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LA IMPOSIBLE VOZ - Roderic - Universitat de València

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II. MEMORIA DE LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN EN CHILE<br />

303<br />

sobrevive al sujeto ha comenzado, ¿cómo pue<strong>de</strong> surgir una posición<br />

que dé cuenta <strong>de</strong> ello <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su propio interior? Como vengo<br />

reiterando, esa posición es radicalmente imposible, y en esa imposibilidad<br />

se halla la clave para enten<strong>de</strong>r el modo en que Valdés construye,<br />

en su testimonio, una experiencia específica <strong>de</strong> los campos.<br />

*. La impropiedad <strong>de</strong>l propio cuerpo<br />

“No sé cómo <strong>de</strong>cir que estoy temblando sin que parezca una<br />

figura retórica. Las rodillas, los hombros, el pecho, los músculos<br />

<strong>de</strong>l cuello y la nuca se estremecen cada cual in<strong>de</strong>pendiente, con<br />

contracciones distintas. Sé que me duele mucho la espalda, pero el<br />

dolor no me hace sufrir. El efecto <strong>de</strong> los pies mojados, <strong>de</strong> la camisa<br />

empapada, <strong>de</strong>l lóbrego frío <strong>de</strong> este lugar, se entrelaza perfectamente<br />

bien con el temor, estableciendo un circuito <strong>de</strong> estremecimientos<br />

musculares y respiratorios. Tanteo el recinto con los pies. Girando<br />

con mis manos atadas, trato <strong>de</strong> palpar los muros. Esto <strong>de</strong>be ser<br />

algo como una jaula <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, una garita. Deduzco que no <strong>de</strong>be<br />

tener más que unos dos metros cuadrados. Me mantengo en el<br />

centro, frente a la puerta, con las piernas abiertas. Supongo que<br />

me van a sacar <strong>de</strong> un momento a otro. De pronto, lejos, oigo<br />

gritos. Pero no son gritos <strong>de</strong> los que nacen en la garganta; estos<br />

tienen un origen más profundo, como <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo <strong>de</strong>l pecho o<br />

<strong>de</strong> las tripas. ¿Son <strong>de</strong> Manuel? No podría asegurarlo. Hay muchos<br />

otros sonidos entremedio. Ruidos <strong>de</strong> motores, voces <strong>de</strong> mando,<br />

silbidos que conforman una melodía, muy entonadamente. Los<br />

gritos cesan y <strong>de</strong>spués recomienzan, cubiertos por todo lo que<br />

<strong>de</strong>be ser una actividad humana rutinaria y trivial en un espacio<br />

intermedio. Tengo mucho frío. Entiendo que <strong>de</strong>bo apresurarme<br />

en convenir conmigo mismo mis respuestas, en reunir los elementos,<br />

tan dispersos, <strong>de</strong> una personalidad, en <strong>de</strong>cidir cuáles aspectos<br />

<strong>de</strong>bo mostrar y cuales <strong>de</strong>bo ocultar. Pero el frío y la respiración tan<br />

entrecortada no me permiten concentrarme. (...) El dolor en la

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