Vicente Fox es el dueño absoluto de San Cristóbal ... - Reporte Indigo

La escena en la Universidad Americana era electrizante:
miles de jóvenes reunidos a finales de enero en una arena
para escuchar a Edward M. Kennedy, el venerable senador
de Massachusetts, quien haría público su respaldo a
Barack Obama para presidente y alabaría la habilidad del senador
de Illinois para inspirar y movilizar a una nueva generación de
estadounidenses.
Fue el telón de fondo perfecto para Obama, quien desde un
principio se ha orientado a la Generación del Milenio. Hace casi
un año, en un discurso pronunciado ante líderes afroamericanos
en Selma, Alabama, subrayó las diferencias entre dos tipos
de generaciones: la de Moisés, que liberó a los hijos de Israel de la
esclavitud, y la de Josué, que estableció el reino de Israel. La primera
fue una generación de idealistas y soñadores; la segunda fue de
hacedores y constructores.
Con ese discurso, en el que asoció a la
senadora Hillary Rodham Clinton con la
primera generación y reclamó para sí el
manto de la segunda, Obama disparó el primer tiro en una batalla
electoral que se está librando a lo largo de las líneas divisorias
entre estos dos arquetipos generacionales.
La historia estadounidense sugiere que cada 80 años, más o
menos, emerge una Generación Cívica (de Josué) para transformar
al país tras un periodo de zozobra causada por el fervor de
una Generación Idealista (de Moisés).
En 1828, 1860, 1896, 1932 y 1968, Estados Unidos experimentó
cambios políticos de importancia a medida que los miembros de
nuevas generaciones, alternadamente idealistas y cívicas, hacían
sentir el peso cuantitativo de su voto. Este año, la Generación del
Milenio, la de mentalidad cívica, la que conjunta a quienes nacieron
entre 1982 y 2003, entra en la edad adulta y promete voltear de
cabeza el panorama político definido por los idealistas de la Generación
de Posguerra, como Clinton y George W. Bush.
Criados por padres consentidores e impulsados en su edad
adulta por valores firmemente arraigados, los miembros de las
generaciones idealistas envuelven al país en intensos debates
sobre problemáticas sociales divisorias. En paralelo, intentan
imponer sus principios morales y causas personales a través del
proceso político. (¿Recuerda aquel grito de batalla de la Generación
de Posguerra: “Lo personal es político”?)
la historia de eU sUgiere qUe cada 80 años eMerge Una generación cívica (de
JosUé) Para transforMar al País tras Un Periodo de zozobra caUsado Por el
fervor de Una generación idealista (de Moisés).
En las eras idealistas que iniciaron en 1828 y 1896, el país se
dividió entre las fuerzas orientadas a la tradición y aquellas que
proponían un enfoque más moderno de la moralidad.
En 1828, los demócratas de Andrew Jackson dieron la victoria al
tradicionalismo rural. En 1896 sucedió lo opuesto: Mark Hanna,
el Karl Rove de su tiempo, guió al republicano William McKinley
al triunfo por encima de William Jennings Bryant y sus aliados
agrícolas. En esa ocasión, ganaron las compañías de la era indus-
índigo • 15 de febrero 2008 15 de febrero 2008 • índigo