Escritos Politicos Celia Hart - Ministerio del Poder Popular del ...

La historia del mundo que nos regala Eduardo Galeano, en
su nuevo libro a la que todos nos aferramos como a una cruz
de salvación, de desagua, si la firma de ese autor tan sólo defiende
una democracia que él mismo rechaza y burla… y así...
y así…
¿Qué le ha pasado a sus tinteros? ¿Cómo los componemos
de nuevo?
Nadie va a señalarme como devota del actual sandinismo.
Eso por fortuna fue dicho y bien publicitado, pero eso no implicará
jamás que yo apoye a los que buscan desestabilizar el
portentoso movimiento de mujeres, jóvenes y estudiantes que
vuelve a fraguarse en la Nicaragua de todos; eso no evitará
que aplauda a voz en cuello la valiente decisión del FSLN de
no entregar a los fachos de Uribe a las compañeras colombianas,
secuestradas por el ejercito de ese país y a las cuales ese
gobierno, el de Nicaragua, le da merecido asilo político.
Colombia (su gobierno) no tarda en sacar sus garras nuevamente.
Nicaragua es un puntal para la Alternativa Bolivariana
para las Américas, y debemos defender allí el color rojinegro.
Por más que para aquella campaña del 2006 electoral la recordaran
tan poco y que hubiese de cambiar algún que otro verso
del himno revolucionario más lindo del mundo.
Las plumas de esta izquierda vuelven a dejarme sin recursos.
No alcanzo sus trazos.
Pero sé que Nicaragua, la de Sandino, que no necesita renovarse
porque está más fresca que el agua saltarina, nos haría
sentir aquella felicidad inédita de los ochenta. Por la que mi
madre me ofreció su última sonrisa.
Liquidar a un partido burgués es un acto de mero trámite
en una revolución. Fidel y el Che liquidaron a los opositores en
menos tiempo de lo que dura un amanecer y Eduardo Galeano,
Mario Benedetti… y toditos ellos lo aplaudieron.
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