Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario
Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario
Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
anclados a un rincón en apariencia ordinario, como eremitas<br />
que no sólo han renunciado a la vida en sociedad sino también<br />
al movimiento. Conocidos alguna vez como los “ejes obesos<br />
<strong>del</strong> mundo”, esos hombres (se sabe de tres: uno en Leipzig, otro<br />
en Londres y uno más, que sin embargo siempre se conservó<br />
<strong>del</strong>gado, en un desván de Lisboa) por alguna confusa síntesis<br />
de filosofía natural y superchería habían llegado a creer que<br />
aun las cosas más apartadas entre sí crean un <strong>del</strong>icado tejido<br />
de atracciones mutuas, de tensiones, paralelismos y nudos.<br />
Habían resuelto que su función en esa complicada trama era la<br />
de permanecer completamente quietos, sin mover un solo dedo,<br />
como paladines de la pasividad, pues de lo contrario se corría el<br />
riesgo de una hecatombe sin precedentes, de terremotos o marejadas,<br />
sino es que de desviaciones en la órbita de la Tierra.<br />
La estampa de esos individuos glotones, que permanecen cómodamente<br />
sentados sin esforzarse en la oración o la prédica, que<br />
no se molestan siquiera en adoptar la posición de flor de loto<br />
para cumplir su tarea, como estilitas lánguidos que siguen el<br />
ejemplo de Simón <strong>del</strong> desierto sólo que en el plano de la inacción<br />
y la haraganería, es perturbadora por lo que tiene de<br />
renuncia pasiva, de mansa desfachatez. A pocos siglos de distancia,<br />
lejos de su propósito de preservar el equilibrio <strong>del</strong><br />
cosmos (un equilibrio que, por más descomunal, creían que no<br />
los sobrepasaba), ese gesto de inmovilidad se antoja suficiente<br />
para sacar de sus goznes al <strong>universo</strong>, para desbaratar al menos<br />
la pretensión de su racionalidad, pues un empeño tan descabellado<br />
y si se quiere risible basta para contaminar de sinsentido<br />
todo lo que lo rodea, para desencadenar tormentas de absurdo a<br />
miles de kilómetros de distancia.<br />
1 1 3