o proceso penal a manuel curros enríquez - Consello da Cultura ...
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libro CURROS ENRIQUEZ 21/9/01 09:00 Página 76<br />
Quam faedissima Ecclesi romanae facies, exclama el religiosísi-mo car d e n a l<br />
B a ronio, quum Romae dominarentur potentissimae aeque ac sordidissimae mere t r i -<br />
ces! Quarum arbitrio mularentur Sedes, <strong>da</strong>rentur episcopi, et, quod auditu horr e n -<br />
dum et infandum est, intruderentur in Sedem Petri carum amasii pseudo-Pontifices,<br />
qui non sun nisi ad consgna<strong>da</strong> tantum tempora in catalogo romanorum Pontificum<br />
s c r i p t i .<br />
No confun<strong>da</strong>mos: los Papas no son el Pontificado, de la misma manera que los<br />
católicos no son el catolicismo.<br />
Por malos que sean los Papas, el Pontificado ha de ser siempre una institución<br />
altísima, como estableci<strong>da</strong> por Dios para el regimen y gobierno de su Iglesia.<br />
Por malos que sean los católicos, el catolicismo ha de ser siempre la ver<strong>da</strong>d,<br />
y la luz, la cari<strong>da</strong>d y la justicia.<br />
¿Pero es que el catolicismo exige, ni ha exigido en ningún tiempo, la servil<br />
adulación de los fieles relativamente á los vicios, ó á las malas costumbres, ó á las faltas<br />
de los que por ocupar los más elevados lugares de la jerarquía eclesiástica están<br />
más obligados á <strong>da</strong>r ejemplos de mansedumbre, de pie<strong>da</strong>d y de virtud?<br />
Es cierto que la historia nos enseña cuánto han tenido que sufrir los hombres,<br />
cuánto han tenido que padecer los hombres que escu<strong>da</strong>dos en una vi<strong>da</strong> sin mancha<br />
hicieron uso de la santa libertad de reprender el mal.<br />
El insigne fraile dominico que ha llenado con su nombre inmortal la segun<strong>da</strong><br />
mitad del siglo XV, Jerónimo Savonarola, tan constante en oponer con su poderosa<br />
elocuencia un fuerte dique á las ideas y á las costumbres paganas que invadían la<br />
socie<strong>da</strong>d de su tiempo, corrompiéndola, como intrépido en la defensa de los derechos<br />
del pueblo: aquel mártir de sus convicciones y de su amor á la pureza de las costumbres<br />
cristianas, que, con la sublime entereza que sólo está reserva<strong>da</strong> al ver<strong>da</strong>dero<br />
génio contesta á las amenazas de Roma:<br />
“Entre en el cláustro para aprender á sufrir; los padecimientos han venido á<br />
visitarme, los he estudiado y me han enseñado á amar y áperdonar siempre”.<br />
Savonarola, que vivía en una época en que se llamaba á Jesucristo hijo de Júpiter,<br />
Diosa á la Virgen María, y á la Providencia Destino; fijos los ojos en el cielo para<br />
implorar sin descanso la misericordia divina en favor de aquella socie<strong>da</strong>d tan desgracia<strong>da</strong><br />
como inmoral; predicando siempre, y siempre amonestando con digna sereri<strong>da</strong>d<br />
á los opresores, y siempre dirigiendo su cariñosa voz á los oprimidos; la voz de la<br />
esperanza y del consuelo, juzga cumplir con su deber escribiendo á los príncipes cirs-<br />
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