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De sincronicidades y de cómo transmutar la decepción - Camino de ...

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<strong>De</strong> <strong>sincronicida<strong>de</strong>s</strong> y <strong>de</strong> <strong>cómo</strong> <strong>transmutar</strong> <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>cepción...<br />

Ocurrió en el Finis Terrae…<br />

Por Nómada<br />

… <strong>la</strong> tar<strong>de</strong> es <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que engañan: fuera, el sol luce c<strong>la</strong>ro,<br />

limpio, el cielo azul intenso, pero <strong>la</strong>s sombras <strong>de</strong> <strong>la</strong>s hojas en<br />

el interior <strong>de</strong>l salón danzan una muñeira incesante, locas, sin<br />

freno. El viento, fino y sutil, trenza su melodía contra los<br />

cristales… hace mucho frío, o lo parece.<br />

Las persianas <strong>de</strong> los ojos tien<strong>de</strong>n a caer. La música monótona<br />

y minimalista <strong>de</strong> Wim Mertens limpia y rellena <strong>la</strong> casa, el olor<br />

a sándalo impregna cada rincón, todo está preparado para<br />

recibir a quien quiera venir…<br />

Abro un nuevo libro, La Herbolera; primera página, primeras<br />

pa<strong>la</strong>bras:<br />

- ¡Katalintxe! ¡Katalintxe!<br />

Dos golpes rotundos en <strong>la</strong> puerta me sacan <strong>de</strong>l incipiente<br />

sopor que se estaba apo<strong>de</strong>rando <strong>de</strong> todo yo.<br />

Calzo los zuecos y acudo a <strong>la</strong> puerta. Al abrir<strong>la</strong> me encuentro<br />

a:<br />

- ¡Ho<strong>la</strong>, soy Katrina!<br />

- ¡Ho<strong>la</strong> Katrina, soy Ramón!<br />

Primera sincronicidad.<br />

Le hago gesto <strong>de</strong> entrar en <strong>la</strong> casa y allá que va. Es muy<br />

menuda, <strong>de</strong> edad madura, una <strong>de</strong> esas madres alemanas <strong>de</strong><br />

hijas alemanas más gran<strong>de</strong>s, más… típicas. Sonríe<br />

abiertamente y se <strong>la</strong>nza a abrazarme así, sin más. Pues<br />

bienvenido sea el abrazo.<br />

Cierro <strong>la</strong> puerta ante <strong>la</strong> ventolera que se cue<strong>la</strong> escaleras arriba<br />

y suena <strong>de</strong> nuevo el aldabón: TOC – TOC.<br />

Abro y aparece una alemana típica: joven, rubia, muy rubia,<br />

alta, muy alta, más… “teutona” que <strong>la</strong> otra, ya sabéis.


La invito con el gesto a pasar y ya estamos con los trámites<br />

administrativos: sel<strong>la</strong>do <strong>de</strong> cre<strong>de</strong>nciales, preguntas <strong>de</strong><br />

¿cuánto cuesta?; ¿qué?; dormir; pues <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> lo cansadas<br />

que vengáis; nada mujer, no cuesta nada, si queréis contribuir<br />

a <strong>la</strong> marcha <strong>de</strong>l Albergue ahí tenéis un bote; gracias; a<br />

vosotras…, tienes un lugar muy bonito; c<strong>la</strong>ro, vivo en él; y <strong>la</strong><br />

música es buena; si, <strong>la</strong> elijo yo; y huele muy bien…<br />

Suben a <strong>la</strong> habitación y se asombran <strong>de</strong> <strong>la</strong> vista <strong>de</strong> Fisterra, y<br />

les señalo el Faro, el fin <strong>de</strong> su camino. Les prometo que esta<br />

noche lo verán encendido y que les guardará su sueño.<br />

¿Qué les preparo para cenar? Son alemanas… una buena sopa<br />

caliente y salchichas cocidas con arroz y queso… sí, creo que<br />

será una buena cena.<br />

Ya duchadas y con ropa <strong>cómo</strong>da bajan y les comunico que<br />

cenaremos a <strong>la</strong>s ocho, si les parece bien. Se miran divertidas:<br />

-Creíamos que hoy no comeríamos, tenemos una tableta <strong>de</strong><br />

choco<strong>la</strong>te pero no pensábamos bajar al pueblo. –Pues ya veis,<br />

no hace falta, tenemos <strong>de</strong> todo.<br />

Las dos vienen <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Roncesvalles, cada una por su cuenta.<br />

