You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
RAMA DE CRUZADOS DE<br />
SCHOENSTATT<br />
MANUAL<br />
PARA EL<br />
MONITOR<br />
OTROS TEMAS<br />
PARA REUNIONES<br />
1
OTROS TEMAS PARA REUNIONES<br />
TIEMPOS LITÚRGICOS<br />
1. EL ADVIENTO Y LA NAVIDAD<br />
¿QUÉ ES EL ADVIENTO?<br />
La palabra "Adviento" viene del latín Adventus y significa "advenimiento", es<br />
decir, "llegada" y es una etapa de 4 semanas en la que nos preparamos para la Navidad.<br />
Así como preparamos la casa para recibir a un invitado muy especial y celebrar<br />
su estancia con nosotros, durante los 4 domingos que van antes de la fiesta de Navidad,<br />
los cristianos preparamos nuestro corazón para recibir a Cristo y celebrar con El su<br />
presencia entre nosotros.<br />
Ahora que se acerca la Navidad, dedicamos mucho tiempo, dinero y esfuerzo a<br />
"preparar" cómo vamos a celebrar la Noche Buena, con quién vamos a estar, qué vamos<br />
a regalar, qué vamos a comer...<br />
Pero todo este ajetreo no tiene sentido si no consideramos que Jesús es el<br />
festejado, a quien tenemos que acompañar y acoger en estos días.<br />
Y ¿CÓMO NOS PREPARAMOS PARA EL NACIMIENTO DE JESÚS?<br />
Se trata de mejorar nuestra vida, preparar nuestro corazón para que pueda nacer<br />
Jesús en él. Y la manera de prepararlo es con la oración, el sacrificio y la generosidad<br />
hacia los que nos rodean, es decir, tenemos que ser mejores en nuestra vida para recibir<br />
a Jesús.<br />
Algunas maneras de prepararnos son:<br />
Hacer una corona de Adviento para cada semana en el Juniors comenzar<br />
nuestras actividades. Esta es una corona que tiene en el centro 4 velas. Cada<br />
semana, con todos los miembros de Juniors, se leen unas lecturas, se hace<br />
una oración y se prende una vela para recordar que Jesús trajo la luz al<br />
mundo. No olvidemos que cuando celebremos la Eucaristía la corona de<br />
Adviento estará también presente, la de la Iglesia o la que utilicemos con los<br />
niños.<br />
Hacer un calendario de Adviento con los domingos que recorreremos hasta<br />
llegar a la Navidad y hacer un compromiso semanal, como estar alegre todo<br />
el día, rezar un Padre Nuestro, dar algo mío a la gente necesitada, visitar a<br />
Jesús en la Iglesia, visitar a algún pariente enfermo, rezar todos los días.<br />
Desde la Secretaría de Formación os enviamos uno. Es muy bonito y os<br />
puede servir.<br />
¿QUÉ HACE LA IGLESIA DURANTE EL ADVIENTO?<br />
2
Este tiempo de Adviento tiene dos significados:<br />
Preparación para la Navidad.<br />
Espera y preparación para la segunda venida de Jesús al final de los tiempos.<br />
La Iglesia, durante las 4 semanas anteriores a Navidad y especialmente los<br />
domingos, dedica todas las lecturas, y la Misa a hablar y meditar acerca del nacimiento<br />
de Jesús en la tierra el día de Navidad. Y también a meditar acerca de su próxima<br />
llegada triunfal al final de los tiempos, y la disposición que debemos tener para recibirlo<br />
en ese día que no sabemos cuándo será.<br />
La Iglesia utiliza el color morado en los ornamentos de los Sacerdotes y en las<br />
celebraciones, para recordarnos la actitud de cambio, preparación y sacrificio que<br />
debemos tener.<br />
La Iglesia tiene un calendario que se llama "litúrgico", de acuerdo al cual<br />
vivimos todas las celebraciones importantes (Navidad, Semana Santa, Pentecostés, etc.)<br />
a lo largo de un año. Este año es diferente del año normal de calendario. Este año<br />
litúrgico empieza el Primer Domingo de Adviento y termina el día de la Fiesta de Cristo<br />
Rey.<br />
¿QUÉ SIGNIFICA LA CORONA DE ADVIENTO?<br />
EL CIRCULO. El círculo es una figura geométrica que no tiene principio ni fin.<br />
La corona de adviento tiene forma de círculo para recordarnos que Dios no tiene<br />
principio ni fin, es eterno. También nos ayuda a tomar conciencia de que de Dios<br />
venimos y a El vamos a regresar.<br />
EL VERDE DE LAS HOJAS. La corona se hace de follaje verde (ramas de pino<br />
o de cualquier árbol) y esto representa que Cristo está vivo entre nosotros (el<br />
verde es vida), además de que nos recuerda nuestra vida de gracia y la esperanza<br />
que debemos tener durante el Adviento.<br />
LAS VELAS. Son 4 y representan cada uno de los domingos de Adviento. La<br />
luz de las velas simboliza la luz de Cristo que buscamos desde siempre porque<br />
nos permite ver el mundo y nuestro interior. Cada domingo se enciende una vela.<br />
El hecho de ir encendiendolas poco a poco nos recuerda como conforme se<br />
acerca la luz, la oscuridad se va disipando. Jesús es la luz del mundo.<br />
UNAS RECETAS PARA VIVIR BIEN EL ADVIENTO<br />
Reconcíliate. Con Dios y con tu prójimo.<br />
Comparte. Da un poco de tu tiempo, tu dinero y tus cosas a otros que lo<br />
necesiten (aunque tengas poco, comparte lo poco que tengas).<br />
Comulga. Acércate a Jesús en la Eucaristía, vívela, ve a la Eucaristía no<br />
solamente en domingo.<br />
Ora. Dedica un poco de tu tiempo para hablar con Dios. Uno tiene tiempo para<br />
lo que ama. Si amas a Dios, dále un poco de tu tiempo.<br />
3
¿QUÉ LE PODEMOS REGALAR NOSOTROS A JESÚS ESTA NAVIDAD?<br />
Pon al lado de tu nacimiento, una cajita o bolsita de regalo por cada miembro de<br />
tu familia.<br />
Se trata de hacer algo durante el día como ofrecimiento para el Niño Jesús:<br />
puede ser una buena obra, un sacrificio, una oración, ir a Misa, rezar un Padre Nuestro o<br />
un Rosario, hacer la tarea, levantarse temprano, en fin, cualquier cosa que hagamos con<br />
la intención de ofrecerla a Jesús.<br />
Al final del día, cada miembro de la familia escribirá en un papelito lo que hizo<br />
y lo meterá a su cajita o bolsita de regalo que está debajo del árbol. Y así todos los días<br />
de aquí a Navidad.<br />
El día de Navidad, ya sea el 24 o el 25, cuando vayamos a Misa, cada uno llevará<br />
su regalo y lo dejará en el altar como ofrenda para el Niño Jesús (como regalo de<br />
cumpleaños).<br />
DINÁMICA PARA LAS SEMANAS DE ADVIENTO:<br />
Para la preparación de la navidad queremos que los chicos puedan elaborar algo<br />
personal para así ofrecerlo en la celebración de navidad del día 22. Ojalá lo que hagan<br />
esté relacionado con el tema de la alegría que queremos destacar como motivación para<br />
este adviento.<br />
Sugerencias:<br />
a) Actitud en casa: que cada niño se fije un propósito en relación con su<br />
actitud en casa en estas semanas y lo represtente en un dibujo que<br />
entregará ese día.<br />
b) Al comenzar el adviento el niño siembra una semilla en una maceta.<br />
Esa semilla habrá que regarla durante el tiempo de adviento y<br />
presentarla el día de navidad.<br />
NAVIDAD<br />
Navidad, tiempo de conversión<br />
Esta navidad debe ser especial, y una excelente oportunidad para tu conversión...<br />
Para los católicos, la navidad significa uno de los grandes tiempos del año litúrgico.<br />
Recordamos y celebramos uno de los profundos misterios de nuestra Fe: el que Dios se<br />
haya hecho hombre.<br />
Se dice fácilmente, pero al profundizarlo ¡Caemos de espaldas! Dios mismo, presente en<br />
4
la tierra, naciendo del seno purísimo de María, se hace carne, una carne que amará, y<br />
que sufrirá todo lo que un humano puede amar y sufrir.<br />
La natividad del Señor es una celebración al "si" de la Santísima Virgen, que sin reparos<br />
ha aceptado la Voluntad del Altísimo. Ahora, con la Navidad, ese sí da un fruto, un<br />
bebé, pequeñito, indefenso, vulnerable. El Rey de reyes nace en un humilde rincón. Casi<br />
podríamos llamarla "humildad suprema", de no ser porque el Señor quiso humillarse<br />
aún más, ser más vulnerable todavía, y quedarse por siempre entre nosotros escondido<br />
en un pedacito de pan. Hoy, cada día, en el Santísimo Sacramento está también presente<br />
aquel niño.<br />
Para los católicos, esta debe ser una fecha de profunda y alegre reflexión. Hemos sido<br />
bautizados en nombre de ese niño pequeñito, y con ello hemos recibido el privilegio del<br />
perdón de la falta original. Porque Jesúcristo nació en Belén, hoy podemos salvarnos.<br />
Ese hermoso niño, menudo y tierno como todos los bebés, algún día sorprendería a sus<br />
padres en el Templo hablando con los Doctores; convertiría el agua en vino; dominaría<br />
tempestades; convertiría a unos humildes pescadores en santos; multiplicaría unos<br />
cuantos panes y peces para alimentar a miles; proclamaría las bienaventuranzas; entraría<br />
triunfante en Jerusalén; sería traicionado por uno de los suyos, arrestado, flagelado y<br />
asesinado en una cruz; ese bebé un día conocería la muerte, pero triunfaría sobre ella.<br />
Ese pequeño niño sería quien removería la historia del mundo, liberando a los esclavos<br />
y humillando a los soberbios.<br />
Y hoy, aquí, ahora, entre tecnología, computadoras, micro-chips, discos compactos y<br />
tecnologías de toda índole, Jesús sigue con nostros. ¡Y nosotros que seguimos viviendo<br />
sin pensar en él!<br />
La navidad para los católicos es una invitación a recordar con el corazón en la mano que<br />
Dios nos ama tanto, que nos ha dado a su Hijo Unigénito. ¿Cómo le estamos<br />
correspondiendo?<br />
Esta época del año, en la que convivimos en familia haciéndonos regalos, abrazándonos<br />
unos a otros es un momento de pausa para reflexionar seriamente sobre nuestras vidas,<br />
sobre el papel que tiene Dios en nuestra existencia diaria. Es un momento para pensar<br />
en el Sumo Pontífice y amarlo profundamente, porque es el Vicario de Cristo. También<br />
es un momento para dar gracias a María, madre nuestra por aquel "si" que cambio el<br />
curso de nuestra existencia. Es un momento para rezar por la Iglesia, por su unidad. La<br />
Navidad es ese momento que todos necesitamos de Esperanza y de Fe, que debe<br />
convertirse en caridad, en amor hacia Dios, hacia nuestros Padres, hacia nuestros<br />
hermanos, una caridad para el amigo y para el enemigo por igual. Y también un<br />
momento para la conversión.<br />
El año está por terminar, y aún tenemos tiempo en esta Navidad de realizar una<br />
profunda conversión en nuestras vidas. La navidad, época de milagros, debe lograr<br />
nuestra conversión. Una conversión basada en conocer nuestra Fe, en comprenderla, en<br />
asumirla. Esta navidad puede ser diferente a cualquier otra. Solo basta con que tú y que<br />
yo reflexionemos profundamente en todos los misterios de nuestra Fe. Dios, que todo lo<br />
puede, sembrará en nuestra alma (quizá un poco marchita) con el soplo de su espíritu,<br />
una conversión para ser católicos verdaderos. Eso que quizá pueda parecer tan difícil, lo<br />
puede hacer quien fue alguna vez una solo un pequeño bebé. Pídele al Niño Jesús esta<br />
5
Navidad que te conceda la gracia de la conversión hacia una vida católica plena,<br />
congruente y comprometida. Y si todo esto no te ha inspirado un poco, esta noche busca<br />
alguna estrella, y quizá como a los pastores, alguna salte a la vista y te diga "ven,<br />
sígueme". Si esto ocurre, sin duda será la Luz de Jesucristo.<br />
Tríduo de Navidad: Primer Día<br />
UN UNIVERSO PARA LA NAVIDAD<br />
Acción del Espíritu Santo<br />
En Navidad nos deseamos de corazón que este tiempo festivo, en medio de todo el<br />
ajetreo actual, nos otorgue un poco de reflexión y alegría. Que este tiempo nos de la<br />
posibilidad de entrar en contacto más vivo y personal con la bondad de nuestro Dios.<br />
Que estos días, con ánimos renovados, nos decidamos seriamente a seguir adelante en<br />
este camino maravilloso por el que Dios quiere que alcancemos la auténtica santidad.<br />
