Jesús, el Siervo de todos: Buscando la grandeza verdadera en Dios

CONFERENCIA FASCINATE 2010 – DAVID SLIKER
Jesús, el Siervo de todos: Buscando la grandeza verdadera en Dios
I. EL DIOS SIERVO Y EL HOMBRE ORGULLOSO
3 Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos, y que de Dios había salido y
a Dios volvía, 4 se levantó de la cena y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. 5 Luego echó
agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía
ceñida. 6 Entonces llegó a Simón Pedro. Este le dijo: Señor, ¿tú lavarme a mí los pies? 7 Jesús
respondió, y le dijo: Ahora tú no comprendes lo que yo hago, pero lo entenderás después. 8 Pedro le
contestó: ¡Jamás me lavarás los pies! Jesús le respondió: Si no te lavo, no tienes parte conmigo. 9
Simón Pedro le dijo: Señor, entonces no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza. (Jn. 13:3-9)
A. Es díficil para nosotros relacionarnos con Jesús el Siervo. Que el Mesías y Rey de la tierra nos
sirva como un amigo en vez de ordenar que le obedezcamos ofende nuestras sensibilidades.
Incluso sus mandamientos y su deseo por nuestra obediencia deben ser motivados y alimentados
por el amor, la confianza y el gozo cuando confiamos que sus mandamientos son para nuestro
beneficio y nuestro bien. Es simplemente una sabiduría superior vivir de acuerdo a su palabra.
Aun sus mandamientos existen para servirnos, lo cual causa que en respuesta le sirvamos
gozosamente con tierna gratitud.
B. Gran parte de nuestra naturaleza y de cómo pensamos es similar a cómo Pedro pensaba: cuando
una persona tiene mayor autoridad que la que nosotros tenemos se relaciona con nosotros,
tenemos la tendencia a deferir, honrar, y tomar el lugar más bajo. Esto no es porque somos
humildes por naturaleza; en realidad es debido a todo lo contrario: es debido a que esperaríamos
(y a veces demandaríamos) que otros hagan lo mismo por nosotros cuando estemos en una
posición de autoridad. Pedro se estaba relacionando con Jesús de la misma manera que él
esperaría que otros se relacionaran con él cuando alcanzara la grandeza. Por eso, él no tenía idea
de qué hacer, o de cómo relacionarse con Jesús, cuando su maestro y rabino se ciñó a sí mismo
con una toalla y comenzó a lavar sus polvorientos pies.
C. Esta era la postura de un siervo en los círculos de poder y privilegio en la cultura oriental; Jesús
estaba tomando el rol del siervo humilde, y en el proceso estaba también elevando a sus
discípulos al lugar del señor privilegiado o noble. Era inaudito en la cultura oriental que un
famoso rabino o líder espiritual actuara de tal manera. El poderoso sanedrín tenía discípulos con
ambiciones políticas que estaban alegres de servir a estos hombres de influencia, ricos,
poderosos y bien conectados, con las esperanzas de ser ascendidos a posiciones de poder e
influencia. Jesús redefine radicalmente la grandeza, el poder, y la autoridad para todos nosotros
en este sólo acto.
IHOP-KC Base de Misiones
www.IHOP.org

CONFERENCIA FASCINATE 2010 – DAVID SLIKER
Jesús, el Siervo de todos: Buscando la grandeza verdadera en Dios Página 2
II. JESÚS DEFINE LA GRANDEZA A TRAVÉS DEL SERVICIO
25 Pero Jesús, llamándolos junto a sí, dijo: Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de
ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. 26 No ha de ser así entre vosotros, sino que el que
quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor, 27 y el que quiera entre vosotros ser el
primero, será vuestro siervo; 28 así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y
para dar su vida en rescate por muchos. (Mt. 20:25-28)
A. Jesús expresó fielmente el corazón de su Padre en una manera que era impresionante para los
judío de su tiempo. Hay dos verdades que debemos entender a medida que buscamos y
caminamos con Dios: que nuestro Rey y Dios es un siervo, y que Él desea relacionarse con
nosotros de tal manera. Esta revelación del «Siervo-Mesías» y el «Siervo-Rey» es un gran
misterio y paradoja que es completamente diferente a la manera en que cualquier rey gentil
(pagano) buscó ejercer autoridad y poder sobre otros.
B. Los reyes gentiles usaban a hombres y mujeres simplemente como recursos para fortalecer su
esfera de influencia y para mejorar sus vidas y posición entre los hombres y naciones. La gente
de clase baja o estatus eran instrumentos por los cuales la posición y el poder podían ser usados
para obtener ventajas y privilegios sobre los demás. La grandeza era medida por el tamaño de su
reino y de la riqueza y el poder que acumulaban entre los pueblos.
C. Jesús perturbó completamente la manera en la que Dios define grandeza. Él afirmó que está bien
que un hombre y una mujer busquen la grandeza verdadera, pero Él proporcionó unos lentes
completamente diferentes con los que observar la grandeza y la belleza de Dios; que a su vez
redefinieron el estándar, nuestra búsqueda, y la manera en la que viviríamos la verdadera
autoridad en el reino de Dios. Esta respuesta vino a causa de una pregunta que hizo la madre de
Juan y Jacobo: ella deseaba la grandeza para sus hijos. Los otros diez discípulos estaban «muy
descontentos» pero Jesús no estaba molesto para nada por la pregunta. Él simplemente extendió
la invitación a todos ellos, y por lo tanto a todos nosotros, de que debemos tener confianza en
nuestros corazones de que el Padre nos recompensaría sabiamente (Mt. 20:15-16).
D. En la redefinición de grandeza, Jesús redefinió nuestra importancia y valor de acuerdo al
liderazgo expresado por Dios: nuestro Padre celestial no nos ve como «recursos» o
«instrumentos» para ayudar a hacer su reino grande; su reino ya es grande. Él no nos necesita
para aumentar su esfera de influencia o para incrementar su honor o gloria. Desde un lugar de
confianza y alegría suprema, no hay nada que podamos añadir o quitarle a Él, lo cual lo libera
para que se abandone en el servicio a nosotros. Su grandeza y gloria ya están establecidos. Por lo
tanto, Él trabaja para servirnos y para engrandecernos entre los hombres y mujeres de la tierra.
Así, la grandeza es definida como el servir el destino de otro y laborar para que otros sean
grandes. ¿Quién usa su poder y sus recursos para hacer que otra persona sea grande en Dios?
IHOP-KC Base de Misiones
www.IHOPlatino.org

