08.05.2013 Views

Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

especiales reservaba aquellos textos que lo conmovían particularmente<br />

y que, de acuerdo a su paladar amplificado, rozaban<br />

la perfección. No es descabellado que en su menú figuraran<br />

guisos con nombres que uno esperaría encontrar en el estante<br />

de una biblioteca distinguida: cena de John Milton a las finas<br />

hierbas, estofado de Chaucer con oporto, bocadillos de William<br />

Blake en salsa negra.<br />

Durante la segunda mitad <strong>del</strong> siglo XIX se desató una fiebre<br />

académica alrededor de la tarea más bien peregrina de definir<br />

al “hombre normal”. Biólogos, filósofos y antropólogos participaron<br />

con furor en el trazado de esa división en sí misma poco<br />

cuerda y de alcances dudosos, que a partir de bases naturalistas<br />

—o “positivas”— conduciría, entre otras cosas, a expulsar <strong>del</strong><br />

seno de la humanidad a todos aquellos individuos que ya fuera<br />

por su conducta inmoral, ya fuera por carecer de frenos inhibitorios<br />

en el decoro, no serían jamás invitados de honor en una<br />

convención puritana. Lombroso fue uno de aquellos académicos<br />

entusiastas que hicieron <strong>del</strong> darwinismo una variante disfrazada<br />

de la xenofobia. Su perfil <strong>del</strong> hombre normal se basaba no<br />

tanto en la inadaptación social o en alguna posible patología<br />

<strong>del</strong> cerebro, sino en atavismos de orden orgánico que hacía de<br />

los “anormales” —de las prostitutas, de los excéntricos, de los<br />

criminales— un género aparte, no <strong>del</strong> todo desarrollado desde<br />

el punto de vista evolutivo, que cabría clasificar como un accidente<br />

de la naturaleza. Según su propio relato, el fundamento de<br />

la antropología criminal —la conjetura de resabios primitivos o<br />

simiescos en el ser humano— llegó a su mente como una iluminación<br />

repentina mientras practicaba la necropsia de un ladrón<br />

célebre, cuyo cráneo presentaba semejanzas perturbadoras con<br />

4 4

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!