08.05.2013 Views

Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

alarma, como desafío de un orden cuyo velo se antoja demasiado<br />

frágil después de la rasgadura inopinada <strong>del</strong> monstruo, el cual<br />

simbólicamente representa al emisario de fuerzas ancestrales que,<br />

pese a haber permanecido cautivas por mucho tiempo, irrumpen<br />

con un descaro que sólo puede calificarse de malsano.<br />

Pero la angustia que despierta la figura <strong>del</strong> contrahecho y el deforme,<br />

que nos hace creer <strong>del</strong> todo justificado y hasta natural el impulso de<br />

excluirlo <strong>del</strong> círculo social, y a veces de ejercer una violencia inusitada<br />

contra él —como si ello bastara para negarlo—, reviste al mismo<br />

tiempo la forma de la atracción y el morbo: la irreprimible necesidad<br />

de ver de frente, así sea por el lapso que dura el escalofrío, aquello que<br />

nos confronta, aquello que nos refleja y modifica. Doblegados por<br />

la curiosidad, en medio <strong>del</strong> bochorno de una carpa que instaura el<br />

tiempo de las maravillas, en un ambiente impregnado por los orines<br />

de los leones enjaulados y la fragancia no menos repelente <strong>del</strong><br />

exotismo, asistimos a las funciones de circo a fin de mirar a la mujer<br />

barbuda, al microcéfalo, al hombre elefante, y ya sea mediante la<br />

mueca de asco o la risita nerviosa manifestar —en primer lugar a<br />

nosotros mismos— nuestro alivio, nuestra chapucera sensación de<br />

superioridad ante la dramática constatación de que los diferentes<br />

son ellos. Y a tal grado necesitamos contemplarnos en ese espejo de<br />

deformidad que nos repugna y tranquiliza —que nos devuelve la<br />

imagen inquietante de lo que pudimos ser, de lo siempre latente y<br />

sin embargo eludido—, que las barracas de feria, retratadas de forma<br />

magistral por Tod Browning en la película Freaks (1932), bien podrían<br />

describirse como cárceles ambulantes de confinamiento y segregación,<br />

pero también de alivio y garantía de distancia: el lugar donde el<br />

pavor frente al monstruo se deja vencer por el consuelo y a veces por<br />

su disfraz culpable: la lástima.<br />

7 0

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!