Al iniciar este triduo de meditaciones en preparación a una Navidad que, sin duda, es<br />
muy especial -la que cierra la puerta a un año Santo y Jubilar-, pedimos a Dios que nos<br />
permita esta noche hacer un rato de oración, con un dialogo franco y pausado ante Él,<br />
que está aquí presente en el Sagrario.<br />
A lo largo de estos días en los diversos medios de comunicación, t.v., radio, prensa así<br />
como revistas de todo género, aparecen reportajes que pretenden hacer el recuento del<br />
año y el repaso de un milenio que se va.<br />
Hoy hacemos un recuento total del Nacimiento del Hijo de Dios. No desde la<br />
perspectiva que da una centuria, ni en el lapso de mil años. Nos vamos mucho más allá.<br />
Al Principio de todos los principios.<br />
Todos hemos observado en la quietud de una noche clara y oscura el palpitar de<br />
millones de estrellas en el firmamento. Algunos, que se consideran sesudos aventuran<br />
vida extraterrestre en los 10 mil millones de estrellas de nuestra galaxia o en las otras 10<br />
mil millones de galaxias que dicen que existen. Y más de alguno asegura que vio a seres<br />
extraños que quizá son marcianos. ¿Qué habrá querido hacer el Creador con ese<br />
Universo plagado de luminarias fantásticas?<br />
Al principio Dios quiso poner un Nacimiento y creó el universo para adornar la cuna.<br />
Solo había nada. Creó de la nada una mota de polvo con enorme densidad de materia y<br />
de energía. La levantó en la palma de su mano y la colocó en el centro de un espacio<br />
vacío y oscuro. Después la miró, y toda la luz creada se concentró en aquel puntito. Y<br />
dio la orden de su Ley eterna: te dilatarás... y formarás galaxias, y estrellas, y planetas<br />
con lunas y millones de luces que alumbrarán mi Nacimiento. Y producirás agujeros<br />
negros, para desconcierto de astrónomos y matemáticos. Todo un universo de materia<br />
brotará de tus entrañas para preparar la cuna de mi Hijo.<br />
Dios sabía que aquél instante, tan simple, lo llamarían los científicos big-bang con el<br />
paso de los siglos.<br />
6
- Hizo el firmamento y lo llenó de estrellas. Hizo la luz, y luego el sol, y encendió una<br />
lámpara blanca en la noche para que se viera bien la cara de Jesús; no fuesen a<br />
equivocarse los ángeles y los pastores en la Nochebuena.<br />
- Hizo las montañas, tan auténticas que parecían de corcho, y las coronó de águilas y de<br />
nieve.<br />
- Hizo mares y océanos como los de papel de plata, y grandes desiertos de arena dorada<br />
para los camellos de los Reyes Magos.<br />
- Después llamó a una pequeña estrella (apenas con 6 millones de hipermegavatios) y la<br />
llevó hasta la otra punta del universo. Allí, con mucho cuidado, le dio un empujoncito<br />
con el dedo, con la fuerza justa para que, miles de siglos más tarde, parpadeara para<br />
servir de guía a unos aventureros y valientes Magos de Oriente.<br />
Todo esto no fue muy difícil para el Creador.<br />
- Con solo su mirada coloreó todas las especies de flores que había creado.<br />
- Hizo crecer los árboles que al desperezarse, agitaron el aire y formaron la brisa y los<br />
vendavales. (Aunque dicen que es el viento el que mueve a los árboles, pero... esa es<br />
otra historia).<br />
- Del viento nacieron las dunas y la música primera del campo.<br />
Luego Dios hizo una pausa y pensó dónde poner su Nacimiento. Y decidió que en Belén<br />
de Judá.<br />
- Imaginó las figuras: el buey, la mula, la lavandera, los pastores.<br />
- Y, como no tenía prisa, les dio una estirpe: padres, abuelos, bisabuelos...<br />
- Cientos de vidas para crear una vida; centenares de amores para conseguir el gesto, el<br />
tono de voz, la mano extendida en la postura exacta para el Nacimiento de Dios.<br />
Pensó en su MADRE: toda la eternidad soñó con Ella.<br />
- Y, añorando sus caricias, fue dibujando en los antepasados de María como esbozos de<br />
esa flor que habría de brotar a su tiempo.<br />
- Igual que un artista que persigue tenazmente la pincelada perfecta, Dios pintó miles de<br />
sonrisas en otros tantos labios.<br />
- Y ensayó en otros ojos la mirada limpísima que tendría su Madre.<br />
- Hasta que una día, exactamente el planeado, nació la Virgen, su Hija predilecta, su<br />
Esposa Inmaculada, la Obra de Dios, su Obra Maestra.<br />
- Y la colocó en el Nacimiento, junto a la cuna, con Jesús, vivo retrato de Dios y de<br />
María.<br />
7
Y vio Dios todo lo que había hecho. Y era muy bueno.<br />
Y tanto le gustó, que decidió trasmitir en directo el nacimiento de su Hijo a todos los<br />
diciembres de la historia, y a todos los hombres de buena voluntad, y a todos los<br />
corazones que, por sus buenas disposiciones, hacen un agradable sitio para el<br />
Nacimiento.<br />
Y así inventó la Navidad. La veremos a todo color, si nos disponemos a preparamos<br />
para ello en las próximas horas.<br />
La Navidad no es un simple aniversario, ni un recuerdo. Tampoco es un sentimiento. Es<br />
el día en que Dios pone un Nacimiento en cada alma.<br />
A nosotros sólo nos pide que le reservemos un rincón limpio; que nos lavemos las<br />
orejas para oír el villancico de los ángeles en la Nochebuena; que nos quitemos la roña<br />
acumulada.<br />
Dios creó todo el Universo para engalanar el Nacimiento. La Sabiduría de Dios, el<br />
Espíritu Santo instrumentó todo. Todo un universo para preparar la cuna de su Hijo.<br />
Luz, lluvia, granizo, relámpago y trueno. Música y silencio. Las selvas y los desiertos;<br />
los océanos y las lagunas. Y en la plenitud de los tiempos nació el Unigénito.<br />
Ahora, como cada diciembre, quiere nacer en tu corazón. Eso es la Navidad. Lo demás<br />
es adorno. ¿Qué querrá hacer Dios en tu corazón? De igual manera el Espíritu Santo<br />
quiere actuar en tu alma.<br />
Si creó TODO el universo material para preparar su Nacimiento. Si el bien espiritual es<br />
superior a todos los bienes materiales... pensemos el universo que querrá poner en<br />
nuestra alma: luces, cantos, alegrías, paz...<br />
"Cada creyente ha de acoger la invitación de los ángeles que anuncian incesantemente: «<br />
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor» (Lc 2, 14).<br />
De este modo, el tiempo de Navidad será el corazón palpitante del Año Santo, que<br />
introducirá en la vida de la Iglesia la abundancia de los dones del Espíritu para una<br />
nueva evangelización." (Tertio Milenio).<br />
“Cada navidad ha de ser para nosotros un nuevo especial encuentro con Dios, dejando<br />
que su luz y su gracia entren hasta el fondo de nuestra alma.” (Es Cristo que pasa, n.<br />
12).<br />
He aquí que estoy a la puerta y llamo: si alguno escucha mi voz y abre la puerta, entraré<br />
en su casa y cenaré con él, y él conmigo. (Ap. III, 20)<br />
La Iglesia quiere que tomemos conciencia de que el Señor está al llegar y que nosotros<br />
debemos salir a recibirle. La iniciativa, una vez más, ha partido de Dios: es Él el que se<br />
acerca a nosotros, no obstante la infinita distancia que media entre Él y las criaturas, y<br />
no obstante nuestras ofensas, olvidos, negativas, que durante nuestra vida nos ha alejado<br />
Él. No quiere perdernos: por el contrario, insiste en estar con nosotros.<br />
No sólo está cerca, sino que llama y quiere que le abramos porque quiere cenar con<br />
nosotros, quiere compartir con cada uno de sus hijos lo más íntimo de nuestra vida;<br />
8
quiere estar en nuestra casa y ser nuestro invitado.<br />
Pero para llegar a esa intimidad con Cristo, debemos abrir la puerta y dejarle entrar.<br />
¿Qué significa esto? Que Él no se va a imponer, ni va a violentar nuestra libertad,<br />
porque quiere servidores libres, que le acepten voluntariamente. Quiere que nos demos<br />
cuenta de que Él es nuestra felicidad y debe ser el amor de nuestros amores, y no puede<br />
haber amores impuestos.<br />
Responder a la llamada que Cristo nos hace nuevamente en esta Navidad, abrir la puerta<br />
para que pase a nuestra casa, implica el que nosotros la tengamos arreglada para poder<br />
recibirle: no vendrá si no somos sus amigos, o sea, no vendrá si no nos arrepentimos de<br />
las ofensas que le hayamos hecho y le pedimos perdón en la forma en que Él lo ha<br />
establecido.<br />
La manera eficaz de abrirle nuestra puerta es una buena confesión en la que le<br />
demostremos que nos duelen las faltas que hemos cometido y le digamos con corazón<br />
contrito que no queremos volver a ofenderle, ni en mucho ni en poco.<br />
Arreglar nuestra casa, es limpiarla de egoísmos y sensualidades, de soberbia y de<br />
vanidades y de todo aquello que no va con el huésped que pretendemos recibir. No<br />
podemos tratar a Cristo en una forma menos delicada de como tratamos a otros<br />
huéspedes: a estos, cuando les recibimos en nuestra casa, les evitamos todo lo que pueda<br />
molestarles.<br />
María nos enseñará a preparar nuestra alma.<br />
Segundo Día<br />
CRISTO EL PRIMOGÉNITO<br />
Ayer, como telón de fondo, para nuestra meditación de Navidad, considerábamos la<br />
grandeza de Dios. Un breve repaso a lo dicho.<br />
Cuando hoy son muchos los que hacen el recuento del siglo y hasta del milenio,<br />
nosotros nos vamos al Principio de todos los Principios.<br />
Al principio Dios quiso poner un Nacimiento y creó el universo para adornar la cuna. Y<br />
así hizo galaxias, y estrellas, y planetas con lunas y millones de luces para alumbrar su<br />
Nacimiento. Hizo mares y océanos. Con solo su mirada coloreó todas las especies de<br />
flores que había creado.<br />
- Imaginó las figuras: el buey, la mula, la lavandera, los pastores.<br />
- Y, como no tenía prisa, les dio una estirpe: padres, abuelos, bisabuelos...<br />
- Cientos de vidas para crear una vida; centenares de amores para conseguir el gesto, el<br />
tono de voz.<br />
9
Pensó en su MADRE: toda la eternidad soñó con Ella.<br />
- Y, añorando sus caricias, fue dibujando en los antepasados de María como esbozos de<br />
esa flor que habría de brotar a su tiempo.<br />
- Igual que un artista que persigue tenazmente la pincelada perfecta, Dios pintó miles de<br />
sonrisas en otros tantos labios.<br />
- Y ensayó en otros ojos la mirada limpísima que tendría su Madre.<br />
- Hasta que un día, exactamente el planeado, nació la Virgen, su Hija predilecta, su<br />
Esposa Inmaculada, la Obra de Dios, su Obra Maestra.<br />
- Y la colocó en el Nacimiento, junto a la cuna, con Jesús, vivo retrato de Dios y de<br />
María.<br />
Todo eso hizo Dios y vió que era muy bueno.<br />
Y tanto le gustó, que decidió trasmitir en directo el nacimiento de su Hijo a todos los<br />
diciembres de la historia.<br />
La Navidad no es un simple aniversario, ni un recuerdo. Tampoco es un sentimiento. Es<br />
el día en que Dios pone un Nacimiento en cada alma.<br />
Si Dios hizo todo esto. Si el bien espiritual es infinitamente superior a todo el mundo<br />
material. Pensemos lo que Dios quiere poner en nuestra alma. Pensemos en el universo<br />
que querrá poner en nuestra alma: luces, cantos, alegrías, paz...<br />
Prepararnos por la confesión y oír la acción del Espíritu Santo: dejarse llevar por sus<br />
inspiraciones.<br />
2. VOLVAMOS A LA CREACIÓN:<br />
Con demasiada frecuencia solemos pensar en la creación de un modo simplista y quizá<br />
por eso equivocado, hasta el punto de dar por descontada esa falsa sucesión de hechos.<br />
Pensamos que un buen día Dios creó a los ángeles; que los sometió a una prueba, no<br />
sabemos bien cúal fue, pero del resultado de ella surgió la división entre ángeles y<br />
demonios.<br />
Luego creemos que, otro buen día, Dios creó el universo, los reinos mineral, vegetal,<br />
