08.05.2013 Views

Editora Digital - Universo Romance, el Portal

Editora Digital - Universo Romance, el Portal

Editora Digital - Universo Romance, el Portal

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CASTALIA CABOTT<br />

El traductor<br />

Cruzados 3<br />

Claro que entendía, esperaría su turno detrás de los nobles y<br />

recibiría <strong>el</strong> pago pactado. La mitad le había sido entregada con<br />

anticipación. Esa había sido enviada para completar <strong>el</strong> pago de la isla.<br />

Con esta parte compraría semillas, y maquinarias. Completaría su<br />

puerto y acondicionaría <strong>el</strong> hospital de Adam y Andreas. Les alcanzaría<br />

para afrontar los próximos cinco años siendo cuidadosos, porque en<br />

cinco años, la producción de olivos y la cantera ya estaría rindiendo<br />

sus frutos.<br />

Ahí estaba de pie, apoyando sus dos manos sobre <strong>el</strong> cabo de su<br />

espada, esperando su turno mientras sentía los aplausos y gritos de<br />

alabanza de los hombres cuando los nombres de sus superiores eran<br />

pronunciados y se ad<strong>el</strong>antaban para recibir su parte.<br />

Mientras veía pasar uno a uno a los nobles de Tarento miró hacia<br />

los prisioneros. Buscaba unos ojos color esmeralda. ¿Habría muerto?<br />

La duda había cruzado varías veces su cabeza en esos días. La batalla<br />

había sido feroz y cruenta. Ni siquiera tenía un escudo con <strong>el</strong> cual<br />

defenderse. Lo más probable es que fuera uno de los miles que<br />

estaban siendo enterrados en una tumba colectiva. Aún con esa<br />

certeza había buscado y enviado a Muller y MacFardenn<br />

infructuosamente. Nada. Parecía que la tierra se lo había tragado.<br />

William se reprochaba una y otra vez no haber sido más previsor,<br />

tendría que haberlo buscado en ese momento, en <strong>el</strong> mismo instante<br />

en que consiguió <strong>el</strong> caballo de su agresor, ¿Cuánto podría haberse<br />

demorado en encontrarlo? Pero lamentarse era inútil, <strong>el</strong> tiempo no<br />

retrocede aunque uno lo desee con desesperación. Y seguía pensando<br />

en él. Desde ese momento en la batalla esos ojos esmeralda no<br />

habían salido ni un segundo de su cabeza.<br />

Los gritos en un idioma desconocido lo sacaron de su abstracción,<br />

al parecer Spencer, <strong>el</strong> conde de Gloucester, había <strong>el</strong>egido un sirviente<br />

pero este gritaba una serie de palabras que nadie entendía. No<br />

parecían insultos; los insultos tienen un matiz reconocible en<br />

<strong>Editora</strong> <strong>Digital</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!