Educación sexual y salud en la infancia - HIV/AIDS Clearinghouse

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08.05.2013 Views

ya sea desde el campo sanitario, o en el terreno de la investigación social. Es decir, considerar que la sexualidad es una construcción socio-histórico cultural nos desafía en varios planos, es un postulado teórico pero que interpela a la hora de la práctica concreta de la intervención, qué signifi ca intervenir desde esta perspectiva. Por lo mismo entendemos de que es necesario el desarrollo de la investigación interdisciplinaria. Y acá también entramos en polémicas con colegas con quienes tenemos algunos matices en el sentido de considerar que la sexualidad no es propiedad de ninguna disciplina, sino que es un campo de intervención y de producción de conocimientos interdisciplinarios, donde necesitamos del aporte de la historia, de la educación, de la psicología, de la antropología, de la política, de la sociología, de la medicina. Considerar que no hay una disciplina reina en el campo de la sexualidad, sino que es un terreno en el que necesitamos de la apertura disciplinaria de los distintos campos del conocimiento. Es una postura polémica y que puede confrontarse con algunas otras perspectivas que consideran que la sexualidad es objeto de estudio de una disciplina, pero desde nuestra perspectiva no es así. No me detendré en eso, pero sí importa que tengamos presente que necesitamos echar mano a herramientas que provienen de distintos campos disciplinarios para comprender mejor este terreno altamente complejo de lo humano, como en la sexualidad, y altamente específi co en términos de relaciones sociales. Uno puede decir, bueno, la sexualidad en la dimensión de las prácticas y de los discursos y de los signifi cados es un producto altamente específi co de las relaciones sociales. Las prácticas sexuales en ese sentido son prácticas sociales específicas, donde hay un intercambio específi co distinto al que existe en otras dimensiones de la vida cotidiana. Lo tercero que quería señalar es que nuestro enfoque tiene que ver con una opción 382 también teórica, metodológica y política que es la perspectiva de género. Esto también lo trabajaron, pero consideramos que es impensable analizar el campo de la sexualidad humana sin comprender cómo los signifi cados asociados a la sexualidad, las prácticas sexuales de las personas y los discursos en relación a la sexualidad están determinados y son elaborados por un sistema de género que coloca determinadas prohibiciones y permisos para mujeres y para varones, postula modelos hegemónicos de lo que es ser una buena mujer y lo que es ser un buen varón y también de lo que es tener un buen desempeño como mujer y como varón en relación a la sexualidad. Por lo tanto para nosotros no es un dato más las relaciones de género, son parte central de nuestro enfoque cuando analizamos resultados de investigación, pero más aún cuando nos formulamos las preguntas de investigación. Finalmente, nos parece medular la intervinculación en el análisis con otras dimensiones que son también centrales en la construcción de la subjetividad y de las sexualidades, como la pertenencia a un sector socioeconómico. Podemos hablar de sector socioeconómico, de clase social, porque son categorías distintas. Una cosa es ser mujer blanca pobre, ser mujer negra pobre o ser mujer blanca de sectores medios o altos de la sociedad. No es lo mismo ser homosexual que heterosexual. No es lo mismo ser adolescente que ser adulto. Todas estas dimensiones hacen a relaciones de poder dentro de la sociedad. Saben bien que nuestras culturas se han construido desde un modelo hegemónico de poder centrado en el hombre blanco, burgués, adulto, heterosexual y que desde ese modelo androcéntrico se ha construido incluso el pensamiento científi co. Muchas veces cuando quienes trabajamos en estos temas decimos niñas y niños, a veces resulta medio cargoso y pesado, nosotras y nosotros, todas y todos. Pero si no insistimos

