08.05.2013 Views

Varios monitor

Varios monitor

Varios monitor

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Por eso, la primera pregunta al comenzar la cuaresma es: ¿Necesitamos cambiar?<br />

¿Buscamos a alguien que le dé sentido a nuestras vidas? Puede que nos hayamos<br />

acomodado en nuestro estado de cristianos comprometidos. Ya no nos hace falta<br />

cambiar. Sin embargo, la Iglesia celebra cada año la Cuaresma para recordarnos que la<br />

conversión es un camino siempre por hacer. Pero, ¿queremos recorrerlo? ¿Queremos<br />

cambiar aquello que en mi corazón no acaba de hacerme feliz? Conversión es un<br />

cambio radical hacia Dios, es hacernos de Dios.<br />

La Iglesia en este tiempo nos recuerda los tres pilares de ese vivir convertidos hacia<br />

Dios: la oración, el ayuno y la limosna. Pero con el tiempo hemos hecho de este tiempo<br />

un tiempo triste de renuncias constantes esperando el día de la Resurrección del Señor.<br />

Estos tres pilares de nuestra vida cristiana los hemos acabado viendo en su cara negativa<br />

y poco motivadora. Hemos hecho de la oración una obligación y no una necesidad del<br />

alma, hemos convertido el ayuno en una simple privación y la limosna en un<br />

desprenderse de algo. Si se pierde de vista el sentido de estos tres pilares, la cuaresma se<br />

convierte en un tiempo triste y poco constructivo. En un tiempo así, la verdadera<br />

conversión no resulta.<br />

La oración es un pilar en nuestra vida cristiana. Esto significa, que sólo desde un<br />

encuentro profundo con Cristo es posible el cambio. Conversión es encuentro y<br />

seguimiento de alguien que le da respuesta a nuestro anhelo. Sólo desde esa amistad que<br />

lo transforma todo es posible la conversión. Esa amistad que necesita el alma se cuida<br />

desde la oración personal con Dios. “Orar sin cesar” debería ser nuestro lema de vida.<br />

Sólo cuando vemos la oración como una necesidad vital cambia nuestra forma de vivir<br />

cristianamente.<br />

El ayuno tiene sentido cuando nos hace más libres para Dios. Vivimos llenos de<br />

esclavitudes que nos atan y nos impiden volvernos hacia Dios. Ayunar es renunciar a<br />

aquello que no nos deja ser libres. Si miramos en nuestro corazón veremos cuántas<br />

cadenas nos atan y no nos dejan volar al encuentro con Dios. Éste es el sentido profundo<br />

del ayuno en nuestra vida cristiana.<br />

La limosna nos vuelve hacia aquel que se encuentra cerca de mí. Es la mirada llena de<br />

misericordia hacia el hermano. No hablamos sólo de esa limosna económica que se me<br />

pide con el necesitado. A nuestro alrededor hay muchas necesidades. No sólo de los más<br />

lejanos, de los que no conozco, también los que viven conmigo, los más cercanos, son<br />

los que más necesitan de mí. Ésa es la limosna que Dios me pide, la de mi cariño, mis<br />

palabras, mi tiempo, mi persona. Reducir la limosna a lo económico es reducir el<br />

contenido profundo de la conversión. Convertirme a Dios me lleva convertirme a<br />

aquellos que Dios pone en mi camino.<br />

Al comenzar esta cuaresma deberíamos preguntarnos, ¿Quiero que mi vida cambie en lo<br />

profundo? Sólo si vivimos este tiempo como tiempo de conversión es posible que Dios<br />

realice un milagro en nosotros. Sólo si nos abrimos, Él puede realizar lo que para<br />

nosotros, por nuestras fuerzas, es imposible. Dejemos que Dios entre en nuestras vidas y<br />

nos cambie el corazón.<br />

C. TEMA: Símbolos de la Cuaresma<br />

18

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!