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winnicott, donald - obras completas.pdf

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los futuros analistas.<br />

Puede decirse que Jones admiraba a Freud y le fue posible creer en la obra de éste como el propio Freud creía.<br />

Al parecer, Jones siempre la valoró positivamente, con el resultado de que pudo efectuar un aporte importante<br />

en esa temprana etapa; sin Jones, no podemos estar seguros de que se hubiera alcanzado coincidencia sobre la<br />

política de formación.<br />

Los candidatos dispuestos a someterse al análisis y realizar su formación como aprendices encontraron en<br />

Jones a un maestro aplicado, dispuesto a comprender sus angustias y a brindarles asesoramiento y consejos<br />

prácticos.<br />

En las dos décadas intermedias entre las guerras mundiales, mientras la Sociedad se establecía y desarrollaba lo<br />

que podría denominarse una personalidad propia, y mientras se organizaba el Instituto, Jones se mantuvo<br />

siempre atento a su posición de control. Rara vez estuvo ausente en una reunión científica o en una reunión de<br />

comisión.<br />

En 1940, debido a la guerra, Jones resolvió mudarse cerca de Midhurst, aunque siguió en contacto con la<br />

Sociedad y los analistas que trabajaban en la Clínica. Renunció a la presidencia en 1944, pues había decidido<br />

no regresar a Londres sino más bien concentrarse en los trabajos escritos, al par que continuaba atendiendo a<br />

cierto número de pacientes privados que podían vivir en la campaña. De este modo sacó partido plenamente de<br />

sus dotes literarias. Las tareas de orden ejecutivo podían quedar en manos de otros. Debe de haberle sido<br />

difícil, por cierto, abandonar su puesto central, ya que sólo él conocía la historia del desarrollo de la Sociedad,<br />

que era parte de su propia historia. ¿Cómo estar seguro de que la Sociedad continuaría luchando por lo mismo<br />

que éi habla creado y por los principios fundamentales que él había sentado?<br />

Jones pasó a ocupar el puesto del estadista veterano, dejando la responsabilidad por los asuntos de la Sociedad<br />

a cargo de quienes estaban dispuestos a asumirla. La democratización que entonces se produjo en la Sociedad<br />

Británica resultó a la postre provechosa para su salud.<br />

Esas dos décadas entre las guerras estuvieron colmadas hasta el borde de acontecimientos en la vida científica<br />

y privada de Jones. Su primera esposa, Morfydd Owen, una talentosa música galesa, murió en 1918; no hubo<br />

hijos de este matrimonio (10). En 1919, Jones se casó con Katherine Jokl, y de este segundo matrimonio<br />

nacieron cuatro hijos: Gwenith (11), Mervyn, Nesta y Lewis.<br />

Es difícil entender cómo pudo Jones hacer todo lo que hizo en estos veinte años: la vida hogareña con sus hijos,<br />

el control de la Sociedad Británica, que se estaba expandiendo rápidamente, el contacto permanente con Freud<br />

y los grupos del continente europeo, a la vez que se mantenía estrechamente vinculado a los rápidos avances<br />

que tenían lugar en Estados Unidos.<br />

Uno de sus importantes logros prácticos fue que el término "psicoanálisis" llegara a ser aceptado en este país<br />

para designar la obra de Freud y su método. Con tal fin, Jones y Edward Glover debieron asistir a numerosas<br />

reuniones realizadas con los auspicios de la Asociación Médica Británica, resultado de lo cual fue que la<br />

profesión médica británica admitiese el vínculo esencial entre el término "psicoanálisis" y el nombre de Freud.<br />

Cuando en 1928 la Sociedad Psicoanalítica Británica le solicitó que eligiese un regalo para conmemorar ese<br />

logro, pidió que le diesen un sillón que pudiera usar el presidente de las reuniones científicas. Al recibir ese<br />

presente en una pequeña ceremonia, señaló que no habría podido alcanzar su fin sin ayuda de dos personas:<br />

Edward Glover y su esposa Katherine. Fue en esta oportunidad cuando cometió un desliz verbal que resultó<br />

sumamente divertido: dijo que estaba seguro de que ese regalo sería muy apreciado, no sólo por él, sino... ¡por<br />

sus predecesores en el cargo!<br />

A esta ceremonia aludió la Dra. Sylvia Payne al pronunciar un discurso en ocasión de entregar a Jones, en julio<br />

de 1946, el retrato de éste que hiciera Rodrigo Moynihan y que ahora se encuentra en el edificio de la Sociedad<br />

Psicoanalítica Británica. Por su parte, cuando recibió dicho retrato, Jones pronunció un discurso de despedida

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