Primera Relación Sexual Promedio inicio sexual: 14.44 años Varones: 14 años Mujeres: 15 años 1 de cada 5, tuvieron su primera relación sexual antes de los 14 años con el cambio en el lenguaje –que tienen sus signifi cados– el lenguaje signifi ca, el lenguaje produce subjetividad, produce conocimiento, posiciona la realidad. Y si yo siempre digo “todos” seguramente masculinizo el ambiente y seguramente le estoy hablándole a todas que son maestras, diciendo los maestros y son todas maestras, por poner un ejemplo muy cotidiano. Quiero señalar que para nosotros es central también considerar el campo de la sexualidad humana en sus dimensiones erótico placenteras y reproductivas como un campo en el cual las personas pueden tener o no tener condiciones para ejercer sus derechos, a vivir esa sexualidad de manera plena en función de sus creencias, en función de sus propios valores y para tomar las mejores decisiones en materia de sexualidad y reproducción, en función de sus propias creencias y de sus propios valores. Es decir, el campo de la sexualidad humana, fue históricamente considerado como algo íntimo, personal, privado e hizo que no se consideraba un asunto público, político y social, donde el Estado tenía un rol a cumplir en términos de garantizar las mejores condiciones en términos de equidad para que todas las personas –sin discriminación de ningún tipo, ni de edad, ni de orientación sexual, ni de sexo, ni de condición socioeconómica, opción religiosa, etcétera– pudieran ejercer esa sexualidad y tomar las decisiones en esa materia. También en la reproducción contando con las mejores garantías y las mejores herramientas de información y de educación. Este proceso está en construcción social y políticamente Compañero/a Primera vez Varones Mujeres 48% novio/a 86% novio/a 26% amigo/a 7% amigo/a 23% pareja ocasional 4 % pareja ocasional y hoy no están dadas hoy esas garantías para que todas y todos podamos ejercer estos derechos, menos aun la población adolescente y joven, que es tal vez la más vulnerable en este terreno de la sexualidad y la reproducción. Porque no solamente convive con las tensiones vinculadas a las relaciones de poder basadas en el adulto centrismo, somos los grandes quienes podemos decir qué está bien y qué está mal para un adolescente, además la sexualidad adolescente se asocia a la peligrosidad, al problema y por lo tanto lo que prevalece son los enfoques de riesgo; cuidemos que no se enfermen, que no se contagien. Y no los enfoques de promoción de derechos. Cuando nosotros estudiamos 10 años de investigación en Uruguay en materia de salud sexual y reproductiva en adolescentes nos encontramos con muy escasa publicación y fundamentalmente con grandes vacíos. Y esto nos llama la atención por un lado y por otro nos interpela. Qué poco que producimos, por lo menos que poco publicamos en relación a este campo, y por lo tanto desde qué lugar intervenimos, si no lo hacemos tomando en cuenta el conocimiento de lo que les pasa los adolescentes. ¿Desde qué lugar lo hacemos?, ¿desde lo que a nosotros nos pasó como adolescentes?, ¿de lo que nuestros abuelos o abuelas nos contaron que les pasó a ellos como adolescentes?, ¿de lo que creemos que es lo mejor para los adolescentes? ¿Desde qué marco de intervención? PANELISTA: Veremos los resultados de esa encuesta de menos de 500 casos acá, 383

ya sea desde el campo sanitario, o <strong>en</strong> el<br />

terr<strong>en</strong>o de <strong>la</strong> investigación social. Es decir,<br />

considerar que <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad es una construcción<br />

socio-histórico cultural nos desafía<br />

<strong>en</strong> varios p<strong>la</strong>nos, es un postu<strong>la</strong>do teórico<br />

pero que interpe<strong>la</strong> a <strong>la</strong> hora de <strong>la</strong> práctica<br />

concreta de <strong>la</strong> interv<strong>en</strong>ción, qué signifi ca<br />

interv<strong>en</strong>ir desde esta perspectiva.<br />

Por lo mismo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>demos de que es necesario<br />

el desarrollo de <strong>la</strong> investigación interdisciplinaria.<br />

Y acá también <strong>en</strong>tramos <strong>en</strong><br />

polémicas con colegas con qui<strong>en</strong>es t<strong>en</strong>emos<br />

algunos matices <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de considerar<br />

que <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad no es propiedad de ninguna<br />

disciplina, sino que es un campo de interv<strong>en</strong>ción<br />

y de producción de conocimi<strong>en</strong>tos<br />

interdisciplinarios, donde necesitamos del<br />

aporte de <strong>la</strong> historia, de <strong>la</strong> educación, de <strong>la</strong><br />

psicología, de <strong>la</strong> antropología, de <strong>la</strong> política,<br />

de <strong>la</strong> sociología, de <strong>la</strong> medicina. Considerar<br />

que no hay una disciplina reina <strong>en</strong> el campo<br />

de <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad, sino que es un terr<strong>en</strong>o <strong>en</strong> el<br />

que necesitamos de <strong>la</strong> apertura disciplinaria<br />

de los distintos campos del conocimi<strong>en</strong>to.<br />

Es una postura polémica y que puede confrontarse<br />

con algunas otras perspectivas que<br />

consideran que <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad es objeto de<br />

estudio de una disciplina, pero desde nuestra<br />

perspectiva no es así. No me det<strong>en</strong>dré <strong>en</strong><br />

eso, pero sí importa que t<strong>en</strong>gamos pres<strong>en</strong>te<br />

que necesitamos echar mano a herrami<strong>en</strong>tas<br />

que provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de distintos campos disciplinarios<br />

