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juegos integradores, específicos y sensibilizadores - ies conselleria

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TEMA 8 JUEGOS INTEGRADORES, ESPECÍFICOS Y<br />

SENSIBILIZADORES<br />

INTRODUCCIÓN<br />

INTRODUCCIÓN<br />

JUEGOS INTEGRADORES<br />

JUEGOS ESPECÍFICOS<br />

JUEGOS SENSIBILIZADORES<br />

Podemos considerar como juego cualquier actividad con la finalidad de divertirse,<br />

pasarlo bien. Existen muchas definiciones del juego; podemos citar como ejemplo la del<br />

Diccionario de la RAE: “Jugar: hacer algo con alegría y con el solo fin de entretenerse y<br />

divertirse”.<br />

Se observa principalmente que el juego es un comportamiento infantil y que es una<br />

actividad innata, natural, sin aprendizaje previo, que brota de la vida misma. Para el ser<br />

humano, como para los animales, el juego es una necesidad vital, una función propia, cuyo<br />

origen ha de buscarse en una serie de impulsos que se van desarrollando gradualmente<br />

según el entorno de cada sujeto.<br />

Actualmente se considera que el juego es una actividad esencial para el desarrollo integral<br />

del niño y, sin duda, también del adolescente. Si observamos las primeras veces que el niño<br />

juega en grupo podemos constatar individualismo, poca participación de la persona con<br />

menos capacidad física, etc. Así pues, el educador ha de proponer estímulos sucesivos que<br />

enriquezcan motriz, social e intelectualmente al niño: aprender jugando y aprender a<br />

jugar mejor (Blázquez, 1.986). Es necesario que mediante el juego, el individuo<br />

experimente, descubra, vaya dando respuestas (correctas o no), que compare con otras<br />

vividas por los compañeros o con modelos posibles progresando. Por otro lado, no debemos<br />

perder de vista que los aprendizajes que el niño realiza cuando juega pueden ser, y de<br />

hecho son, transferidos a otras situaciones no lúdicas.<br />

Así pues el juego es un instrumento fundamental de aprendizaje que el educador ha de<br />

aprovechar como un recurso para incidir más profundamente en la formación integral del<br />

individuo.<br />

El juego motriz es para el niño la primera herramienta de interacción con lo que le rodea, y<br />

a la vez le ayuda a construir sus relaciones sociales y otros tipos de aprendizaje. El juego<br />

es una de las primeras experiencias que ayudan al individuo a socializarse. El juego no<br />

solamente promueve el desarrollo de las capacidades físicas y motrices, es también una<br />

práctica que introduce al niño en el mundo de los valores y actitudes: el respeto a las<br />

diferencias, a la norma, al espíritu de equipo, a la cooperación y a la superación.<br />

Es en este último aspecto donde reside la importancia de la integración de los <strong>juegos</strong>.<br />

Buscar soluciones para la participación de todos supondrá una dificultad añadida para el<br />

educador. El esfuerzo principal consistirá, en situaciones muy competitivas, en compensar<br />

la desventaja de los participantes con discapacidad, facilitando la participación de todos.<br />

1


Cuando se excluye a un participante de un juego a causa de su discapacidad, de su<br />

diferencia, le estamos privando de una fuente de relación y de formación a la cual<br />

tiene derecho, llegando a influir en su desarrollo emocional y psicológico, a su proceso<br />

de maduración.<br />

En observaciones hechas en centros de tiempo libre, se evidencia que muchos adolescentes<br />

con discapacidad no saben jugar. No han compartido los <strong>juegos</strong> habituales con el resto de<br />

sus compañeros y, en consecuencia, sus respuestas motrices están muy lejos de lo que<br />

pudiera esperarse en su grupo de edad. Ello, sin duda, repercutirá en su integración y<br />

normalización social.<br />

Por todo ello, el reto del educador será posibilitar la asunción de roles activos por parte de<br />

todos, independientemente de sus características y peculiaridades. Evitar lo que se ha<br />

denominado falsa integración, es decir, que el alumno con discapacidad adopte roles pasivos<br />

reduciendo sensiblemente su participación normalizada en un juego. Tampoco se trata de<br />

equiparar la integración a la asimilación de modelos, a una absorción de un colectivo<br />

superior a uno inferior. No se trata de la predominancia de una manera de hacer sobre la<br />

otra, sino de trabajar la convivencia en la diversidad. Educar con la diversidad, en la<br />

diversidad, base de futuras actitudes de respeto en un entorno motivador donde todos<br />

juegan.<br />

JUEGOS INTEGRADORES<br />

La integración no debe ser un hecho excepcional. Tampoco hay que caer en radicalismos,<br />

como por ejemplo que todos jueguen con los ojos vendados porque un compañero es ciego.<br />

Ni que nos limitemos a otorgar roles pasivos a los participantes con discapacidad (que, por<br />

ejemplo, en el juego del pañuelo, se limiten a sujetarlo). El criterio fundamental es el<br />

adaptar el juego estrictamente lo necesario. Así pues, la mejor adaptación es la que no se<br />

percibe, a pesar de que, en determinadas ocasiones y en función de las discapacidades, eso<br />

no va a ser posible (especialmente en <strong>juegos</strong> con elevado nivel de reglamentación).<br />

