Texto en pdf - Derecho y Academia
Texto en pdf - Derecho y Academia
Texto en pdf - Derecho y Academia
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
122 HERNÁN CORRAL TALCIANI<br />
mandarán ni prohibirán nada, y <strong>en</strong>tonces serán inútiles; o bi<strong>en</strong> gobernarán<br />
guiándose por su propio carácter y perseguirán con su imperio todo lo que les<br />
plazca; <strong>en</strong>tonces el pueblo de ninguna manera será más libre, sino que caerá <strong>en</strong><br />
una condición de servidumbre peor, cuando las personas t<strong>en</strong>gan que obedecer,<br />
no a leyes fijas y ciertas, sino a voluntades inciertas y mutables día a día. Y esto<br />
sucederá incluso con los mejores magistrados y aunque puedan mandar las mejores<br />
cosas, ya que la g<strong>en</strong>te se opondrá y murmurará contra ellos como del todo<br />
sospechosos de no gobernar de acuerdo a lo que es ecuo y bu<strong>en</strong>o, sino conforme<br />
a su capricho. Pero ahora, puesto que el mismo Lutero admite que no se puede<br />
<strong>en</strong>contrar magistrados que no sean hombres, es decir, de qui<strong>en</strong>es no es muy seguro,<br />
ya para los ciudadanos ya para ellos mismos, qué tipo de hombres serán<br />
d<strong>en</strong>tro de tres días, ¡con cuánta sagacidad este sabio hombre recomi<strong>en</strong>da que se<br />
omitan las leyes y que todas las cosas qued<strong>en</strong> permitidas a los magistrados, como<br />
si así el pueblo viviría <strong>en</strong> libertad!<br />
“Ahora yo te pregunto, ¿qué tipo de afirmación es aquella que él hace: “Ni<br />
un papa, ni un obispo, ni hombre alguno ti<strong>en</strong>e el derecho a imponer una sola<br />
sílaba sobre un hombre cristiano sin su cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to”? Yo no digo nada por<br />
ahora acerca del papa y de aquellos a los que Dios ha dado poder para imponer<br />
muchas sílabas mediante las cuales pued<strong>en</strong> dirigir al pueblo <strong>en</strong> el culto divino;<br />
consideremos <strong>en</strong> cambio las leyes civiles. Si nadie ti<strong>en</strong>e el poder para establecer<br />
una sola sílaba sobre el hombre cristiano sin su cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to, <strong>en</strong>tonces ni el<br />
rey ni el pueblo <strong>en</strong>tero pued<strong>en</strong> establecer ley alguna que sea válida contra cualquiera<br />
que se oponga a ella al tiempo <strong>en</strong> que sea propuesta. Felices, <strong>en</strong>tonces,<br />
los ladrones y homicidas, que nunca serán tan locos como para dar su as<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to<br />
a una ley conforme a la cual se les impondrán p<strong>en</strong>as. En efecto, este clarivid<strong>en</strong>te<br />
padre no ve que de acuerdo con este razonami<strong>en</strong>to, <strong>en</strong> el caso de que<br />
todos consi<strong>en</strong>tan [<strong>en</strong> la ley], de todos modos la ley puede t<strong>en</strong>er fuerza sólo hasta<br />
que nazca un nuevo ciudadano o algui<strong>en</strong> sea admitido como ciudadano. Pero<br />
este sujeto pi<strong>en</strong>sa que predicar la fe verdaderam<strong>en</strong>te es nada más que predicarla<br />
como él mismo lo ha hecho a m<strong>en</strong>udo, esto es, que la sola fe basta no sólo sin las<br />
bu<strong>en</strong>as obras, sino incluso con crím<strong>en</strong>es de todo tipo; los cuales, según él dice,<br />
no pued<strong>en</strong> dañar al cristiano si su fe permanece firme o retorna. Esto es, por<br />
cierto, que incluso si mi<strong>en</strong>tras él está cometi<strong>en</strong>do el crim<strong>en</strong> cree que esto no<br />
puede dañarle gracias a su fe <strong>en</strong> la promesa de Dios, o, si él cree esto m<strong>en</strong>os<br />
firmem<strong>en</strong>te mi<strong>en</strong>tras comete el crim<strong>en</strong> y así por su fe m<strong>en</strong>os firme comete más<br />
tímidam<strong>en</strong>te el crim<strong>en</strong>, su fe puede retornar una vez que el crim<strong>en</strong> se ha ejecutado;<br />
no le dejemos lam<strong>en</strong>tarse por lo que ha hecho ni torturarse con una inútil<br />
contrición. Seguram<strong>en</strong>te, si el pueblo creyera <strong>en</strong> esta fe luterana, v<strong>en</strong>dría muy<br />
pronto a decir verdaderam<strong>en</strong>te que las leyes no obligan a nadie, pero el pueblo<br />
sin ley se precipitaría rápidam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> toda suerte de crím<strong>en</strong>es”.