animal y, por último, al hombre. Adán y Eva en el paraíso terrenal pecaron, obedeciendo<br />
a satanás y desobedeciendo a Dios. En este punto, para salvar a la humanidad, Dios<br />
pensó en enviar a su Hijo.<br />
No es esta la enseñanza de la Biblia ni de los Santos Padres. Con semejante concepción<br />
el mundo angélico y la creación son ajenos al misterio de Cristo.<br />
Basta leer el prólogo del Evangelio de San Juan y los dos himnos cristológicos que<br />
abren las epístolas a los Efesios y a los Colosenses para entender mejor las cosas.<br />
10
(Juan I): “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era<br />
Dios. 2El estaba en el principio junto a Dios. Todo fue hecho por él, y sin él no se hizo<br />
nada de cuanto ha sido hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”<br />
(Col. 1, 15-17) : “El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda<br />
criatura, porque en él fueron creadas todas las cosas en los cielos y sobre la tierra, las<br />
visibles y las invisibles, ya sean los tronos o las dominaciones, ya los principados o las<br />
potestades. El es antes que todas las cosas y todas subsisten en él.”<br />
Cristo es el promogénito de todas las criaturas; todo fue hecho por él y para él.<br />
Sí puede afirmarse que, a causa del pecado de origen de nuestros primeros padres, la<br />
venida de Cristo adquirió un significado particular: vino como Salvador.<br />
De este planteamiento cristocéntrico depende el papel de toda criatura. No podemos<br />
omitir una reflexión respecto a la Virgen María. Si la criatura primogénita es el Verbo<br />
encarnado, no podía faltar en el pensamiento divino, antes de cualquier otra criatura, la<br />
figura de aquella en la que se llevaría a efecto la encarnación. De ahí su relación única<br />
con la Santísima Trinidad, hasta el punto de ser llamada, ya en el siglo II, “cuarto<br />
elemento de la trinidad divina”.<br />
No deja de ser impresionante lo que dice un exorcista (autorizado para expulsar los<br />
demonios): “Hacia el final de los exorcismos… suelo recitar el himno cristológico de la<br />
Epístola a los Filipenses (2, 6-11). Cuando llego a las palabras: “de modo que al oír el<br />
nombre de Jesús, toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra, en el abismo”, me<br />
arrodillo to, se arrodillasn los presentes y, siempre, también el endemoniado se ve<br />
obligado a arrodillarse. Es un momento fuerte y sugestivo. Tengo la impresión de que<br />
también las legiones angélicas nos rodean, arrodilladas ante el nombre de Jesús.”<br />
(Gabriele Amorth, Habla un exorcista, p. 21).<br />
La Navidad es una fiesta de la entrega de Dios al mundo: “Nos ha nacido un niño, un<br />
hijo se nos ha dado” (Antífona de entrada de la Misa de Navidad). Es la entrega de Dios.<br />
Dios encarnado es Dios que se acerca, que se abaja, es Dios entregado. Dios que viene<br />
para estar con nosotros, para participar de nuestra vida, para convivir con nosotros.<br />
San Ireneo de Lyon, Contra las herejías III, 20, 3 Oficio de Lecturas del 19 de<br />
diciembre): “el Verbo de Dios (…) se hizo Hijo del hombre para que el hombre se<br />
habituara a percibir a Dios, y Dios a vivir en el hombre, conforme a la voluntad del<br />
Padre.”<br />
La plenitud de la salvación y de la revelación que realiza Jesucristo, se cumple a través<br />
de la convivencia. La plenitud de la revelación no es propiamente lo que Jesucristo dice,<br />
sino Él mismo; y para conocerle el hombre ha de convivir con Él.<br />
La manera adecuada de conocer a las personas, no es saber de ellas “cosas”, cualidades,<br />
circunstancias, etc., sino tratarlas, enlazar con su vida, participar en sus acciones, formar<br />
parte de su existencia. Ciertamente conocer las cualidades de alguien puede ser útil,<br />
pero queda siempre en las fronteras de la persona.<br />
Por eso la venida al mundo del Verbo no debe ser considerada simplemente como un<br />
acontecimiento “objetivo”, sino hay que entenderlo en el ámbito personal.<br />
11
Jesús viene y se entrega por mi en la Cruz. Pero… su máxima entrega está cuando Jesús<br />
habla claro de que conviene que Él se vaya, es decir que ese Dios-con-nosotros, deje<br />
paso a la otra entrega de Dios a nosotros, que es el Espíritu Santo, el Dios-en-nosotros.<br />
Ésta es ya la total entrega, la comunicación, la comunión plena de Dios con su criatura.<br />
La filiación divina es en cierto sentido la culminación del amor de Dios, consecuencia<br />
de la Encarnación y de la Pasión y Muerte de Jesús. Cristo, al ofrecerse a su Padre por<br />
nosotros, hace que Dios Padre nos ame con el amor inmenso con que ama a su Hijo<br />
Encarnado.<br />
La filiación divina, nos debe llevar a "un deseo ardiente y sincero, tierno y profundo a la<br />
vez, de imitar a Jesucristo, Hijo Unigénito del Padre, y de estar siempre en presencia de<br />
Dios;"<br />
Somos hijos, por Jesucristo y en consecuencia, si no nos esforzamos por parecernos a<br />
Cristo, que es el Hijo por naturaleza, no podemos llamarnos hijos, pues nosotros lo<br />
somos por adopción, porque Dios Padre ve en nosotros la imágen de su Hijo Encarnado.<br />
(JPII): “La peregrinación va acompañada del signo de la puerta santa, abierta por<br />
primera vez en la Basílica del Santísimo Salvador de Letrán durante el Jubileo de 1423.<br />
Ella evoca el paso que cada cristiano está llamado a dar del pecado a la gracia. Jesús<br />
dijo: « Yo soy la puerta » (Jn 10, 7), para indicar que nadie puede tener acceso al Padre<br />
si no a través suyo. Esta afirmación que Jesús hizo de sí mismo significa que sólo Él es<br />
el Salvador enviado por el Padre. Hay un solo acceso que abre de par en par la entrada<br />
en la vida de comunión con Dios: este acceso es Jesús, única y absoluta vía de<br />
salvación. Sólo a Él se pueden aplicar plenamente las palabras del Salmista: « Aquí está<br />
la puerta del Señor, por ella entran los justos » (Sal 118 [117],20).<br />
Niño. Cercano. Imitable. Decidirnos a ser Ipse Christus.<br />
A la Virgen María, stella matutina, que anuncia la llegada de Cristo, Sol de Justicia, le<br />
pedimos que aumente nuestro amor a Jesús, por el deseo de imitarle cada día y en cada<br />
acontecimiento.<br />
Tercer día<br />
EL BELÉN QUE NECESITA EN TÍ<br />
1. Durante estos días nos hemos puesto en la presencia de Dios para considerar con<br />
mayor atención y profundidad el misterio de la Navidad.<br />
El primer día consideramos como en el Principio de todos los Principios, Dios quiso<br />
poner un Nacimiento y creó el universo para adornar la cuna. Y así hizo galaxias, y<br />
estrellas, y planetas con lunas y millones de luces para alumbrar su Nacimiento. Hizo<br />
mares y océanos. Con solo su mirada coloreó todas las especies de flores que había<br />
creado.<br />
12
- Imaginó las figuras: el buey, la mula, la lavandera, los pastores.<br />
- Y, como no tenía prisa, les dio una estirpe: padres, abuelos, bisabuelos...<br />
- Cientos de vidas para crear una vida; centenares de amores para conseguir el gesto, el<br />
tono de voz, las facciones de una cara.<br />
Pensó en su MADRE: toda la eternidad soñó con Ella.<br />
- Y, añorando sus caricias, fue dibujando en los antepasados de María como esbozos de<br />
esa flor que habría de brotar a su tiempo.<br />
- Igual que un artista que persigue tenazmente la pincelada perfecta, Dios pintó miles de<br />
sonrisas en otros tantos labios.<br />
- Y ensayó en otros ojos la mirada limpísima que tendría su Madre.<br />
Si Dios hizo todo esto. Si el bien espiritual es infinitamente superior a todo el mundo<br />
material. Pensemos lo que Dios quiere poner en nuestra alma. Pensemos en el universo<br />
que querrá poner en nuestra alma: luces, cantos, alegrías, paz...<br />
2. Ayer, consideramos a Cristo como el Primogénito de todas las criaturas; todo fue<br />
hecho por él y para él.<br />
El planteamiento cristocéntrico.<br />
El verdadero Santa Claus<br />
Conoce la historia de San Nicolás de Bari: El verdadero Santa Claus<br />
Este santo fue tan popular en la antigüedad, que se le han consagrado en el mundo más<br />
de dos mil templos. Era invocado en los peligros, en los naufragios, en los incendios y<br />
cuando la situación económica se ponía difícil, y la gente conseguía por su intercesión<br />
favores admirables.<br />
Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los<br />
niños, y prácticamente con esta fecha se empezaban las festividades de diciembre.<br />
Como en alemán se llama "San Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus, y lo<br />
pintan como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa<br />
en casa repartiendo regalos y dulces a los niños (entre nosotros lo llamaron Papá Noel).<br />
De San Nicolás escribieron San Juan Crisóstomo y otros grandes santos. Su biografía la<br />
escribió San Metodio, Arzobispo de Constantinopla, y de ella sacamos los siguientes<br />
datos curiosos.<br />
Nació en Licia, Turquía, de padres muy ricos. Desde niño se caracterizó porque todo lo<br />
que conseguía lo repartía entre los pobres. Decía a sus padres: "sería un pecado no<br />
repartir mucho, siendo que Dios nos ha dado tanto".<br />
13
Tenía un tío que era obispo y este lo consagró como sacerdote. Al morir sus padres<br />
atendiendo a los enfermos en una epidemia, él quedó heredero de una inmensa fortuna.<br />
Entonces repartió sus riquezas entre los pobres y se fue de monje a un monasterio.<br />
Después quiso visitar la Tierra Santa donde vivió y murió Jesús, y al volver de allá llegó<br />
a la ciudad de Mira (en Turquía) donde los obispos y sacerdotes estaban en el templo<br />
discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad, porque el anterior<br />
se había muerto. Al fin dijeron: "elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo".<br />
Y en ese momento sin saber esto, entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido<br />
obispo. Por eso se le llama San Nicolás de Mira.<br />
La especialidad de este santo fueron los milagros tan numerosos que logró conseguir de<br />
Dios. Lo pintaban con unos niños, porque los antiguos contaban que un criminal hirió a<br />
cuchillo a varios niñitos, y el santo al rezar por ellos obtuvo su curación instantánea.<br />
También pintan junto a él a una señorita, porque en su ciudad había un anciano muy<br />
pobre con tres hijas y no lograba que se casaran por ser en tan extremo pobres. Entonces<br />
el santo por tres días seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa con<br />
monedas de oro, y así el anciano logró casar a sus hijas muy bien.<br />
Es Patrono de los marineros, porque estando unos marineros en medio de una<br />
terribilísima tempestad en alta mar, empezaron a decir: "Oh Dios, por las oraciones de<br />
nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos". Y en ese momento vieron aparecer sobre el<br />
barco a San Nicolás, el cual bendijo al mar, que se calmó, y en seguida desapareció.<br />
Otro día iban a condenar injustamente a tres amigos suyos que estaban muy lejos. Ellos<br />
rezaron pidiendo a Dios que por la intercesión de Nicolás su obispo los protegiera. Y<br />
esa noche en sueños el santo se apareció al juez y le dijo que no podía condenar a esos<br />
tres inocentes. Y fueron absueltos.<br />
El emperador Licino decretó una persecución contra los cristianos y Nicolás fue<br />
encarcelado y azotado, pero siguió aprovechando toda ocasión que se le presentaba, para<br />
enseñar la religión a cuantos trataban con él. Más tarde llegó el emperador Constantino<br />
y lo liberó a él junto con todos los demás prisioneros cristianos.<br />
