ellargo periodo<br />
laboral <strong>de</strong> nuestra vida activa no pudimos<br />
realizar por falta material <strong>de</strong> tiempo IAhI, y<br />
po<strong>de</strong>mos, incluso, volver a casarnos - si nos<br />
quedamos viudos- como le ocurrió en su día al<br />
Nobel <strong>de</strong> Uteratura D. Camilo José Cela, fallecido<br />
recientemente; o, hace ya algunos años,<br />
al laureado poeta <strong>de</strong>l Puerto <strong>de</strong> Santa Maria,<br />
Rafael Alberti a cuya esposa (que era 30 ó 40<br />
años menor que él) le <strong>de</strong>dicó un poema <strong>de</strong>l que<br />
entresaco, <strong>de</strong> memoria, estos versos:<br />
«Como pue<strong>de</strong> pasarme esto a mis años I<br />
pues ya estoy, como se dice ahora, en la tercera<br />
edad metido I volverme <strong>de</strong> nuevo a enamorar<br />
I <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sufrido tantos <strong>de</strong>sengaños<br />
.... )) Escuchando esto cabe preguntarse:<br />
¿Estaba chocheando el poeta cantor <strong>de</strong> «Marinero<br />
en Tierra? O es que, verda<strong>de</strong>ramente, el<br />
«amon), cuando llega, no pi<strong>de</strong> el carnet <strong>de</strong><br />
I<strong>de</strong>ntidad. Será verdad, pero yo tengo mis<br />
dudas. Sea como fuere, <strong>de</strong>jémoslo ahí y<br />
prosigamos hablando <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Día.<br />
Recuerdo que los primeros días <strong>de</strong> mi estancia<br />
en el Centro fueron lo que se dice <strong>de</strong><br />
tanteo y recelo, con las reservas propias <strong>de</strong>l<br />
soldado que llega por primera vez a un acuartelamiento.<br />
Allí me encontré con D. Rafael<br />
Cano Rubio (q.e.p.d.) que ya conocía, no sola-<br />
ADARVE I Nº 619-620 - 15 <strong>de</strong> Marzo y 1 <strong>de</strong> Abril 2002<br />
Aquellos contertulios <strong>de</strong>l Rincón<br />
mente por haber sido -en el campo laboraluno<br />
<strong>de</strong> mis jefes, sino por haber echado con él,<br />
mano a mano, o <strong>de</strong> compañeros infinidad <strong>de</strong><br />
amenas e interesantes partidas <strong>de</strong> billar en el<br />
extinto salón <strong>de</strong> juegos <strong>de</strong>l «Casino <strong>de</strong> los<br />
Señores)) ...<br />
Hay en el Centro <strong>de</strong> Día, conforme se suben<br />
las escaleras que dan acceso a la primera<br />
planta, en dirección a la sala <strong>de</strong> lecturas, un<br />
rincón a la <strong>de</strong>recha muy acogedor y confortable<br />
en cuyos tresillos pue<strong>de</strong>n acomodarse con<br />
holgura 10 ó 12 personas. Pues bien, en ese<br />
rincón solían reunirse un número in<strong>de</strong>terminado<br />
<strong>de</strong> personas provenientes <strong>de</strong> los más<br />
diversos estamentos <strong>de</strong> la sociedad. Allí se<br />
hablaba <strong>de</strong> economía, <strong>de</strong> política, <strong>de</strong> la guerra,<br />
<strong>de</strong> los temas <strong>de</strong> actualidad; bien a nivel nacional,<br />
provincial y local. De fútbol, cosa rara,<br />
nunca se hablaba. En cambio <strong>de</strong> tauromaquia<br />
era el disloque. No en vano, entre los contertulios,<br />
había 3 ó 4 aficionados <strong>de</strong> reconocida<br />
altura y categoría, conocedores <strong>de</strong> la Historia<br />
<strong>de</strong>l Toreo. Tan animados y frecuentes eran los<br />
«<strong>de</strong>bates)) sobre el tema taurino que, alguien,<br />
en clara alusión a un programa televisivo<br />
<strong>de</strong>dicado a la Fiesta Nacional,le puso al rincón,<br />
muy acertadamente, el «Tendido Cero)).<br />
Pero, ¿saben uste<strong>de</strong>s lo que ocurrió con el<br />
rincón? Pues nada; lo que suele ocurrir cuando<br />
los componentes <strong>de</strong> cualquier tertulia -que se<br />
precie- la integran personas <strong>de</strong> eda<strong>de</strong>s avanzadas.<br />
En cuestión <strong>de</strong> un par <strong>de</strong> años la guadaña<br />
<strong>de</strong> la muerte segó la vida <strong>de</strong> 8 ó 10 tertulianos<br />
<strong>de</strong>l «TENDIDO CERO)). A continuación enumero<br />
- aunque me salte el or<strong>de</strong>n cronológico <strong>de</strong><br />
fechas- los nombres <strong>de</strong> los fallecidos. López, el<br />
<strong>de</strong> Telégrafos, Antonio, el «Cojillo)) (taxista),<br />
Juan Chumilla, el «Sargento)), José y Francísco<br />
Tofé, Juan Tofé Bufill, Navarro, el «Guarda)),<br />
Carlos Gómez, Jesús Molina, Antonio Peláez<br />
Ojeda y, por último, hace unos días, Manolo<br />
Muñoz (Manolo el <strong>de</strong> la Carne), componentes<br />
todos <strong>de</strong> la mencionada tertulia. De los «supervivientes)),<br />
sólo quedamos 3 ó 4; Julio Forcada,<br />
Manuel Gómez, Antonio Ruiz-Ruano, el <strong>de</strong> la<br />
«Mina)) y el que suscribe y <strong>de</strong> menor edad,<br />
Pablo GÓmez.<br />
Ni que <strong>de</strong>cir tiene que aquellas muertes tan<br />
numerosas y tan seguidas pusieron en marcha<br />
los resortes <strong>de</strong> la superstición y todo el mundo<br />
tomaba precauciones <strong>de</strong> no sentarse en el<br />
rincón, por si acaso ...<br />
Hubo <strong>de</strong> pasar mucho tiempo para que el<br />
«rincón )) se repoblara nuevamente; pero ahora<br />
con jubilados proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> agro campesino,<br />
nacidos, en su mayoria, en los vecinos<br />
pueblos <strong>de</strong> Algarinejo, Montefrío, Almedinilla,<br />
así como <strong>de</strong> nuestras numerosas al<strong>de</strong>as, parajes<br />
y cortijos. Son buena gente, llanos y sencillos,<br />
aunque recelosos. Algunas veces me siento<br />
con ellos, por aquello <strong>de</strong> que <strong>de</strong> los mayores<br />
siempre se apren<strong>de</strong>, aunque su charla, esté<br />
bipolarizada en dos direcciones: la agricultura<br />
y nuestra última guerra civil, <strong>de</strong> la que cuentan<br />
y no acaban. Me encantan, porque hablan<br />
sin dobleces, con un léxico natural y fluido<br />
ajustado a los niveles en los que se han <strong>de</strong>sarrollado<br />
sus vidas presentando su alma tal<br />
como es, aunque <strong>de</strong>jen entrever -eso sí- su<br />
falta <strong>de</strong> cultura y <strong>de</strong> intelecto que, sin embargo,<br />
compensan con un anecdotario extenso y<br />
sustancioso.<br />
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