J E S U S , MARIA, Y JOSEPH. D. C A R L O S I V .

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64 ríos mas- humildes , y caritativos en los hospitales dirá el alivio de los enfermos por muchos dias continuos ( (T) ¡El de un S. Vicente de Paul , misericordiosísimo con toda especie de necesitados , y entre estos con los enfermos ? ¿ Y el de una Santa Catalina de Sena, dedicada á la asistencia de una enferma , cuyo solo aspecto^ era á los demás intolerable ? Sin duda , que para darnos alguna idea de este gran mèrito, se le representó nuestro Señor Jesu-Chnsto á esta su dilectísima Esposa vestido con una tíw inca bordada toda de piedras preciosas, y refulgentísimas, asegurándole ser aquella misma servida , y sin mangas que el dia antes le habia, dado á un pobre que se le presentó achacoso , y pasado del frió : (2) lo corrobora el singular prodigio que sucedi^ en Francia á un Venerable Obispo extraordinariamente misericordioso con los enfermos' ; del que se refiere, que llegan-' do á limpiar con su lengua en la cara de un enfermo ciérta bascosidad que en ella habia , se convirtió ésta en una perla preciosísima , y el enfermo vestido de celestial resplandor desapareció de su vista -, dexándolo asegurado de su eterna bienaventuranza: (3) y lo convence casi hasta la evidencia, que apareciéndose la Santísima Virgen nuestra Señora á su devoto S. Agüelo Abad, despues de casi ocho años que hacía vida asperísima en un desierto , le mandó volver á la asistencia de íos enfermos en un hospital de donde se habia retirado , asegurándole sería - incomparablemente mayor el mèrito que allí tendría, que en permanecer en aquellas soledades. (4) ¿ Pero por qué no estaremos ciertos del gran mérito de vuestra misericordia -, quando no podemos dudar que será abundantemente remunerada por Christo ? 2. Sí, Hermanos mios , los premios que os-están reservados para Ja otra vida , si fuéreis verdaderamente misericordiosos, según que vuestro establecimiento lo dispone, serán tan exhorbitantes , que á vosotros mismos os han de causar admiración, porque os parecerán tan desmedidos , que sobrepujen mucho á vuestro mérito , y espectacíon. ¿Preguntareis la causa de esto* y os responderá, que se os debe todo aquello , porque fue hacer con él mismo lo que con esos sus pobres hicisteis : Infirmus fui, (1) Lohner ub. supr. §. 4. num. 97. (2) Idem. ibid. num. 61. (3) Idem. Ibid. num. 77. (4) Idem. Ibid. num. 79. 6?

' 6$ . & visitasti* thewquandw féchus: uni ex -bis fratrihts mets minimis , mihi 'fichtis, (,i) i Qué. maravilla ! Si visitais a esos pobres enfermos, si os compadecéis de su miseria , si os lastima is de su quebranto, mihi fecistis, no tanto con ellos quanto con el mismo Christo lo habeis hecho. Si les dais un pan para remediar su hambre , un jarro de agua para templar su sed , 6 para cubrir su desnudez alguna sabana , mihi fs cist is, á Jesu-Christo se lo dais. Y si los consolais con vuestras amorosas exhortaciones, si les sub-, ministráis la medicina conveniente, y si lo lleváis sobre vuestros hombros à su cama , mihi fecistis , con Jesu Christo lo hacéis; - porque con inefable dignación nos asegura , no que está representado en d enfermo, sí que él es el enfermo con quien se esercita esa misericordia : ó bien porque quiso tomar en sí la sed , la hambre , la desnudez, y las penalidades de eâos pobre?, 6 bien porque en ellos se ha transformado en cierto modo, dice el P. S. Pedro Damiano. (2) \ Por ventura, no ha sucedido así mas de Ulla vez , ó no sabemos haberle acontecido así á muchos Santos ? A un S. Martirio Monge, de quien afirma San Gregor'r, que encontrando á un leproso en el camino , y poniéndolo sobre sus hombros envuelto en su misma capa para conducirlo al Monasterio , al llegar á sus puertas fué visto por todos que era nues- • tro Señor Jesu-Christo. (3) A un San Alvaro de Cordoba, del Orden de Predicadores, queen igual casose halló en las puertas del Convento de Araceli con la Imagen de un devoto Crucifixo, que hasta hoy se venera en aquella Iglesia. (4) A un San Juan de Dios, que lavando los pies á aquel pobre enfermo que traxo al hospital sobre sus hombros, descubrió las llagas de nuestra redención , vié , y oyó de la boca del que le apareció en aquella forma, que el era el Redentor del Mundo»., con quien exercitaba aquella misericordia , y que por ella sería en el Cielo copiosa-, mente remunerado. (5) ^ No digáis ya bienaventurados los que vieron á nuestro Señor I (r) Math. 25. 3 ó , & 40. (2) Ser. m Psalm. 40. ap. Cornuc$p. Concionator. torn. 1. enarrai. 4. sect. 2l.§. 9- num. 2. , (3) S. Gregor. Homil. 39. in Evangel, circ. fin. (4) H ist or. de Sto. Domingo , y su Orden-pte. 3. libi z. cap. 25. (5) Chronologie Hospitalaria pte, i. lib. 2. cap. 64.