para compr<strong>en</strong>der mejor este terr<strong>en</strong>o<br />

altam<strong>en</strong>te complejo de lo humano, como<br />

<strong>en</strong> <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad, y altam<strong>en</strong>te específi co <strong>en</strong><br />

términos de re<strong>la</strong>ciones sociales. Uno puede<br />

decir, bu<strong>en</strong>o, <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad <strong>en</strong> <strong>la</strong> dim<strong>en</strong>sión<br />

de <strong>la</strong>s prácticas y de los discursos y de<br />

los signifi cados es un producto altam<strong>en</strong>te<br />

específi co de <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones sociales. Las<br />

prácticas <strong>sexual</strong>es <strong>en</strong> ese s<strong>en</strong>tido son prácticas<br />

sociales específicas, donde hay un<br />

intercambio específi co distinto al que existe<br />

<strong>en</strong> otras dim<strong>en</strong>siones de <strong>la</strong> vida cotidiana.<br />

Lo tercero que quería seña<strong>la</strong>r es que nuestro<br />

<strong>en</strong>foque ti<strong>en</strong>e que ver con una opción<br />

382<br />

también teórica, metodológica y política<br />

que es <strong>la</strong> perspectiva de género. Esto<br />

también lo trabajaron, pero consideramos<br />

que es imp<strong>en</strong>sable analizar el campo de <strong>la</strong><br />

<strong>sexual</strong>idad humana sin compr<strong>en</strong>der cómo<br />

los signifi cados asociados a <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad,<br />

<strong>la</strong>s prácticas <strong>sexual</strong>es de <strong>la</strong>s personas y los<br />

discursos <strong>en</strong> re<strong>la</strong>ción a <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad están<br />

determinados y son e<strong>la</strong>borados por un sistema<br />

de género que coloca determinadas prohibiciones<br />

y permisos para mujeres y para<br />

varones, postu<strong>la</strong> modelos hegemónicos de<br />

lo que es ser una bu<strong>en</strong>a mujer y lo que es<br />

ser un bu<strong>en</strong> varón y también de lo que es<br />

t<strong>en</strong>er un bu<strong>en</strong> desempeño como mujer y<br />

como varón <strong>en</strong> re<strong>la</strong>ción a <strong>la</strong> <strong>sexual</strong>idad. Por<br />

lo tanto para nosotros no es un dato más<br />

<strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones de género, son parte c<strong>en</strong>tral<br />

de nuestro <strong>en</strong>foque cuando analizamos<br />

resultados de investigación, pero más aún<br />

cuando nos formu<strong>la</strong>mos <strong>la</strong>s preguntas de<br />

investigación.<br />

Finalm<strong>en</strong>te, nos parece medu<strong>la</strong>r <strong>la</strong> intervincu<strong>la</strong>ción<br />

<strong>en</strong> el análisis con otras<br />

dim<strong>en</strong>siones que son también c<strong>en</strong>trales<br />

<strong>en</strong> <strong>la</strong> construcción de <strong>la</strong> subjetividad y de<br />

<strong>la</strong>s <strong>sexual</strong>idades, como <strong>la</strong> pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a un<br />

sector socioeconómico. Podemos hab<strong>la</strong>r<br />

de sector socioeconómico, de c<strong>la</strong>se social,<br />

porque son categorías distintas. Una cosa<br />

es ser mujer b<strong>la</strong>nca pobre, ser mujer negra<br />

pobre o ser mujer b<strong>la</strong>nca de sectores<br />

medios o altos de <strong>la</strong> sociedad. No es lo<br />

mismo ser homo<strong>sexual</strong> que hetero<strong>sexual</strong>.<br />

No es lo mismo ser adolesc<strong>en</strong>te que ser<br />

adulto. Todas estas dim<strong>en</strong>siones hac<strong>en</strong> a<br />

re<strong>la</strong>ciones de poder d<strong>en</strong>tro de <strong>la</strong> sociedad.<br />

Sab<strong>en</strong> bi<strong>en</strong> que nuestras culturas se han<br />

construido desde un modelo hegemónico<br />

de poder c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> el hombre b<strong>la</strong>nco,<br />

burgués, adulto, hetero<strong>sexual</strong> y que desde<br />

ese modelo androcéntrico se ha construido<br />

incluso el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to ci<strong>en</strong>tífi co. Muchas<br />

veces cuando qui<strong>en</strong>es trabajamos <strong>en</strong> estos<br />

temas decimos niñas y niños, a veces resulta<br />

medio cargoso y pesado, nosotras y nosotros,<br />

todas y todos. Pero si no insistimos

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