Han venido coincidiendo varios días a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> todo un mes,<br />

pero nunca han hecho propósito <strong>de</strong> caminar juntas. Y el<br />

<strong>de</strong>stino ha querido que se encontraran el penúltimo día, frente<br />

al Fin <strong>de</strong> <strong>la</strong> Tierra, al final <strong>de</strong> su aventura, <strong>de</strong> su búsqueda…<br />

Katrina hab<strong>la</strong> un poco castel<strong>la</strong>no, ha vivido dos años en<br />

Canarias, y eso facilita <strong>la</strong> comunicación. Su mirada es dulce,<br />

una preciosa mezc<strong>la</strong> <strong>de</strong> bondad y tristeza… Hab<strong>la</strong> mucho<br />

durante <strong>la</strong> comida, se <strong>la</strong> nota una necesidad <strong>de</strong> comunicar, <strong>de</strong><br />

expresarse… Renata mira, escucha, observa, asiente, sonríe<br />

tímidamente y se ruboriza constantemente si te diriges a el<strong>la</strong>.<br />

No están contentas… hasta ahora. Su camino ha sido duro,<br />

solitario, un tanto triste, esperaban más comunicación, creían<br />

que encontrarían más alemanes y no han hab<strong>la</strong>do casi con<br />

nadie. Aún así todo les ha parecido hermoso, todo… excepto<br />

algunas actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> gente, piensan que los peregrinos no<br />

son bien recibidos en algunos lugares…<br />

Por ejemplo, en <strong>la</strong> Oficina <strong>de</strong>l Peregrino <strong>de</strong> Santiago, al<br />

solicitar información sobre <strong>cómo</strong> llegar a Fisterra, el<br />

funcionario <strong>de</strong> turno hace como que no <strong>la</strong>s escucha. Al insistir<br />

en ello, cargado <strong>de</strong> mal humor y <strong>de</strong> ma<strong>la</strong>s maneras,<br />

levantando <strong>la</strong> voz para que los <strong>de</strong>más asistentes no pierdan


<strong>de</strong>talle, les suelta una filípica sobre <strong>la</strong>s "estúpidas" modas<br />

mo<strong>de</strong>rnas <strong>de</strong> los pseudo espirituales que no son más que unos<br />

farsantes y unos corruptores <strong>de</strong>l <strong>Camino</strong> <strong>de</strong> Nuestro Señor<br />

Santiago... y tal y tal. El<strong>la</strong>s, tristes y asombradas por <strong>la</strong><br />

reacción, abandonan <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> con el firme propósito, hasta<br />

entonces sólo una posibilidad, <strong>de</strong> llegar hasta el Finis Terrae, a<br />

culminar su periplo, intuyen que algo mejor les espera...<br />

Las <strong>de</strong>jo soltar, escucho atentamente y <strong>la</strong>s invito con <strong>la</strong><br />

mirada a que se abran, a que me cuenten. Y rompen los velos<br />

y se muestran tal cual se sienten en su interior,<br />

<strong>de</strong>cepcionadas, llegan al final <strong>de</strong> un camino que tanto les<br />

prometía y no han encontrado a <strong>la</strong>s personas… - Bueno, eso<br />

tiene remedio – les digo.<br />

-Hab<strong>la</strong>dme <strong>de</strong> <strong>la</strong>s personas- les propongo- seguro que habéis<br />

encontrado alguien interesante, que os haya <strong>de</strong>jado huel<strong>la</strong>.<br />

Primero tímidamente, <strong>de</strong>spués con más soltura, me hab<strong>la</strong>n <strong>de</strong><br />

Luisa, <strong>de</strong> Agés, <strong>de</strong> Grañón, <strong>de</strong> Jato, <strong>de</strong> Marcel el <strong>de</strong> <strong>la</strong> Faba, <strong>de</strong><br />

Tomás, <strong>de</strong>… ¡Caramba! y no habían conectado con <strong>la</strong> gente…<br />

El<strong>la</strong>s mismas se dan cuenta <strong>de</strong> su contradicción y rompen a<br />

reir. -¡Es cierto! ¡Nos ha ido muy bien, y hemos conocido a<br />

mucha gente buena, y hemos aprendido mucho…! Entonces les<br />

hablo <strong>de</strong> mi eterno proyecto <strong>de</strong> escribir no sobre los pueblos<br />

ni los kilómetros, sino <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gentes <strong>de</strong>l <strong>Camino</strong>, <strong>de</strong> hacer una<br />

guía humana <strong>de</strong>l <strong>Camino</strong> y me animan a ello, creen que es lo<br />

más importante. Y Katrina insiste en que a<strong>de</strong>más no me olvi<strong>de</strong><br />

escribir <strong>de</strong> mí. - Pero eso, amiga, es para <strong>la</strong>s personas que se<br />