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, mihi 'fichtis, (,i) i Qué. maravilla ! Si visitais a esos pobres<br />

enfermos, si os compadecéis de su miseria , si os lastima is de su<br />

quebranto, mihi fecistis, no tanto con ellos quanto con el mismo<br />

Christo lo habeis hecho. Si les dais un pan para remediar su hambre<br />

, un jarro de agua para templar su sed , 6 para cubrir su desnudez<br />

alguna sabana , mihi fs cist is, á Jesu-Christo se lo dais.<br />

Y si los consolais con vuestras amorosas exhortaciones, si les sub-,<br />

ministráis la medicina conveniente, y si lo lleváis sobre vuestros<br />

hombros à su cama , mihi fecistis , con Jesu Christo lo hacéis; -<br />

porque con inefable dignación nos asegura , no que está representado<br />

en d enfermo, sí que él es el enfermo con quien se<br />

esercita esa misericordia : ó bien porque quiso tomar en sí la<br />

sed , la hambre , la desnudez, y las penalidades de eâos pobre?,<br />

6 bien porque en ellos se ha transformado en cierto modo, dice<br />

el P. S. Pedro Damiano. (2) \ Por ventura, no ha sucedido así<br />

mas de Ulla vez , ó no sabemos haberle acontecido así á muchos<br />

Santos ? A un S. Martirio Monge, de quien afirma San Gregor'r,<br />

que encontrando á un leproso en el camino , y poniéndolo sobre<br />

sus hombros envuelto en su misma capa para conducirlo al Monasterio<br />

, al llegar á sus puertas fué visto por todos que era nues- •<br />

tro Señor Jesu-Christo. (3) A un San Alvaro de Cordoba, del Orden<br />

de Predicadores, queen igual casose halló en las puertas<br />

del Convento de Araceli con la Imagen de un devoto Crucifixo,<br />

que hasta hoy se venera en aquella Iglesia. (4) A un San Juan de<br />

Dios, que lavando los pies á aquel pobre enfermo que traxo al<br />

hospital sobre sus hombros, descubrió las llagas de nuestra redención<br />

, vié , y oyó de la boca del que le apareció en aquella forma,<br />

que el era el Redentor del Mundo»., con quien exercitaba<br />

aquella misericordia , y que por ella sería en el Cielo copiosa-,<br />

mente remunerado. (5) ^<br />

No digáis ya bienaventurados los que vieron á nuestro Señor<br />

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(r) Math. 25. 3 ó , & 40. (2) Ser. m Psalm. 40. ap. Cornuc$p.<br />

Concionator. torn. 1. enarrai. 4. sect. 2l.§. 9- num. 2.<br />

, (3) S. Gregor. Homil. 39. in Evangel, circ. fin. (4) H ist or.<br />

de Sto. Domingo , y su Orden-pte. 3. libi z. cap. 25. (5) Chronologie<br />

Hospitalaria pte, i. lib. 2. cap. 64.

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