Luego apareció la herejía de Arrio que decía que Jesucristo no es Dios. San Nicolás se<br />
opuso con toda su sabiduría y con su gran ascendiente y no permitió que los arrianos<br />
entraran a su ciudad de Mira.<br />
Dicen que el santo murió el 6 de diciembre del año 345.<br />
En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde estuvo de obispo, pero en<br />
occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los mahometanos invadieron a<br />
Turquía, un grupo de católicos sacó de allí en secreto las reliquias del santo y se las<br />
llevó a la ciudad de Bari, en Italia. En esa ciudad se obtuvieron tan admirables milagros<br />
al rezarle a este gran santo, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa.<br />
Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. En Roma ya en el año 550 le habían<br />
construido un templo en su honor.<br />
14
2. LA CUARESMA<br />
A. PROPUESTA PARA UNA REUNIÓN<br />
El objetivo es convertir la reunión del día en un momento intenso de oración,<br />
aprovechando para comenzar nuestra preparación para la Cuaresma.<br />
Desarrollo de la reunion.<br />
Hemos llegado a la conclusión de que orar no es difícil, es sólo conversar con Jesús,<br />
nuestro amigo, y como tal, le debo contar todo lo que me ocurre, todos mis planes,<br />
proyectos, alegrías y penas. Eso es rezar. No hay que complicarse demasiado. Al revés,<br />
a Jesús le gusta que seamos SENCILLOS.<br />
Cuenta una vieja historia que :<br />
Un pobre campesino que regresaba del mercado a altas horas de la noche, descubrió<br />
de pronto que no llevaba consigo su libro de oraciones. Se hallaba en medio del bosque<br />
y se le había salido una rueda de la carreta, el pobre estaba muy triste pensando que<br />
aquel día no iba a poder recitar sus oraciones. Entonces, se le ocurrió orar de la siguiente<br />
manera: "He cometido una verdadera estupidez, Señor: he salido de casa esta mañana<br />
sin mi libro de oraciones, y tengo tan poca memoria que no soy capaz de recitar sin él<br />
una sola oración. De manera que voy a hacer una cosa: voy a recitar cinco veces el<br />
alfabeto muy despacio, y tú, que conoces todas las oraciones, puedes juntar las letras y<br />
formar esas oraciones que yo soy incapaz de recordar". Y el Señor dijo a sus ángeles:<br />
" De todas las oraciones que he escuchado hoy, ésta ha sido sin duda alguna, la mejor,<br />
porque ha brotado de un corazón sencillo y sincero."<br />
Nuestra oración también tiene que ser FIEL, cuando menos por la noche. No tiene por<br />
qué ser larga, pero si es bueno seguir un orden, como en todo. Quizás, una buena forma<br />
de estructurarla sería siguiendo este orden: AGRADECIMIENTO, PERDÓN Y<br />
OFRENDA, también podemos aprovechar para hacer nuestras PETICIONES.<br />
1.- Agradecimiento.<br />
"Mira al ruiseñor que canta en el Cielo. Mira al Cielo y canta, porque el Sol brilla para ti<br />
gratuitamente. ¿Qué es lo que tengo hoy?: salud, el Sol en el Cielo, comida y bebida, un<br />
niño que me sonríe, una flor... Tal vez busco la felicidad demasiado lejos de mi".<br />
¿Porqué quiero dar hoy especialmente gracias a Dios? Puedes empezar por tu familia,<br />
ambiente, amigos... date cuenta que no todo lo que tú tienes es evidente y no todo el<br />
mundo ha recibido tanto. Da gracias a Dios por todo ello.<br />
(Momento de silencio) (Si quieren que compartan sus agradecimientos en voz alta).<br />
Oremos: María, enséñanos a conocer en nosotros las maravillas de Dios. Danos<br />
sencillez de corazón para agradecer al Señor todo lo bueno que cada día nos regala. Que<br />
no nos enorgullezca lo que somos capaces de realizar sino lo mucho que Dios nos ama.<br />
Que cada momento de nuestra vida sea un canto continuo de gratitud como lo fue tu<br />
vida, María. Madre, que seamos siempre agradecidos.<br />
15
2.- Perdón.<br />
" Casi siempre he tenido buenas relaciones con el Señor. Le pedía cosas, conversaba con<br />
El... pero siempre tuve la incómoda sensación de que El deseaba que le mirara a los<br />
ojos, cosa que yo no hacía, pues me daba verguenza de todos mis pecados. Pensaba que<br />
en sus ojos iba a encontrar una mirada de reproche por algún pecado del que no me<br />
hubiera arrepentido. Al fin, un día reuní el suficiente valor y miré. No había en sus ojos<br />
reproches ni exigencias. Sus ojos se limitaban a decir: "Te quiero". Me quedé mirando<br />
fijamente durante largo tiempo y allí seguía el mismo mensaje: "Te quiero". Y al igual<br />
que Pedro, salí fuera y lloré."<br />
Jesús, estás deseando que vayamos a pedirte perdón por todas las cosas que hemos<br />
hecho mal. Por eso podemos dedicar estos momentos a mirar sinceramente nuestra vida<br />
y reconocer ante Ti que me amas:<br />
Lo que hice mal en relación con Dios.<br />
Lo que hice mal con relación a los demás.<br />
Lo que hice mal en relación conmigo mismo.<br />
(Momento de silencio) ( Podemos compartir en alto).<br />
Oremos: María, mujer de nuestro mundo, madre de todos los hombres, venimos a ti para<br />
pedirte que des fuerza a nuestros pies cansados, que nos des la paz, que nos lleves a<br />
Jesús, que pongas dulzura en nuestras vidas. Madre, que seamos buenos.<br />
3.- Ofrecimiento.<br />
Y ahora que me he sincerado con Jesús, quiero hacer la promesa de ser mejor. Dicen<br />
que hay quienes luchan un día y son buenos. Hay quienes luchan un año y son mejores.<br />
Y hay quienes luchan toda una vida, esos son los imprescindibles. Nosotros queremos<br />
tener ideales muy altos y no quedarnos en la mediocridad, por eso nos vamos a<br />
proponer metas altas para esta semana en relación con Dios, con los demás y con<br />
nosotros mismos para cada día.<br />
(Momento de silencio) (Se puede compartir)<br />
Oremos: María, muchas veces en nuestra vida hemos sentido que Dios es importante.<br />
Unas veces en cosas grandes, otras en pequeños detalles, casi sin importancia. Algunas<br />
veces hemos dicho que sí y otras... no. Poe eso te pedimos que como Tú, tengamos<br />
siempre preparado nuestro SI, grande y generoso, que nunca digamos a Dios que no.<br />
Madre, enséñanos a decir SI.<br />
4.- Petición.<br />
Un hombre que paseaba por el bosque, vió un zorro que había perdido sus patas,<br />
por lo que el hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir. Entonces, vió llegar a un<br />
tigre que llevaba una presa en su boca. El tigre ya se había hartado y dejó el resto de la<br />
carne para el zorro. Al día siguiente Dios volvió a alimentar al zorro por medio del<br />
mismo tigre. El hombre comenzó a maravillarse de la inmensa bondad de Dios y se dijo<br />
a sí mismo: "Voy a quedarme en un rincón, confiando plenamente en el Señor, y Este<br />
16
me dará cuanto necesito." Así lo hizo durante muchos días; pero no sucedía nada y el<br />
pobre hombre estaba casi a las puertas de la muerte cuando oyó una voz que le decía:<br />
"Oh tú, que te hallas en la senda del error, abre tus ojos a la Verdad. Sigue el ejemplo<br />
del tigre y deja ya de imitar al pobre zorro mutilado."<br />
Por la calle vi a una niña muerta de frío y tiritando dentro de su ligero vestidito y<br />
con pocas perspectivas de conseguir una comida decente. Me encolericé y le dje a Dios:<br />
¿porqué permites esas cosas? ¿porqué no haces algo para solucionarlo?. Durante un rato<br />
Dios guardó silencio. Pero aquella noche, de improviso, me respondió: " Ya he hecho<br />
algo, te he hecho a ti ".<br />
Aprovechemos este momento de oración para pedir por todas esas intenciones que<br />
llevamos dentro y por todas las personas que más lo necesitan.. sin olvidar nuestra<br />
colaboración con Dios.<br />
(Momento de silencio) (Podemos compartir).<br />
Oremos: María, en nuestro camino hacia la madurez, te dirigimos nuestra plegaria, te<br />
confiamos nuestras ilusiones, te abrimos nuestro corazón. Ante Ti nos presentamos<br />
como somos, sin tapujos de ninguna clase, sin caretas que oculten nuestra identidad, sin<br />
disfraces que tapan la realidad. Te ofrecemos nuestra juventud, nuestras ganas de vivir y<br />
de "comernos el mundo". Te presentamos nuestro amor joven, repleto de sinceridad,<br />
lleno de vida. Queremos que nos ayudes a eliminar de nosotros lo negativo, lo que afea<br />
nuestra juventud, lo que nos hace rastreros y egoístas. Haznos sabia nueva que haga<br />
brotar con fuerza el amor. En el momento más emocionante, más pleno y generoso de<br />
nuestra vida, ayúdanos María.<br />
B. TEMA: La Cuaresma, tiempo de conversión<br />
La cuaresma es ese tiempo que Dios nos regala como preparación del corazón, para<br />
vivir más plenamente la Semana Santa. La cuaresma es ante todo un tiempo de<br />
conversión. Nuestro corazón es lento y necesita de estos tiempos de gracia en los cuales<br />
pueda volver a convertirse a Dios. Pero, ¿Qué significa conversión?<br />
Es una palabra tan oída que a veces pierde su contenido. Nos hablan de conversión pero<br />
nos cuesta entender cómo va a ocurrir eso con nosotros. Ya estamos convertidos,<br />
pensamos, al contemplar cuánta gente a nuestro alrededor no cree. En comparación con<br />
ellos, estamos convertidos, somos cristianos practicantes, ¿para qué necesitamos un<br />
tiempo de conversión? Entonces, reducimos la conversión a algún propósito poco<br />
exigente, que nos recuerde la cuaresma, algo así como comer menos chocolate, fumar<br />
menos, no beber, rezar cinco minutos cada día. Y nos quedamos contentos, no conviene<br />
exagerar. Pero, ¿estamos realmente convertidos o sólo convencidos?<br />
Conversión es el cambio radical del hombre viejo al nuevo. Es un movimiento desde lo<br />
viejo que hay en mí, hacia aquello que es nuevo y va a determinar mi vida para siempre.<br />
Juan y Andrés, al encontrase con Cristo, lo dejan todo y lo siguen, son conversos. El<br />
comienzo de todo cambio es la búsqueda. Juan y Andrés buscaban a alguien que les<br />
diese sentido a sus vidas. En su corazón había una insatisfacción, una soledad que no<br />
calmaba sus ansias de infinito. Por eso inician un camino de búsqueda. Al encontrar a<br />
Cristo ven colmado su anhelo y lo siguen. Seguir a alguien es dejar lo que no nos<br />
bastaba para colmar el alma. Es iniciar un camino cuyo final desconocemos. Es<br />
perseverar en aquello que vemos como el sentido de nuestras vidas. Ésa es la conversión<br />
que Dios quiere de nosotros.<br />
17
Por eso, la primera pregunta al comenzar la cuaresma es: ¿Necesitamos cambiar?<br />
¿Buscamos a alguien que le dé sentido a nuestras vidas? Puede que nos hayamos<br />
acomodado en nuestro estado de cristianos comprometidos. Ya no nos hace falta<br />
cambiar. Sin embargo, la Iglesia celebra cada año la Cuaresma para recordarnos que la<br />
conversión es un camino siempre por hacer. Pero, ¿queremos recorrerlo? ¿Queremos<br />
cambiar aquello que en mi corazón no acaba de hacerme feliz? Conversión es un<br />
cambio radical hacia Dios, es hacernos de Dios.<br />
La Iglesia en este tiempo nos recuerda los tres pilares de ese vivir convertidos hacia<br />
Dios: la oración, el ayuno y la limosna. Pero con el tiempo hemos hecho de este tiempo<br />
un tiempo triste de renuncias constantes esperando el día de la Resurrección del Señor.<br />
Estos tres pilares de nuestra vida cristiana los hemos acabado viendo en su cara negativa<br />
y poco motivadora. Hemos hecho de la oración una obligación y no una necesidad del<br />
alma, hemos convertido el ayuno en una simple privación y la limosna en un<br />
desprenderse de algo. Si se pierde de vista el sentido de estos tres pilares, la cuaresma se<br />
convierte en un tiempo triste y poco constructivo. En un tiempo así, la verdadera<br />
