Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario
Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario
Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
En el transcurso de los funerales de Johannes Richter, más de<br />
uno se preguntó si su último adiós, aquella triste promesa sin<br />
sustento —“¡Ya les demostraré!, ¡ya les demostraré!”— era una<br />
frase casual o más bien correspondía a un plan ejecutado con<br />
amargo rigor. En la habitación donde murió todo hacía pensar<br />
en los preparativos de un suicidio, de forma que, al margen de<br />
sus intenciones, y como él mismo pregonó sin descanso, el fin<br />
le había llegado anticipadamente, sin previo aviso, como si el<br />
tañido de la muerte subrayara su autoridad y no consintiera<br />
que él abandonara este mundo con la boca cerrada. Salir de<br />
escena —había dicho más de una vez— debía ser un acto íntimo y<br />
callado; un momento de repliegue, no de extroversión, que más<br />
valía la pena aprovechar contemplando por última vez la marcha<br />
lenta de las nubes en el cielo infinito.<br />
Pero la caprichosa máquina <strong>del</strong> destino no le tenía reservada esa<br />
satisfacción. Con todo su veneno inútil, con la ironía un tanto<br />
lánguida de quien es alcanzado en el epílogo por lo que más<br />
aborrece, las palabras postreras de Richter merecerían un sitio<br />
en la eternidad, de no ser porque a él, que tanto sopesó frases en<br />
la balanza no siempre decisiva de la verdad y la falsedad, hoy ya<br />
nadie lo recuerda.<br />
4 0