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doctrina social cristiana - Ordo Socialis

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sistema económico favorable, las tensiones entre la racionalización por motivos de<br />

competencia y la consecuente disminución de los puestos de trabajo, y otros similares.<br />

b) La investigación acerca de las causas del desempleo y la toma de medidas económicas,<br />

conyunturales y de política monetaria para combatir el desempleo, es asunto de los<br />

responsables, es decir, de las partes contratantes de los convenios, de los parlamentos, de los<br />

gobiernos, de los partidos políticos y de las ciencias competentes. La Iglesia apela a la<br />

conciencia de los responsables. Desde el comienzo de la era industrial irrumpieron<br />

continuamente crisis coyunturales, que llevaron a millones de trabajadores y a sus familias a<br />

la penuria, a pesar de que la demanda de bienes era grande y de que no faltaba gente deseosa<br />

de trabajar. El tomar medidas concretas como, por ejemplo, alargar el periodo escolar, acortar<br />

la jornada laboral, adelantar la edad de jubilación, la supresión de las horas extras, aumentar o<br />

reducir los impuestos, reclamar una contribución coyuntural, no es tarea de la Iglesia. Esto<br />

corresponde a los expertos en la materia o a los responsables de la situación.<br />

c) De un gran significado para la conservación de los puestos de trabajo es el así llamado<br />

"empresario indirecto", es decir, "el conjunto de instancias a escala nacional e internacional<br />

responsables de toda la orientación de la política laboral". El Papa Juan Pablo II exige una<br />

"planificación general" que trascienda las fronteras nacionales. La llamada cuestión <strong>social</strong><br />

parece desplazarse cada vez más de la tensión entre capital y trabajo a la tensión entre<br />

aquellos que tienen trabajo y aquellos que carecen de él. (LE 18).<br />

d) A la Iglesia -por razón de su propia misión- le incumben cara al desempleo las siguientes<br />

tareas: ella lucha para que a los desempleados no se les estampe el sello de la inutilidad ni<br />

explícita ni implícitamente. Los desempleados no necesitan la compasión, mas sí la donación<br />

comprensiva. Algunos se retiran y evitan el contacto, hasta el punto de que en las familias de<br />

los desempleados se concentra el enfado y la decepción, lo cual suele conducir a crisis<br />

peligrosas. Las parroquias y las comunidades de católicos deben afirmar al número de los<br />

parados en la comunidad, deben analizar su situación y descubrir las situaciones de necesidad.<br />

Deben intentar ayudar a los desempleados tratando con autoridades, recabando información<br />

sobre lugares y regiones donde pueda haber un mercado de trabajo, indicándoles posibilidades<br />

de continuar su formación profesional y procurando establecer relaciones entre los<br />

desempleados y las empresas, en las cuales quizás puedan encontrar aún un puesto de trabajo.<br />

Algunos grupos de desempleados necesitan una especial dedicación y ayuda: los jóvenes, los<br />

extranjeros, los disminuidos, los discapacitados por enfermedad, los de más edad, los<br />

analfabetos, los que llevan mucho tiempo desempleados y otros grupos semejantes.<br />

Parroquias y comunidades deben hacer una oferta significativa para ese tiempo libre obligado.<br />

No es fácil alcanzar en una sociedad los cuatro grandes fines de una economía sana, ni una<br />

vez alcanzados, asegurarlos en el tiempo: pleno empleo, estabilidad de los precios,<br />

crecimiento económico y equilibrio en la economía exterior. Todos los actores están llamados<br />

a asumir conjuntamente la responsabilidad y a actuar de manera comprometida con el bien<br />

común.<br />

5. El trabajador extranjero<br />

a) En los pasados veinte años, millones de extranjeros han sido contratados y traídos a<br />

Alemania, debido a que la economía necesitaba mano de obra. Los trabajadores extranjeros<br />

han contribuido a elevar el nivel de vida en Alemania. Hoy (en 1982) viven aproximadamente<br />

4.700.000 extranjeros entre nosotros, de ellos tienen trabajo aproximadamente dos millones, y<br />

240.000 están en el paro. 1.096.000 son niños y jóvenes por debajo de los 15 años.<br />

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