J E S U S , MARIA, Y JOSEPH. D. C A R L O S I V .
J E S U S , MARIA, Y JOSEPH. D. C A R L O S I V .
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nosotros , que nos sea preciso atravesar los mares para buscarla,<br />
Ili tan remontada , que necesitemos de escalar los Cielos para<br />
conseguirla? (i) ¿ Y no lo es por último , que tenemos los medios<br />
de nuestra santificación tan inmediatos, que están en nuestro<br />
corazon para desearlos, y en nuestros labios para pedirlos , (2)<br />
porque el Reyuo de Dios lo tenernos dentro de nosotros mismos?<br />
(3) ¿ Pues quánta será nuestra culpa , si desentendièndonos de<br />
todo esto , permaneciéremos en el infeliz estado de nuestra reprehensible<br />
negligencia , quando no podemos ignorar , que nos<br />
es necesario el ser aun mas activos en la solicitud de nuestro<br />
,bien espiritual, que lo fue Ja Muger que perdió su dracma preciosa<br />
, que el Mercader que buscaba las mas selectas margaritas,<br />
y que el Hombre que descubrió el tesoro , y se enagenó de todo<br />
quanto tenía por adquirirlo ? ¿ Y quando nuestra conducta en esta<br />
parte no debe desdecir de la que en su clase observa un enfermo<br />
en el arriesgado estado de su delicada convalecencia?<br />
2. Ved aqui un animado modelo para el arreglo de nuestras<br />
costumbres. Fixad la consideración en un convaleciente , que<br />
ansioso de conservar Ja salud que á mucha costa ha conseguido,<br />
se esmera en poner quantos medios son excogitabies paradello.<br />
El no^siente privarse de lo que mas apetece, si sospecha que ha<br />
de dañarle : él no repugna la abstracción , y el retiro de las<br />
gentes , el suspender , y dar de mano á todos sus negocios por<br />
interesantes que le sean , ni aun el abstenerse de toda diversion,<br />
si esto le puede ser dañoso; y él observa con el mayor rigor<br />
aun las mas ligeras prevenciones de su Médico , temeroso de<br />
que su omision le ocasione algún atraso. Estas mismas son las<br />
reglas que se nos prescriben á todos con respecto á la salud del<br />
alma- La fuga de la ocasion próxima ; la separación de aquellas<br />
compañías que pueden ocasionarnos escándalo; la abstracción.; y<br />
el retiro prudente de criaturas, y de negocios que sean capaces<br />
de distraernos de nuestro único, y principal intento que es<br />
salvarnos : mas no paremos aquí. Añadamos como remedio preciso<br />
la dieta rigorosa de la constante mortificación de nuestras pasiones<br />
, para que con la sujeción de nuestros apetitos evitemos el<br />
mal á que ellos nos inclinan : castiguemos nuestra carne, privàn-<br />
(1) Deuter. 30. n. (2) Ibid. vers. 14. (3) Luc. 17. 21.<br />
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