conversión no resulta.<br />
La oración es un pilar en nuestra vida cristiana. Esto significa, que sólo desde un<br />
encuentro profundo con Cristo es posible el cambio. Conversión es encuentro y<br />
seguimiento de alguien que le da respuesta a nuestro anhelo. Sólo desde esa amistad que<br />
lo transforma todo es posible la conversión. Esa amistad que necesita el alma se cuida<br />
desde la oración personal con Dios. “Orar sin cesar” debería ser nuestro lema de vida.<br />
Sólo cuando vemos la oración como una necesidad vital cambia nuestra forma de vivir<br />
cristianamente.<br />
El ayuno tiene sentido cuando nos hace más libres para Dios. Vivimos llenos de<br />
esclavitudes que nos atan y nos impiden volvernos hacia Dios. Ayunar es renunciar a<br />
aquello que no nos deja ser libres. Si miramos en nuestro corazón veremos cuántas<br />
cadenas nos atan y no nos dejan volar al encuentro con Dios. Éste es el sentido profundo<br />
del ayuno en nuestra vida cristiana.<br />
La limosna nos vuelve hacia aquel que se encuentra cerca de mí. Es la mirada llena de<br />
misericordia hacia el hermano. No hablamos sólo de esa limosna económica que se me<br />
pide con el necesitado. A nuestro alrededor hay muchas necesidades. No sólo de los más<br />
lejanos, de los que no conozco, también los que viven conmigo, los más cercanos, son<br />
los que más necesitan de mí. Ésa es la limosna que Dios me pide, la de mi cariño, mis<br />
palabras, mi tiempo, mi persona. Reducir la limosna a lo económico es reducir el<br />
contenido profundo de la conversión. Convertirme a Dios me lleva convertirme a<br />
aquellos que Dios pone en mi camino.<br />
Al comenzar esta cuaresma deberíamos preguntarnos, ¿Quiero que mi vida cambie en lo<br />
profundo? Sólo si vivimos este tiempo como tiempo de conversión es posible que Dios<br />
realice un milagro en nosotros. Sólo si nos abrimos, Él puede realizar lo que para<br />
nosotros, por nuestras fuerzas, es imposible. Dejemos que Dios entre en nuestras vidas y<br />
nos cambie el corazón.<br />
C. TEMA: Símbolos de la Cuaresma<br />
18
Conoce los símbolos de la cuaresma y su significado: ceniza, desierto, 40 días, ayuno,<br />
etc.<br />
Las cenizas<br />
Es el residuo de la combustión por el fuego de las cosas o de las personas. Este símbolo<br />
ya se emplea en la primera página de la Biblia cuando se nos cuenta que "Dios formó al<br />
hombre con polvo de la tierra" (Gen 2,7). Eso es lo que significa el nombre de "Adán".<br />
Y se le recuerda enseguida que ése es precisamente su fin: "hasta que vuelvas a la tierra,<br />
pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).<br />
Por extensión, pues, representa la conciencia de la nada, de la nulidad de la creatura con<br />
respecto al Creador, según las palabras de Abrahán: "Aunque soy polvo y ceniza, me<br />
atrevo a hablar a mi Señor" (Gn 18,27).<br />
Esto nos lleva a todos a asumir una actitud de humildad ("humildad" viene de humus,<br />
"tierra"): "polvo y ceniza son los hombres" (Si 17,32), "todos caminan hacia una misma<br />
meta: todos han salido del polvo y todos vuelven al polvo" (Qo 3,20), "todos expiran y<br />
al polvo retornan" (Sal 104,29). Por lo tanto, la ceniza significa también el sufrimiento,<br />
el luto, el arrepentimiento. En Job (Jb 42,6) es explícítamente signo de dolor y de<br />
penitencia. De aquí se desprendió la costumbre, por largo tiempo conservada en los<br />
monasterios, de extender a los moribundos en el suelo recubierto con ceniza dispuesta<br />
en forma de cruz. La ceniza se mezcla a veces con los alimentos de los ascetas y la<br />
ceniza bendita se utiliza en ritos como la consagración de una iglesia, etc.<br />
La costumbre actual de que todos los fieles reciban en su frente o en su cabeza el signo<br />
de la ceniza al comienzo de la Cuaresma no es muy antiguo.<br />
En los primeros siglos se expresó con este gesto el camino cuaresmal de los<br />
"penitentes", o sea, del grupo de pecadores que querían recibir la reconciliación al final<br />
de la Cuaresma, el Jueves Santo, a las puertas de la Pascua. Vestidos con hábito<br />
penitencial y con la ceniza que ellos mismos se imponían en la cabeza, se presentaban<br />
ante la comunidad y expresaban así su conversión.<br />
En el siglo XI, desaparecida ya la institución de los penitentes como grupo, se vio que el<br />
gesto de la ceniza era bueno para todos, y así, al comienzo de este período litúrgico, este<br />
rito se empezó a realizar para todos los cristianos, de modo que toda la comunidad se<br />
reconocía pecadora, dispuesta a emprender el camino de la conversión cuaresmal.<br />
En la última reforma litúrgica se ha reorganizado el rito de la imposición de la ceniza de<br />
un modo más expresivo y pedagógico. Ya no se realiza al principio de la celebración o<br />
independientemente de ella, sino después de las lecturas bíblicas y de la homilía. Así la<br />
Palabra de Dios, que nos invita ese día a la conversión, es la que da contenido y sentido<br />
al gesto.<br />
Además, se puede hacer la imposición de las cenizas fuera de la Eucaristía -en las<br />
comunidades que no tienen sacerdote-, pero siempre en el contexto de la escucha de la<br />
Palabra.<br />
El desierto<br />
19
Geográficamente hablando, es un lugar despoblado, árido, solo, inhabitado,<br />
caracterizado por la escasez de vegetación y la falta de agua.<br />
Es el lugar donde transcurre el ayuno, considerado como desasimiento y soledad<br />
exterior e interior, para llevar, al que en él se interna, a la uníón con Dios.<br />
Los textos bíblicos en que se fundamenta esta afirmación son los cuarenta días de<br />
Moisés sin comer ni beber en la montaña del Sinaí para recibir la Ley (Ex 24, 12-18; 34)<br />
y los cuarenta días de Elias (1 Re 19,3-8). Elías vive la dureza del desierto reconfortado<br />
por la comida y bebida misteriosa, y recorre su camino superando el decaimiento de los<br />
israelitas en los cuarenta años de marcha hacia la tierra prometida. Se trata, en todos los<br />
casos, de hombres marcados por la visión de Dios al final de dicho camino. Estas<br />
narraciones nos ayudan a entender el sentido de los cuarenta días de desierto de Cristo<br />
(Primer Domingo de Cuaresma), vivido como experiencia de la tentación y encuentro<br />
íntimo con el Padre, pero, también, como preparación a su ministerio público.<br />
Para la Biblia, el desierto es, además, una época de oración intensa. Es el lugar del<br />
sufrimiento purificador y de la reflexión, aunque también es una gracia que puede<br />
rechazarse.<br />
De hecho, el ayuno de Moisés contrasta con el rechazo de los cuarenta años de desierto<br />
por parte del pueblo. Los cuarenta días de Moisés son el rehacer un camino de fidelidad<br />
que el pueblo no supo andar, así como los de Cristo lo son para la prueba que el Espíritu<br />
Santo permitía al tentador (Mt 4, 1).<br />
El desierto es la geografía concreta, el espacio y el tiempo de la unión con Dios. Por eso<br />
Oseas (Os 2, 16-17) lo propone como el lugar propicio para captar su mensaje espiritual,<br />
al igual que lo hace la Iglesia con sus hijos en la Cuaresma.<br />
Muchas veces en nuestra vida cotidiana rechazamos esos espacios de silencio y soledad<br />
porque tenemos miedo de encontrarnos con nosotros mismos y con Dios y descubrir qué<br />
lejos estamos de su proyecto sobre nosotros. Por eso, el "desierto" requiere el coraje de<br />
los humildes, de los que no tienen miedo de volver a empezar...<br />
Los cuarenta días<br />
La organización cuaresmal es un tiempo simbólico que hecha sus raíces en el Antiguo y<br />
en el Nuevo Testamento. Los cuarenta días de Moisés y de Elías o los cuarenta años del<br />
Pueblo elegido en el desierto no son referencias secundarias. La tradición judeocristiana<br />
ha visto en este número una determinada significación. Probablemente la idea<br />
más antigua sea la referencia a los años de desierto vistos como un tiempo asociado al<br />
castigo de Dios (cf. Nm 14,34; Gn 7,4. 12. 17; Ez 4,6; 29, 11-13).<br />
En el Deuteronomio aparece una interpretacíón de los cuarenta años como el tiempo de<br />
la prueba a la que Dios somete al pueblo (Dt 2,7; 8,2-4). Son los días del crecimiento de<br />
la fe, según el Salmo 94, 10. Para los Hechos de los Apóstoles, el número cuarenta<br />
continúa siendo simbólico. Lucas divide la vida de Moisés en tres períodos de cuarenta<br />
años (Hch 7,23 y 7,30); hace referencia a los cuarenta años del reinado de Saúl (Hch<br />
13,21); y a los cuarenta días de la Ascensión (Hch 1, 3).<br />
20
Estos cuarenta días podrían, entonces, considerarse como ese "hoy" del que habla la<br />
Carta a los Hebreos al referirse al Sal 94, como ese "tiempo propicio" para escuchar la<br />
voz de Dios y no endurecer el corazón.<br />
En efecto, nuestra relación con Dios necesita no sólo de un "espacio" adecuado (el<br />
desierto como lugar de silencio), sino también de un "tiempo" oportuno y concreto,<br />
"suficiente" para escuchar, a través de nuestra conciencia, su voz de Padre que corrige y<br />
consuela a la vez.<br />
El ayuno<br />
Junto con el desierto y la oración, el ayuno parece ser una de las mediaciones<br />
privilegiadas de todo tiempo penitencial, de revisión de vida y de búsqueda sincera de<br />
Dios. Por eso, como hemos visto al referirnos al desierto, generalmente van unidos.<br />
Todos los que se retiran al desierto para encontrarse con Dios, ayunan.<br />
Sin embargo, los profetas Joel e Isaías nos indican el verdadero sentido de esta antigua<br />
práctica penitencial:<br />
... Vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Desgarren su corazón y<br />
no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios. (Joel 2, 12-18)<br />
Este es el ayuno que yo amo, oráculo del Señor: soltar las cadenas injustas, desatar los<br />
lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; compartir tu<br />
pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo...<br />
(Isaías 58, 6-9)<br />
A la luz de sus palabras, comprendemos por qué, con el tiempo, el ayuno como<br />
abstención de comida ha cedido lugar al ayuno como símbolo y expresión de una<br />
renuncia a todo aquello que nos impide realizar en nosotros el proyecto de Dios,<br />
invitándonos a transformarlo en un gesto de solidaridad efectiva con los que pasan<br />
hambre (es decir, ayunan forzosamente), trabajando por la eliminación de toda injusticia<br />
en la vida personal y social, y por la liberación de toda opresión, explotación y<br />
corrupción.<br />
Naturalmente, sería más fácil limitarnos a "cumplir" con el ayuno de alimentos<br />
propuesto por la Iglesia. Pero necesitamos descubrir esos "otros" ayunos como medio<br />
adecuado para cambiar lo que más nos cuesta. Tal vez se trate de hablar menos, de hacer<br />
menos gastos superfluos, de perder menos tiempo frente al televisor para entregarlo a<br />
alguien que necesite nuestra asistencia, etc.<br />
Por eso el ayuno tiene que ir unido a la limosna, al gesto caritativo, que es también una<br />
acción preferencial de la Cuaresma, según la tradición cristiana. Si ayunáramos sólo<br />
para sufrir o demostrar que somos fuertes, estaríamos desvirtuando su verdadera<br />
finalidad.<br />
3. LA SEMANA SANTA<br />
Estructura y Elementos<br />
Desde el punto de vista cristiano, la Semana Santa, denominada antiguamente «semana<br />
mayor» o «semana grande», es la semana que conmemora la Pasión de Cristo.<br />
21
La Semana Santa tiene dos partes esenciales: el final de la Cuaresma (Domingo de<br />
Ramos, Lunes, Martes y Miércoles Santos) y el Triduo Pascual (Jueves, Viernes y<br />