CONFERENCIA FASCINATE 2010 – DAVID SLIKER
Jesús, el Siervo de todos: Buscando la grandeza verdadera en Dios Página 3
E. Definir la grandeza, la autoridad, y la humildad de esta manera establece nuestro valor y nuestra
dignidad entre los hombres en una forma que transciende función, título, posición, o estatus
socio-económico. Esta es la razón por la cual el evangelio ha atraído principalmente a los pobres
de la tierra, y a lo que se debe que Jesús haya afirmado que «es difícil que un rico entre en el
reino de los cielos» (Mt. 19:23-24). Los pobres y los jóvenes no tienen nada que perder al poner
su esperanza en esta clase que grandeza que tiene poco valor o beneficio en esta siglo. Es difícil
para un hombre rico, o una persona que tiene mucho que perder, hacer los sacrificios necesarios
para entrar por la senda agosta y difícil del siervo. ¿Quién da y ama sin ninguna preocupación
por lo que puede recibir a cambio inmediatamente de aquel al que está sirviendo?
F. Jesús define el ser «grande en su vista» como el usar toda mi mente, corazón, alma, y fuerza
para hacer a otros grandes en su vista.
III. LA PROMESA DE JESÚS PARA SERVIR AL FIEL
35 Estad siempre preparados y mantened las lámparas encendidas, 36 y sed semejantes a hombres que
esperan a su señor que regresa de las bodas, para abrirle tan pronto como llegue y llame. 37 Dichosos
aquellos siervos a quienes el señor, al venir, halle velando; en verdad os digo que se ceñirá para servir ,
y los sentará a la mesa, y acercándose, les servirá. (Lc. 12:35-37)
A. Esta es una promesa escandalosa de Jesús relacionada a su regreso por los fieles, y a la manera
de su regreso. Mientras que Jesús va a regresar a la tierra como el celoso Juez de los malvados,
Él va a regresar por los fieles como el Siervo tierno de corazón y en estilo de vida. Jesús da un
estándar claro para una postura de «espera agresiva» por el regreso del Señor. La manera más
segura de vivir mientras esperamos por su regreso es vivir sirviendo y ardiendo por dentro con
afecto y devoción. Debemos vivir en mansedumbre, ternura, y fidelidad: con una vida
«derramada» y preparada para abrir rápidamente cuando Él toque a la puerta de nuestro corazón,
y no ser insensibles. Debemos darnos a la oración, al ayuno y al servicio afectuoso para cultivar
un corazón que es responsivo al Espíritu Santo, y está dispuesto a entrar al banquete que se
avecina.
IV. «LIDERAZGO DE SIERVO»: TRES ESTÁNDARES DEL CORAZÓN
A. «El liderazgo de siervo» es igual a un liderazgo manso (refrenado en poder).
1. Pensamientos, palabras, acciones: llevando cautivo todo pensamiento, domando la
lengua, haciendo obras justas.
B. El «liderazgo de siervo» es igual a un liderazgo tierno (sincero en compasión).
1. Un afecto genuino por los unos y los otros con un «corazón que fluye»; amar a Dios y a
su pueblo (primer y segundo mandamiento).
IHOP-KC Base de Misiones
www.IHOPlatino.org

CONFERENCIA FASCINATE 2010 – DAVID SLIKER
Jesús, el Siervo de todos: Buscando la grandeza verdadera en Dios Página 4
C. El «liderazgo de siervo» es igual a un liderazgo fiel (dado consistentemente).
1. Respuestas piadosas y firmes guiadas por valores biblícos, en vez de reacciones
emocionales y arranques.
IHOP-KC Base de Misiones
www.IHOPlatino.org