Escritos Politicos Celia Hart - Ministerio del Poder Popular del ...

Diciembre de 2003
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La Bandera de Coyoacán
El 7 de noviembre vamos a estar celebrando el 86 aniversario
de la olvidada Revolución de Octubre, la revolución que
estremeció al mundo en 1917 y desperdigó miedos y mitos que
abrieron al mundo las puertas de un nuevo proyecto que dio
bases firmes a la teoría marxista. A pesar de su aparente fin
rotundo, esta revolución gloriosa reúne a todos los que esperan
que algún acontecimiento sencillo va a salvar al mundo.
No se deben dejar engañar; la revolución que cantó en el crucero
Aurora y en el Palacio de Invierno no es la misma que
murió en el otoño de 1990 cuando algunos hombres, completamente
ajenos a ella, decidieron que el socialismo no les cuadraba
y, brindando con vodka importada, saltaron la
talanquera.
La revolución de los soviets ya no existía (gracias a Dios) y
este gobierno endeble se fue debilitando hasta los años 80 del
siglo XX.
Pero la historia siempre nos sorprende con sus coincidencias
raras. El 7 de noviembre 1878 nació uno de los revolucionarios
más importantes de todos los tiempos, Lev Davidovich
Bronstein, conocido como León Trotsky, admirado por algunos,
odiado por otros y olvidado por la mayoría, excepto por
los acontecimientos pertinaces, 125 años después de su nacimiento,
rodeados por la incapacidad del capitalismo de ofrecer
a la humanidad una alternativa para sobrevivir y por la
reacción violenta del socialismo europeo, estamos delante de
una casa chiquita en Coyoacán, México. La bandera con la hoz
y el martillo, el último símbolo de la revolución socialista,
sigue ondeando como un homenaje silencioso a la muerte de
la última persona que vivió e esta casa.
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