Sábado). Este es el tiempo más importnate de la Iglesia en todo el año.<br />
Durante muchos siglos ha sido tradicional la representación de la Pasión y Resurrección<br />
del Señor, comenzando por la procesión de los ramos el domingo y teniendo un punto<br />
álgido en la crucifixión del Viernes Santos. Estas dramatizaciones han calado<br />
hondamente en el corazón de los católicos durante mucho tiempo, y se han ido<br />
complementando con otros actos piadosos como las visitas a los “monumentos”,<br />
escuchar el sermón “De las 7 palabras”, Vía Crucis, procesiones, hora santa, entre otros.<br />
El Domingo de Ramos<br />
El recuerdo triunfal de Nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén antes de la Pascua inicia la<br />
Semana Santa. Durante este domingo recordamos la Majestad de Cristo Rey. El<br />
Domingo de Ramos nos recuerda que Jesús es El Cristo de Dios, el Ungido, el Mesías.<br />
El domingo de ramos y la conciencia de que Jesús es Dios hecho Hombre que ha venido<br />
al mundo para salvarnos de la esclavitud del pecado es un hecho fundamental. Dios<br />
promete a los hombres la liberación de las cadenas. Y con la entrada Triunfal en<br />
Jerusalén, queda claro que esa liberación está muy lejos de lo que esperaban los judíos:<br />
un triunfo terreno, un libertador del yugo romano. La promesa de Dios estaba muy por<br />
encima de esas pretensiones.<br />
Comienza el domingo de ramos con una procesión de ramos y la celebración eucarística.<br />
En la primera parte se celebra el triunfo de Jesús. Tras la aspersión de los ramos se<br />
proclama el Evangelio. Empieza la Semana Santa y procede la Eucaristía. Se pasa del<br />
aspecto victorioso de los ramos a la cara dolorosa de la Pasión. Jesús entra triunfante,<br />
pero es en la Cruz donde adquirirá su auténtico trono, y su resurrección nos abrirá las<br />
puertas del cielo. El domingo de Ramos nos recuerda que nuestra vida cristiana es un<br />
paso de las tinieblas a la luz, de la humillación a la gloria, de la esclavitud del pecado a<br />
la liberación por la Gracia.<br />
Del domingo de ramos al jueves Santo aparecen tres días, el Lunes, Martes y Miércoles<br />
Santos, que nos permitirán reflexionar en la importancia de la Semana Santa que llegará<br />
a su punto álgido con el Triduo Pascual.<br />
El Triduo Pascual<br />
El Triduo Pascual se abre con el Jueves Santo, un momento fundamental para el<br />
Calendario Litúrgico y nuestra vida de Cristianos, pues en este día recordamos que<br />
Jesucristo es modelo de humildad al lavar los pies de sus discípulos, recordándonos que<br />
Él no vino a ser servido, sino a servir. Este ejemplo de Nuestro Señor se recuerda en el<br />
Jueves Santo para subrayar la importancia que tiene la virtud de la Humildad en nuestra<br />
vida de seguidores de Jesús. Tras el lavatorio de pies, el Jueves Santo debemos recordar<br />
la Institución de la Eucaristía: el Sacramento de Sacramentos.<br />
La noche del Jueves Santo se torna oscura con la Oración del Huerto. La contemplación<br />
del dolor de Nuestro Señor comienza a estremecernos y nos prepara para comprender la<br />
profundidad de la Pasión del Señor.<br />
Tras el Jueves Santo llega el terrible dolor del Viernes Santo, cuando recordamos el<br />
prendimiento, flagelación, juicio, camino del Calvario, crucifixión y muerte del Señor<br />
Jesucristo. Es un día que debe animarnos a una profunda reflexión, a una concentración<br />
profunda en el misterio de la muerte del Señor. Valdrá mucho la pena que en el Viernes<br />
Santo leamos el Evangelio atentamente, y que reflexionemos seriamente sobre nuestra<br />
22
vida y la generosidad de Dios que da Su Vida para nuestra salvación.<br />
Con la muerte del Señor en la cruz, el mundo se cubre de tinieblas. Un momento de<br />
espera angustiosa en la que la Iglesia nos pide que acudamos a la Santísima Virgen, la<br />
madre dolorosa que ha recibido de José de Arimatea el cuerpo sin vida de Jesús. Es<br />
precisamente en este sábado santo cuando podemos apreciar la grandeza de la Santísima<br />
Virgen.<br />
Con el sábado santo concluye la Semana Mayor. Del dolor y la oscuridad pasamos a ver<br />
a un Jesucristo deslumbrante, Rey de Reyes. Comienza la Pascua con el Domingo de<br />
Resurrección, y llega la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, al momento cúspide en el<br />
calendario litúrgico. Jesús ha muerto por nosotros, pero ha resucitado abriéndonos las<br />
puertas del Cielo.<br />
4. PENTECOSTÉS<br />
El Espíritu Santo, que Dios había prometido a los profetas para cambiar el corazón de<br />
los hombres, ha llegado.<br />
"Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados".<br />
(Jn 20,21)<br />
Pentecostés, cincuenta días después de la fiesta pascual, cincuenta días de espera que se<br />
hacía cada vez más intensa a partir, sobre todo, del día de la Ascensión. Ha sido un<br />
período de preparación al gran acontecimiento de la venida del Paráclito. El día de<br />
Pentecostés, se rememora ese momento en que se inicia la gran singladura de conducir a<br />
todos los hombres a la vida eterna, actualizar en cada uno los méritos de la Redención.<br />
En efecto, con su venida, los apóstoles recuperan las fuerzas perdidas, renuevan la<br />
ilusión y el entusiasmo, aumentan el valor y el coraje para dar testimonio ante todo el<br />
mundo de su fe en Cristo Jesús. Hasta ese momento siguen con las puertas atrancadas<br />
por miedo a los judíos. Desde que el Espíritu descendió sobre ellos las puertas quedaron<br />
abiertas, cayó la mordaza del miedo y del respeto humano. Ante toda Jerusalén primero,<br />
proclamaron que Jesús había muerto por la salvación de todos, y también que había<br />
resucitado y había sido glorificado, que sólo en Él estaba la redención del mundo entero.<br />
Fue el primer atrevimiento que pronto suscitaría una persecución que hoy, después de<br />
veinte siglos, todavía sigue en pie de guerra. Porque hemos de reconocer que las insidias<br />
de los enemigos de Cristo y de su Iglesia no han cesado. Unas veces de forma abierta y<br />
frontal, imponiendo el silencio con la violencia. Otras veces el ataque es tangencial,<br />
solapado y ladino. La sonrisa maliciosa, la adulación infame, la indiferencia que corroe,<br />
la corrupción de la familia, la degradación del sexo, la orquesta- ción a escala<br />
internacional de campanas contra el Papa.<br />
Las fuerzas del mal no descansan, los hijos de las tinieblas continúan con denuedo su<br />
afán demoledor de cuanto anunció Jesucristo. Lo peor es que hay muchos ingenuos que<br />
no lo quieren ver, que no saben descubrir detrás de lo que parece inofensivo, los signos<br />
de los tiempos dicen a veces, la ofensiva feroz del que como león rugiente merodea a la<br />
busca de quien devorar.<br />
23
Pero Dios puede más. El Espíritu no deja de latir sobre las aguas del mundo. La fuerza<br />
de su viento sigue empujando la barca de Pedro, las velas multicolores de todos los<br />
creyentes. De una parte, por la efusión y la potencia del Espíritu Santo, los pecados nos<br />
son perdonados en el bautismo y en la penitencia. Por otra parte, el Paráclito nos<br />
ilumina, nos consuela, nos transforma, nos lanza como brasas encendidas en el mundo<br />
apagado y frío. Por eso, a pesar de todo, la aventura de amar y redimir, como lo hizo<br />
Cristo, sigue siendo una realidad palpitante y gozosa, una llamada urgente a todos los<br />
hombres, para que prendan el fuego de Dios en el universo entero.<br />
El Espíritu Santo, que Dios había prometido a los profetas para cambiar el corazón de<br />
los hombres, ha llegado. Ahora conocemos a fondo a Jesús y nuestra conducta cambia.<br />
Ahora no sólo hablamos de Jesús sino que obramos como Jesús. Hemos sido<br />
transfiormados, conocemos la voluntad de Dios y poseemos la fuerza para dar<br />
testimonio del Evangelio. Tenemos una misión que cumplir en el mundo y contamos<br />
con la fuerza suficiente para llevarla a cabo. El Espíritu Santo es el amor que nos<br />
estrecha con el Padre, con Jesucristo y entre nosotros. Ya no caben aislamientos,<br />
segregaciones, sino comunión en el amor. No divisiones, sino unidad. San Agustín nos<br />
recuerda que «cada uno de nosotros puede saber cuánto posee del Espíritu de Dios,<br />
según el amor que siente por la Iglesia». Aún con lodo, nuestro poseer el Espíritu Santo<br />
no es tanto una realidad acabada, cuanto una semilla en evolución que alcanzará su<br />
plena madurez cuando seamos definitivamente transformados en Cristo.<br />
El Señor dijo a los discípulos: Id y y sed los maestros de todas las naciones; bautizadlas<br />
en el nombre del Padre y del Hijo Y del Espíritu Santo. Con este mandato les daba el<br />
poder de regenerar a los hombres en Dios.<br />
Dios había prometido por boca de sus profetas que en los últimos días derramaría su<br />
Espíritu sobre sus siervos y siervas, y que éstos profetizarían; por esto descendió el<br />
Espíritu Santo sobre el Hijo de Dios, que se había hecho Hijo del hombre, para así,<br />
permaneciendo en él, habitar en el género humano, reposar sobre los hombres y residir<br />
en la obra plasmada por las manos de Dios, realizando así en el hombre la voluntad del<br />
Padre y renovándolo de la antigua condición a la nueva, creada en Cristo.<br />
Y Lucas nos narra cómo este Espíritu, después de la ascensión del Señor, descendió<br />
sobre los discípulos el día de Pentecostés,<br />
con el poder de dar a todos los hombres entrada en la vida y para dar su plenitud a la<br />
nueva alianza; por esto, todos a una, los discípulos alababan a Dios en todas las lenguas<br />
al reducir el Espíritu a la unidad los pueblos distantes y ofrecer al Padre las primicias de<br />
todas las naciones.<br />
Por esto el Señor prometió que nos enviaría aquel Abogado que nos haría capaces de<br />
Dios.Pues, del mismo modo que el trigo seco no puede convertirse en una masa<br />
compacta y en un solo pan, si antes no es humedecido, así también nosotros, que somos<br />
muchos, no podíamos convertirnos en una sola cosa en Cristo Jesús, sin esta agua que<br />
baja del cielo. Y, así como la tierra árida no da fruto, si no recibe el agua, así también<br />
nosotros, que éramos antes como un leño árido, nunca hubiéramos dado el fruto de vida,<br />
sin esta gratuita lluvia de la alto.<br />
Nuestros cuerpos, en efecto, recibieron por el baño bautismal la unidad destinada a la<br />
incorrupción, pero nuestras almas la recibieron por el Espíritu.<br />
24
El Espíritu de Dios descendió sobre el Señor, Espíritu de sabiduría y de inteligencia,<br />
Espíritu de consejo y de fortaleza, Espíritu de ciencia y de temor del Señor, y el Señor, a<br />
su vez, lo dio a la Iglesia, enviando al Abogado sobre toda la tierra desde el cielo, que<br />
fue de donde dijo el Señor que había sido arrojado Satanás como un rayo; por esto<br />
necesitamos de este rocío divino, para que demos fruto y no seamos lanzados al fuego;<br />
y, ya que tenemos quién nos acusa, tengamos también un Abogado, pues que el Señor<br />
encomienda al Espíritu Santo el cuidado del hombre, posesión suya, que había caído en<br />
manos de ladrones, del cual se compadeció y vendó sus heridas, entregando después los<br />
dos denarios regios para que nosotros, recibiendo por el Espíritu la imagen y la<br />
inscripción del Padre y del Hijo, hagamos fructificar el denario que se nos ha confiado,<br />
retornándolo al Señor con intereses.<br />
Dones del Espíritu Santo<br />
Los siete dones del Espíritu Santo pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David.<br />
Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los<br />
fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.<br />
Don de sabiduría<br />
Nos hace comprender la maravilla insondable de Dios y nos impulsa a buscarle sobre<br />
todas las cosas y en medio de nuestro trabajo y de nuestras obligaciones.<br />
Don de inteligencia<br />
Nos descubre con mayor claridad las riquezas de la fe.<br />
Don de consejo<br />
Nos señala los caminos de la santidad, el querer de Dios en nuestra vida diaria, nos<br />
anima a seguir la solución que más concuerda con la gloria de Dios y el bien de los<br />
demás.<br />
Don de fortaleza<br />
Nos alienta continuamente y nos ayuda a superar las dificultades que sin duda<br />
encontramos en nuestro caminar hacia Dios.<br />
Don de ciencia<br />
Nos lleva a juzgar con rectitud las cosas creadas y a mantener nuestro corazón en Dios y<br />
en lo creado en la medida en que nos lleve a Él.<br />
Don de piedad<br />
Nos mueve a tratar a Dios con la confianza con la que un hijo trata a su Padre.<br />
Don de temor de Dios<br />
Nos induce a huir de las ocasiones de pecar, a no ceder a la tentación, a evitar todo mal<br />
que pueda contristar al Espíritu Santo, a temer radicalmente separarnos de Aquel a quien<br />
amamos y constituye nuestra razón de ser y de vivir.<br />
1. EL BAUTISMO<br />
Dios, al crear al hombre, le concedió un regalo que se llama: “gracia santificante”, a<br />
través de la cual nos transforma en hijos suyos. Al pecar Adán y Eva se rompió la<br />
amistad del hombre con Dios, perdiendo el alma este valioso regalo. A partir de ese<br />
momento, todos los hombres con la sola excepción de la Virgen María nacemos con el<br />
alma manchada por el pecado original. La misericordia de Dios, sin embargo, es<br />
25
infinita: compadecido de nuestra triste situación, envió a su Hijo Jesús a la tierra para<br />
rescatarnos del pecado, devolvernos la amistad perdida y la gracia, haciéndonos<br />
nuevamente dignos de entrar en la gloria del cielo. Todo esto lo concede a través del<br />
sacramento del bautismo.<br />
¿Qué es el Bautismo?<br />
El bautismo es el sacramento por el cual el hombre nace a la vida de Dios. La palabra<br />
bautizar significa ‘sumergir’, "introducir dentro del agua"; la "inmersión" en el agua<br />
simboliza el acto de sepultar al catecúmeno (el que se bautiza) en la muerte de Cristo de<br />
donde sale por la resurrección con El (cfr. Rm. 6, 3-4; Col 2, 12) como hijo de Dios.<br />
Entre los sacramentos, ocupa el primer lugar porque es el principio de toda la vida<br />
cristiana. Como el bautismo es la puerta para entrar en la Iglesia, sin haber recibido el<br />
bautismo no se puede recibir válidamente ningún otro sacramento. El bautismo nos<br />
introduce en la Iglesia haciéndonos cristianos, miembros de la Iglesia, hijos adoptivos<br />
de Dios y herederos del cielo . Por el bautismo nacemos a una nueva vida, la vida de la<br />
gracia, de la fe.<br />
En los primeros años del cristianismo el bautismo se realizaba por inmersión del<br />
bautizando en una piscina. Pero ya en el siglo primero se habla del bautismo<br />
derramando agua sobre la cabeza del que se bautiza.<br />
Para ayudar a la educación cristiana del que se bautiza, se eligen los padrinos que suplen<br />
a los padres, si éstos faltan. Para que puedan ejercer bien su tarea, deben llevar una vida<br />
de acuerdo con la misión que van a asumir, tener conciencia de que su misión no es un<br />
mero trámite, sino que deben estar dispuestos a cumplirla honradamente; por lo cual<br />
deben ser católicos practicantes y aceptar la doctrina de la Iglesia.<br />
Privar a los hijos del bautismo y de la educación católica pensando que así se les deja<br />
con mayor libertad para que ellos elijan de mayores, es tan absurdo como el no<br />
enseñarles ninguna lengua, para que así, de mayores puedan ellos elegir la lengua que<br />
prefieran. Si a un niño le tocara una gran herencia, los padres la aceptarían enseguida<br />
para que empiece a disfrutarla, y no esperarían a que fuera mayor. El bautismo vale más<br />
que la mayor de las herencias. Para hacer un gran favor a alguien no hay que pedirle<br />
permiso. A un niño se le vacuna sin pedirle permiso. Después, de mayores, cada cual<br />
hace suyo todo esto libremente o lo rechaza responsablemente. La inhibición de los<br />
padres en este punto puede después ser criticada por sus propios hijos.<br />
El encargado de bautizar es el párroco; pero, si hay peligro de que el niño muera antes<br />
de que llegue el sacerdote, debe bautizarlo cualquiera, hombre o mujer, aunque no sea<br />
católico, y aunque ni siquiera esté él mismo bautizado . Basta con que tenga uso de<br />
razón y quiera hacer lo que instituyó Cristo. El bautismo sólo se puede recibir una vez,<br />
pues imprime carácter (es decir, cambia el alma de una manera definitiva, la transforma<br />
en algo distinto) y deja el alma sellada para siempre. Es imposible “desbautizar” a<br />
alguien.<br />
2. CUENTOS<br />
El Sueño de María (Navidad)<br />
Un hermoso texto para meditar sobre la venida de Jesucristo.<br />
No lo pude comprender, realmente no, pero creo que se trataba del nacimiento de<br />
nuestro Hijo. Sí creo que era acerca de esto.<br />
26
La gente estaba haciendo preparativos con seis semanas de anticipación. Decoraba las<br />
casas y compraba ropas nueva. Salían muchas veces de compras y adquirían regalos.<br />
Era muy peculiar, ya que los regalos no eran para nuestro Hijo. Los envolvían con<br />
hermosos papeles y los ataban con preciosos moños, todo lo colocaban debajo de un<br />
árbol adornado.<br />
Sí, era un árbol, José, adentro de sus casas. Esta gente estaba decorando el árbol<br />
también. Las ramas llenas de esferas y adornos que brillaban. Había una figura en lo alto<br />
del árbol. Me parecía ver un ángel ¡Oh! Era verdaderamente hermoso.<br />
Toda la gente estaba feliz y sonriente. Todos estaban emocionados por los regalos, se<br />
los intercambiaban unos con otros. José, lo triste es que no quedó un solo regalo para<br />
nuestro Hijo.<br />
Sabes, creo que ni siquiera lo conocen, pues nunca se les oyó que mencionaran su<br />
nombre.<br />
¿No te parece extraño que la gente se meta en tantos problemas para celebrar el<br />
cumpleaños de alguien que ni siquiera conocen?<br />
Tuve la extraña sensación de que si nuestro Hijo hubiera estado presente en esa<br />
celebración hubiese sido un intruso solamente. Todo estaba tan hermoso, José, todo<br />
mundo feliz; pero yo sentí ganas enormes de llorar. Y así lo hice. Que tristeza para<br />
Jesús, no querer ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños.<br />
Me alegré al despertarme. Que contenta me siento porque solo fue un sueño. Pero que<br />
terrible José si eso hubiese sido realidad.<br />
Autor Anónimo.<br />
Reflexionemos:<br />
¿Cómo pasamos nosotros la Navidad ? No olvidemos; quién es el que viene, porqué<br />
viene, adonde viene y de donde viene.- Navidad es ; gozo, alegría, época de dar, de<br />
darnos, pero también es tiempo de dar gracias, de pedir perdón, de hacer propósitos<br />
nuevos para renacer a una nueva vida muy cerca de Jesús. Así Sea.<br />
Parece que no está<br />
En un colegio estaban preparando las Primeras Comuniones. Había un niño que sufría<br />
un pequeño retraso mental, y, aunque él y su familia estaban empeñados en que el niño<br />
hiciera la Primera Comunión, el capellán del colegio no las tenía todas consigo. Un día<br />
llamó al niño y lo llevó al oratorio. Sacó del bolsillo un crucifijo y preguntó al niño:<br />
"Éste, ¿quién es?". "Jesús", contestó el niño. Entonces señaló el Sagrario y volvió a<br />
preguntar: "Y, entonces, ése de ahí, ¿quién es?". "También Jesús", contestó el niño sin<br />
dudar. "¿Jesús, ahí y aquí...? Pues explícame cómo puede ser que Jesús esté a la vez<br />
aquí y ahí". "Es muy fácil –explicó el niño-: Aquí (en el crucifijo), parece que está, pero<br />
27
en realidad no está. Ahí (en el Sagrario), parece que no está, pero sí que está". Ni que<br />
decir tiene que aquel chaval hizo la Primera Comunión con sus compañeros de curso.<br />
Puntos fuertes y débiles<br />
Cuentan que una vez en una pequeña carpintería hubo una extraña asamblea, fue una<br />
reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia,<br />
pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido<br />
y además se pasaba todo el tiempo golpeando a los demás. El martillo aceptó su culpa<br />
pero pidió que también fuera expulsado el tornillo, pues había que darle muchas vueltas<br />
para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió<br />
la expulsión de la lija, pues era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los<br />
demás. La lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado también el metro,<br />
que siempre estaba midiendo a los demás según su medida como si fuera el único<br />
perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo, utilizó el<br />
martillo, el tornillo, la lija y el metro, y finalmente la tosca madera inicial se convirtió<br />
en un hermoso juego de ajedrez.<br />
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, se reanudó la deliberación, fue entonces<br />
cuando tomo la palabra el serrucho y dijo: Señores ha quedado demostrado que tenemos<br />
defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades, y eso es lo que nos hace<br />
valiosos. Así que no pensemos mas en nuestros puntos malos y concentrémonos en<br />
nuestros puntos buenos. La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el<br />
tornillo unía y daba fuerza, la lija servía para afinar y lijar asperezas, y el metro era<br />
preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer cosas de<br />
calidad se sintieron orgullosos de sus capacidades y de trabajar juntos.<br />
Algo parecido sucede con los seres humanos. Cuando en un grupo (ya sea empresa,<br />
hogar, amigos, colegio, familia, etc.), las personas buscan a menudo defectos en los<br />
demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar con sinceridad de<br />
percibir los puntos fuertes de los demás, florecen los mejores logros. Es muy fácil<br />
encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es lo<br />
que vale.<br />
Sé feliz<br />
28
Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A partir de<br />
aquel instante comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el placer y por todo lo<br />
sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue<br />
recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo<br />
cuanto estaba al alcance de su mano. En un recodo del camino vio un letrero que decía:<br />
"Le quedan dos meses de vida". Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores<br />
de la vida se dijo: "Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de<br />
experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean." Y aquel buscador<br />
infatigable de la felicidad, al final de sus días encontró que en su interior, en lo que<br />
podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí<br />
mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado. Comprendió que para ser<br />
feliz se necesita amar, aceptar la vida como viene, disfrutar de lo pequeño y de lo<br />
grande, conocerse a sí mismo y aceptarse como se es, sentirse querido y valorado, querer<br />
y valorar a los demás, tener razones para vivir y esperar y también razones para morir y<br />
descansar. Entendió que la felicidad brota en el corazón, que está unida y ligada a la<br />
forma de ver a la gente y de relacionarse con ella; que siempre está de salida y que para<br />
tenerla hay que gozar de paz interior. Y recordó aquella sentencia que dice: "Cuánto<br />