Recomendamos evitar adaptaciones que requieran una gran preparación anterior a la sesión<br />

y que en la práctica resultarían muy laboriosas para el educador y poco comprendidas para<br />

los participantes. No obstante, debemos prever, antes de la propuesta de un juego, que<br />

todos los participantes con discapacidad puedan adoptar cualquier rol. Para ello será<br />

necesaria la sensibilización del grupo para conseguir que las adaptaciones sean aceptadas<br />

de una manera natural como parte de la comprensión de una realidad social. Aunque tambien<br />

habrá que reconocer en algunos casos que no todos los <strong>juegos</strong> son susceptibles de ser<br />

susceptibles de integración para todas o algunas de las discapacidades: la adaptación de los<br />

<strong>juegos</strong> debe pasar por un correcto análisis de las características de los participantes para<br />

los que se adapta.<br />

La categorización de los <strong>juegos</strong> debe abarcar, tanto los <strong>juegos</strong> habituales, como los <strong>juegos</strong><br />

cooperativos e incluso los competitivos. En la competitividad no hay sólo aspectos<br />

negativos; también se puede educar en la competitividad utilizando los sentimientos de<br />

cohesión, de superación, de victoria, de equipo, de respeto al contrario y a las reglas del<br />

juego. Dependerá, pues, del educador enfatizar aquellos aspectos que faciliten el respeto a<br />

la diversidad en aquellos <strong>juegos</strong> de alto componente competitivo.<br />

2


JUEGOS ESPECÍFICOS<br />

Como primera premisa podemos afirmar que no existe un grupo específico de<br />

discapacitados puro, ni mucho menos homogéneo. Hay que aceptar que un grupo cuyos<br />

integrantes pertenezcan a una misma discapacidad, no va a significar que los niveles de<br />

afectación sean los mismos. De hecho, nos encontraremos ante un grupo con tantos niveles<br />

de afectación como individuos lo compongan, dándose así la paradoja de que un grupo<br />

específico será de nuevo una suma de individualidades, donde será otra vez necesario<br />

adaptar y, a veces, compensar la desventaja. Las dificultades de organización serán tan<br />

importantes como en un grupo de integración, y deberemos dejar de lado la idea<br />

preconcebida de la sencillez de trabajar con un grupo específico.<br />

Puede darse el caso de que sea necesario reducir los grupos a 8 ó 10 individuos como<br />

máximo e, incluso en situaciones extremas, darse la necesidad de tener un monitor de<br />

soporte para uno, varios, o incluso todos los participantes.<br />

En este sentido, hay que decir que todos los criterios de adaptación que se utilizan al<br />

hablar de integración, pueden ser también útiles en este tipo de <strong>juegos</strong> cuando un grupo,<br />

aunque sea homogéneo en cuanto al tipo de discapacidad, no lo sea en el grado de<br />

afectación. Del mismo modo, los <strong>juegos</strong> <strong>específicos</strong> pueden ser útiles en sesiones de<br />

integración cuando pueda trabajarse en pequeño grupo.<br />

JUEGOS SENSIBILIZADORES<br />

Los <strong>juegos</strong> motrices <strong>sensibilizadores</strong> son aquellos que, con la presencia de personas con<br />

discapacidad o no, hacen que los participantes vivan de manera lúdica las limitaciones de las<br />

personas con dificultades y valoren sus capacidades.<br />

El objetivo principal es sensibilizar a los participantes sobre la realidad de las personas con<br />

discapacidad, fomentar actitudes positivas y solidarias basadas en el respeto a la<br />

diversidad y evitar la aparición de actitudes negativas o no-integradoras mediante el<br />

componente lúdico y participativo de la actividad. Materializándose en:<br />

• Tomar conciencia de la realidad que vive una persona con discapacidad<br />

• Experimentar y vivenciar las limitaciones: la movilidad reducida y la disminución<br />

sensorial y, por tanto, percibir las dificultades que encuentra la persona con<br />

discapacidad en la vida cotidiana (barreras arquitectónicas, de comunicación, etc.)<br />

• Valorar las capacidades de las personas con discapacidad.<br />

Vivir y experimentar una discapacidad puede ser un procedimiento útil para conseguir<br />

actitudes positivas y solidarias, ya que, al vivenciarlo, el participante adquiere conciencia de<br />

las limitaciones y, a la vez, aprende a valorar las capacidades, aspectos fundamentales para<br />

iniciar el conocimiento del otro. El respeto a la diversidad debe partir de un conocimiento<br />

mutuo. No puede juzgarse aquello que no se conoce, ya que entonces se prejuzga y, en<br />

consecuencia, aparecen una serie de ideas preconcebidas originadas por la ignorancia, lo<br />

que incide en actitudes no-integradoras con un profundo componente segregador. Es<br />

necesario dar a conocer, sensibilizar. Por ello, los <strong>juegos</strong> motrices <strong>sensibilizadores</strong> son un<br />

recurso pedagógico que facilitará la comprensión de la diversidad. Experimentar para<br />

interiorizar, y así expresar. Maniobrar una silla de ruedas, desplazarse sin ver con la ayuda<br />

de un bastón, enseñar cómo acompañar a una persona ciega, etc. son experiencias que,<br />

vividas de una manera lúdica, raramente se olvidan<br />

BIBLIOGRAFÍA:<br />

RÍOS,M. Actividad física adaptada. El juego y los alumnos con discapacidad. Ed. Paidotribo.<br />

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