<strong>de</strong>jan <strong>la</strong> piel en el <strong>Camino</strong>, para gente que vive en <strong>la</strong> memoria<br />

<strong>de</strong> los peregrinos... –Pues por eso, por eso -insiste.<br />

Al hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> Marcel le pregunto <strong>cómo</strong> está. Me dice que en<br />

breve irá a <strong>la</strong> India. -¿Tú has ido a <strong>la</strong> India? – me suelta <strong>de</strong><br />

repente. –No… todavía. Me interroga con <strong>la</strong> mirada y le cuento<br />

uno <strong>de</strong> mis mayores secretos. –No iré a <strong>la</strong> India como turista.<br />

El día que vaya a <strong>la</strong> India, será para no volver, allí terminaré<br />

mi vida… -¿A dón<strong>de</strong> irás? –A Benarés, y allí acabaré. – Pues<br />

qué bueno que aún no has ido, así te tenemos aquí, con<br />

nosotras…<br />

En ese momento me doy cuenta <strong>de</strong> que <strong>la</strong> música que suena es<br />

<strong>de</strong> shitar, armoniosa, eterna, y que un dulce olor a sándalo y<br />

nenúfar llenan el ambiente.<br />

Segunda sincronicidad.<br />

Katrine entonces me resume su <strong>Camino</strong>: ha sido como una


“vida extra” <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida. Yo le digo que tiene que hacer<br />

que esa vida “extra” se convierta en su vida ordinaria, que no<br />

hay que rendirse ante <strong>la</strong> dificultad <strong>de</strong> llevar estas experiencias<br />

a <strong>la</strong> práctica en <strong>la</strong> vida cotidiana, una vez que se han sentido y<br />

que se han hecho realidad… y les hago prometer que lo<br />

intentarán y que a partir <strong>de</strong> ahora todo será más fácil.<br />

Me agra<strong>de</strong>cen con sus mejores sonrisas que <strong>la</strong>s haya atendido,<br />

que estuviéra aquí, en lo alto <strong>de</strong>l monte, con esta preciosa<br />

casa abierta esperándo<strong>la</strong>s. Ahora ya su <strong>Camino</strong> tiene sentido,<br />

han recorrido con el pensamiento cada uno <strong>de</strong> los días que ha<br />

durado, han recordado cada buena pa<strong>la</strong>bra recibida, cada<br />

gesto amable, y ya todo tiene otro color… <strong>la</strong>bor cumplida. Yo<br />

les recuerdo que el<strong>la</strong>s y todos los que son como el<strong>la</strong>s son <strong>la</strong><br />

razón <strong>de</strong> que esté aquí, y a mi vez les agra<strong>de</strong>zco que hayan<br />

elegido este lugar para <strong>de</strong>scansar y su compañía esta noche.<br />

Al <strong>de</strong>spedir<strong>la</strong>s esta mañana, ambas me han abrazado con<br />

fuerza… y en el libro <strong>de</strong> Peregrinos han aparecido escritas<br />

estas pa<strong>la</strong>bras:<br />

“Lo más importante son los hombres que escuchan sus<br />

corazones…<br />

su corazón es como una estrel<strong>la</strong> que da luz a <strong>la</strong> tierra…”<br />

Hil<strong>de</strong> Domin.<br />

, en euskara, Catalina en castel<strong>la</strong>no.<br />

Respecto a “JAMAS”<br />

“Jamás es una pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong>masiado contun<strong>de</strong>nte para ser<br />

cierta. Nadie está realmente seguro <strong>de</strong> lo que dura “jamás”<br />

porque nadie ha vivido tanto. Tranquilo, el tiempo siempre<br />

acaba por or<strong>de</strong>narlo todo”.<br />

Alonso <strong>de</strong> Sa<strong>la</strong>zar y Frías. Inquisidor Mayor <strong>de</strong> Logroño,<br />

apodado “El abogado <strong>de</strong> <strong>la</strong>s brujas”<br />

He dado <strong>la</strong> vuelta al reloj <strong>de</strong> arena… y que salga lo que tenga<br />

que salir...

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