gozamos con lo poco que tenemos, y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos<br />
equivocadamente."<br />
Sembrar para cosechar<br />
Una mujer soñó que estaba en una tienda recién inaugurada y para su sorpresa,<br />
descubrió que Dios se encontraba tras el mostrador. - ¿Qué vendes aquí?, le preguntó.<br />
-Todo lo que tu corazón desee, respondió Dios. Sin atreverse a creer lo que estaba<br />
oyendo, se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear. -Deseo paz, amor,<br />
felicidad, sabiduría... Tras un instante de vacilación, añadió: -No sólo para mí, sino para<br />
todo el mundo... Dios se sonrió y le dijo: -Creo que no me has comprendido. -Aquí no<br />
vendemos frutos, únicamente vendemos semillas. -Para sembrar una planta hay<br />
necesidad de romper primero la capa endurecida de tierra y abrir los surcos; luego,<br />
desmenuzar y aflojar los trozos que aún permanecen apelmazados, para que la semilla<br />
pueda penetrar, regando abundantemente para conservar el suelo húmedo y entonces...<br />
-Esperar con paciencia hasta que germinen y crezcan! En la misma forma en que<br />
procedemos con la naturaleza hay que trabajar con el corazón humano, "roturando" la<br />
costra de la indiferencia que la rutina ha formado, removiendo los trozos de un egoísmo<br />
mal entendido, desmenuzándolos en pequeños trozos de gestos amables, palabras<br />
cálidas y generosas, hasta que con soltura, permitan acoger las semillas que diariamente<br />
podemos solicitar "gratis" en el almacén de Dios, porque EL mantiene su supermercado<br />
en promoción. Son semillas que hay que cuidar con dedicación y esmero y regarlas con<br />
sudor, lágrimas y a veces hasta con sangre, como regó Dios nuestra redención y como<br />
tantos han dado su vida y su sangre por otros, en un trabajo de fe y esperanza, de<br />
perseverante esfuerzo, mientras los frágiles retoños, se van transformando en plantas<br />
firmes capaces de dar los frutos anhelados...<br />
Tres árboles<br />
29
Había una vez, sobre un colina en un bosque, tres árboles. Con el murmullo de sus<br />
hojas, movidas por el viento, se contaban sus ilusiones y sus sueños. El primer árbol<br />
dijo: "Algún día yo espero ser un cofre, guardián de tesoros. Se me llenará de oro, plata<br />
y piedras preciosas. Estaré adornado con tallas complicadas y maravillosas, y todos<br />
apreciarán mi belleza". El segundo árbol contestó: "Llegará un día en que yo seré un<br />
navío poderoso. Llevaré a reyes y reinas a través de las aguas y navegaré hasta los<br />
confines del mundo. Todos se sentirán seguros a bordo, confiados en la resistencia de<br />
mi casco". Finalmente, el tercer árbol dijo: "Yo quiero crecer hasta ser el árbol más alto<br />
y derecho del bosque. La gente me verá sobre la colina, admirando la altura de mis<br />
ramas, y pensarán en el cielo y en Dios, y en lo cerca que estoy de El. Seré el árbol más<br />
ilustre del mundo, y la gente siempre se acordará de mí".<br />
Después de años de rezar para que sus sueños se realizasen, un grupo de leñadores se<br />
acercó a los árboles. Cuando uno se fijó en el primer árbol, dijo: "Este parece un árbol<br />
de buena madera. Estoy seguro de que puedo venderlo a un carpintero". Y empezó a<br />
cortarlo. El árbol quedó contento, porque estaba seguro de que el carpintero haría con él<br />
un cofre para un tesoro. Ante el segundo árbol, otro leñador dijo: "Este es un árbol<br />
resistente y fuerte. Seguro que puedo venderlo a los astilleros". El segundo árbol lo oyó<br />
satisfecho, porque estaba seguro de que así empezaba su camino para convertirse en un<br />
navío poderoso. Cuando los leñadores se acercaron al tercer árbol, él se asustó, porque<br />
sabía que, si lo cortaban, todos sus sueños se quedarían en nada. Un leñador dijo: "No<br />
necesito nada especial de mi árbol. Me llevará éste". Y lo cortó. Cuando el primer árbol<br />
fue llevado al carpintero, lo que hizo con él fue un comedero de animales. Lo pusieron<br />
en un establo, y lo llenaron de heno. No era esto lo que él había soñado, y por lo que<br />
tanto había rezado. Con el segundo árbol se construyó una pequeña barca de pescadores.<br />
Todas sus ilusiones de ser un gran navío, portador de reyes, se acabaron. Al tercer árbol<br />
simplemente lo cortaron en tablones, y lo dejaron contra una pared. Pasaron los años, y<br />
los árboles se olvidaron de sus sueños. Pero un día un hombre y una mujer llegaron al<br />
establo. Ella dio a luz, y colocaron al niño sobre el heno del pesebre que había sido<br />
hecho con la madera del primer árbol. El hombre querría haber hecho una pequeña cuna<br />
para el niño, pero tenía que contentarse con este pesebre. El árbol sintió que era parte de<br />
algo maravilloso, y que se le había concedido tener el mayor tesoro de todos los<br />
tiempos. Años más tarde, varios hombres se subieron a la barca hecha con la madera del<br />
segundo árbol. Uno de ellos estaba cansado, y se durmió. Mientras cruzaban un lago, se<br />
levantó una tormenta fortísima y el árbol pensaba que no iba a resistir lo suficiente para<br />
salvar a aquellos hombres. Los otros despertaron al que estaba dormido. El se levantó, y<br />
dijo: "¡Cállate!", y la tormenta se apaciguó. Entonces el árbol se dio cuenta de que en la<br />
barca iba el Rey de reyes. Finalmente, tiempo después, se acercó alguien a coger los<br />
tablones del tercer árbol. Unió dos en forma de cruz, y se los pusieron encima a un<br />
hombre ensangrentado, que los llevó por las calles mientras la gente lo insultaba.<br />
Cuando llegaron a una colina, el hombre fue clavado en el madero, y levantado en el<br />
aire para que muriese en lo alto, a la vista de todos. Pero cuando llegó el siguiente<br />
Domingo, el árbol comprendió que había sido lo suficiente fuerte para estar sobre la<br />
cumbre y acercarse tanto a Dios como era posible, porque Jesús había sido crucificado<br />
en él. Ningún árbol ha sido nunca tan conocido y apreciado como el árbol de la Cruz.<br />
La parábola nos enseña que aun cuando parece que todo nos sale al revés, debemos estar<br />
seguros de que Dios tiene un plan para nosotros. Si confiamos en El, nos dará los<br />
regalos más valiosos. Cada árbol obtuvo lo que deseaba y pedía, pero de otra manera<br />
mejor. No nos es posible siempre saber qué prepara Dios para nosotros; pero debemos<br />
saber que sus planes no son los nuestros: son siempre mucho más sublimes.<br />
30
Una entrevista con Dios<br />
-"Pasa" me dijo Dios, -"¿Así que quieres entrevistarme?" -"Bueno, si tiene tiempo..." Se<br />
sonríe y me dice: "Mi tiempo se llama eternidad y alcanza para todo; ¿Qué preguntas<br />
quieres hacerme?" -"Ninguna nueva ni difícil para usted". "¿Qué es lo que más te<br />
sorprende de los hombres?" Y dijo: "Que se aburren de ser niños, apurados por crecer, y<br />
luego suspiran por regresar a ser niños. Que primero pierden la salud para tener dinero y<br />
enseguida pierden el dinero para recuperar la salud. Que por pensar ansiosamente en el<br />
futuro, descuidan su hora actual, con lo que ni viven el presente ni el futuro. Que viven<br />
como si fueran a morirse, y se mueren como si no hubieran vivido, y pensar que yo..."<br />
con los ojos llenos de lágrimas y la voz entrecortada deja de hablar. Sus manos toman<br />
fuertemente las mías y seguimos en silencio.<br />
Después le dije: -"Como padre, ¿qué es lo que pedirías a tus hijos para este nuevo año?"<br />
"Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame; lo que sí pueden es amar y<br />
dejarse amar. Que aprendan que toma años construir la confianza, y sólo segundos para<br />
destruirla. Que aprendan que lo más valioso no es lo que tienen en sus vidas, sino a<br />
quien tienen en sus vidas. Que aprendan que no es bueno compararse con los demás,<br />
pues siempre habrá alguien mejor o peor que ellos. Que aprendan que rico no es el que<br />
más tiene, sino el que menos necesita. Que aprendan que deben controlar sus actitudes,<br />
o sus actitudes los controlarán. Que aprendan que bastan unos pocos segundos para<br />
producir heridas profundas en las personas que amamos, y que pueden tardar muchos<br />
años en ser sanadas. Que aprendan que a perdonar se aprende perdonando. Que<br />
aprendan que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no sabe cómo<br />
demostrarlo. Que aprendan que el dinero lo compra todo, menos la felicidad. Que<br />
aprendan que a veces cuando están molestos tienen derecho a estarlo, pero eso no les da<br />
derecho a molestar a los que los rodean. Que aprendan que los grandes sueños no<br />
requieren de grandes alas, sino de un tren de aterrizaje para lograrlos. Que aprendan que<br />
amigos de verdad son escasos y, quien ha encontrado uno, ha encontrado un verdadero<br />
tesoro. Que aprendan que no siempre es suficiente ser perdonado por otros, algunas<br />
veces deben perdonarse a sí mismos. Que aprendan que son dueños de lo que callan y<br />
esclavos de lo que dicen. Que aprendan que de lo que siembran cosechan, si siembran<br />
chismes cosecharán intrigas, si siembran amor cosecharán felicidad. Que aprendan que<br />
la verdadera felicidad no es obsesionarse con tener más sino ser feliz con lo que pueden<br />
tener. Que aprendan que la felicidad no es cuestión de suerte sino producto de sus<br />
decisiones. Ellos deciden ser feliz con lo que son y tienen, o morir de envidia y celos por<br />
lo que les falta y carecen. Que aprendan que dos personas pueden mirar una misma cosa<br />
y ver algo totalmente diferente. Que aprendan que sin importar las consecuencias,<br />
aquellos que son honestos consigo mismos llegan lejos en la vida. Que aprendan que a<br />
pesar de que piensen que no tienen nada más que dar, cuando un amigo llora con ellos<br />
encuentren la fortaleza para vencer sus dolores. Que aprendan que retener a la fuerza a<br />
las personas que aman, las aleja más rápidamente de ellos y el dejarlas ir las deja para<br />
siempre al lado de ellos. Que aprendan que a pesar de que la palabra amor pueda tener<br />
muchos significados distintos, pierde valor cuando es usada en exceso. Que aprendan<br />
31
que la distancia más lejos que pueden estar de Mí es la distancia de una simple<br />
oración...".<br />
Una fortuna sin saberlo<br />
Un día bajó el Señor a la tierra en forma de mendigo y se acercó a casa de un zapatero<br />
pobre y le dijo: "Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado, aunque<br />
no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder<br />
seguir caminando". El zapatero le respondió: "¡Yo soy muy pobre y ya estoy cansado<br />
que todo el mundo viene a pedir y nadie viene a dar!". El Señor le contestó: "Yo puedo<br />
darte lo que tu quieras". El zapatero le pregunto: "¿Dinero inclusive?". El Señor le<br />
respondió: "Yo puedo darte 10 millones de dólares, pero a cambio de tus piernas".<br />
"¿Para qué quiero yo 10 millones de dólares si no voy a poder caminar, bailar, moverme<br />
libremente?", dijo el zapatero. Entonces el Señor replicó: "Está bien, te podría dar 100<br />
millones de dólares, a cambio de tus brazos". El zapatero le contestó: "¿Para qué quiero<br />
yo 100 millones de dólares si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos?".<br />
Entonces el Señor le dijo: "En ese caso, yo te puedo dar 1000 millones de dólares a<br />
cambio de tus ojos". El zapatero respondió asustado: "¿Para qué me sirven 1000<br />
millones de dólares si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni<br />
todas las cosas que me rodean?". Entonces el Señor le dijo: "Ah hermano mío, ya ves<br />
qué fortuna tienes y no te das cuenta".<br />
32