Vicente Fox es el dueño absoluto de San Cristóbal ... - Reporte Indigo

política
¿Cómo fue?
Durante la semana previa al 7 de febrero,
fecha fijada por los propios legisladores para
designar a los nuevos consejeros electorales,
una cosa quedó clara: el PRD sólo entraría a
la negociación si le daban la Presidencia del
organismo.
Por eso, Acción Nacional comenzó a desechar la esperanza
de tener un presidente por consenso.
Se consideró seriamente la posibilidad de que tricolores
y blanquiazules se pusieran de acuerdo sin tomar en
cuenta al PRD. Pero prefirieron evitar el costo político porque
el desgaste ya había sido descomunal.
La noche previa a la votación fue tensa.
Cada partido llegó con dos nombres: Carlos Sirvent y
Marco Antonio Baños por el tricolor; Javier Santiago y Leonardo
Valdés por el sol azteca, y Benito Nacif y José Fernando
Ojesto por el blanquiazul.
En principio, el acuerdo podría salir adelante con Javier
Santiago, pero todos sabían que representaba “el Plan B
de López Obrador”. Se echó para atrás su candidatura en
el último momento.
Las conversaciones finales ocurrieron en el ir y venir
entre la Cámara de Diputados y las oficinas del PRI. Sólo
participaron los tres líderes de las bancadas mayoritarias
de San Lázaro.
A las 4 de la mañana parecía que todo se había venido
abajo. Pero, una hora más tarde, el humo blanquecino
tiñó el amanecer.
El cierre definitivo se logró por tres razones:
1. El PAN aceptó a Leonardo Valdés Zurita como presidente
y a Marco Antonio Baños como consejero del PRI.
2. El albiazul renunció a conseguir la Presidencia del
organismo.
3. Con el agua al cuello y el tiempo encima, el PRD se
vio amenazado: si no proponía un perfil aceptable, PRI y
PAN se irían solos.