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Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

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al máximo que la sensación liberadora que sobreviene después de<br />

encajonar al enemigo en una red de mate, sólo se compara con<br />

un nudo que por fin se deshace en algún punto de unión entre el<br />

cuerpo y la conciencia; algo parecido a una descarga de euforia,<br />

pero de euforia pacífica, que a la larga se torna adictiva.<br />

<strong>Los</strong> temperamentos atraídos por el ajedrez se distinguen por la<br />

naturalidad con que se desplazan entre las entidades abstractas,<br />

así como por una concentración agudísima que dirigen a un<br />

reducido abanico de asuntos, hasta el punto de que a veces son<br />

poseídos por el demonio de la idea fija. Quizá debido a la formidable<br />

focalización de la que hacen gala, muchos genios <strong>del</strong> ajedrez<br />

han sido torpes e imprácticos en su vida diaria, han adquirido<br />

manías que uno no sabe si calificar de excéntricas o llanamente<br />

de supersticiosas, y se han visto aquejados por brotes esporádicos<br />

de paranoia o megalomanía, hasta que un día terminan por<br />

salirse literalmente de sus casillas. Entre los grandes jugadores<br />

que han padecido desórdenes mentales relacionados con su afición<br />

al ajedrez, o que cuando menos se han comportado fuera<br />

<strong>del</strong> tablero de manera a tal punto excéntrica de parecer un alfil<br />

con arranques de caballo, se cuentan Steinitz, Morphy, Pillsbury,<br />

Torre, Rubinstein y Fischer, por sólo mencionar a ajedrecistas de<br />

primera línea, dos de ellos campeones <strong>del</strong> mundo.<br />

Un carácter propenso a la introversión cae con facilidad en<br />

las arenas movedizas de este juego silencioso y autista que no<br />

precisa establecer una plática, que si acaso, como el Go de los<br />

orientales, se aproxima a una “conversación de las manos”, a<br />

un “diálogo manual”, y una vez allí, una vez absorbido por sus<br />

arenas envolventes y áridas, por sus exigencias no exentas de<br />

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