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Los disidentes del universo - Biblioteca Mexiquense del Bicentenario

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mala fortuna de figurar justo en una época en que la liberalidad<br />

concedida al análisis comenzaba a restringirse. El reloj se empleó<br />

por primera vez de manera oficial en 1867 en el torneo de París,<br />

y no transcurrieron ni siquiera veinte años para que se aprobara<br />

el reloj mecánico dual inventado por Thomas Bright Wilson, que<br />

desde entonces se impuso en todo el mundo, con gran mortificación<br />

de los jugadores calmos y meditabundos.<br />

Aunque destacó en las exhibiciones de simultáneas a ciegas,<br />

Paulsen se interesaba menos en la victoria que en la verdad;<br />

era un ajedrecista de una sutileza sin precedentes, mas no <strong>del</strong><br />

tipo competitivo. Antes de tocar una pieza se cercioraba de que<br />

su movimiento fuera tan riguroso que alcanzara el estatus de<br />

“científico”, y en cierta ocasión ese prurito lo llevó a rumiar<br />

durante once horas ininterrumpidas una sola jugada, que sin<br />

embargo no sabemos si fue, en compensación, a tal punto eficaz.<br />

Esas once horas son toda una proeza para la mente humana<br />

carcomida por una sola idea; también, <strong>del</strong> lado <strong>del</strong> oponente,<br />

representan un hito de tolerancia, espíritu deportivo y hasta<br />

de abnegación, pues de haber sabido que Paulsen se resistiría a<br />

meter las manos al tablero durante tanto tiempo, como si estuviera<br />

obligado a inferir cuál de todas las piezas era la única que<br />

no detonaba un explosivo, con toda seguridad se habría excusado<br />

y se habría ido a la cama hasta nuevo aviso. Si excluimos<br />

el ajedrez postal, se trata de la respuesta más dilatada de la que<br />

se tenga noticia en un juego que ponga cara a cara a dos contrincantes.<br />

Ni siquiera el Go, cuando estuvo regido por los<br />

despaciosos ritmos orientales y no por el cronómetro, produjo<br />

tal prodigio de reflexión y silencio, a pesar de que entonces una<br />

sola partida de campeonato solía asignar cuarenta horas a cada<br />

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