doctrina social cristiana - Ordo Socialis
doctrina social cristiana - Ordo Socialis
doctrina social cristiana - Ordo Socialis
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
CAPÍTULO SEGUNDO: LA FAMILIA<br />
La familia es la comunidad natural de vida de los padres con los hijos (societas naturalis<br />
parentalis) que se origina sobre la base del matrimonio en el que Dios ha derramado su<br />
bendición de fecundidad y es, a la vez, la célula de la sociedad humana. Mientras que en la<br />
teología del matrimonio se ha profundizado mucho en los últimos decenios, la teología de la<br />
familia se halla en sus comienzos, cosa que se explica en parte por el hecho de que sólo el<br />
matrimonio, y no la familia, es sacramento. Sin embargo, es urgentemente necesaria la<br />
elaboración de una teología de la familia. Sería, en efecto, una estrechez de miras no carente<br />
de riesgo, estudiar únicamente, como no raras veces ocurre, las relaciones matrimoniales de<br />
los esposos con sus problemas sexuales, y pasar casi por alto a la familia, que es<br />
importantísima para el ser humano y que está amenazada por las formas anónimas de<br />
organización de la era industrial. Hay que considerar, además, que la estructura de la familia,<br />
válida para todos los tiempos, se realiza concretamente en la respectiva situación económica y<br />
<strong>social</strong>. La forma externa de la familia está sometida, por tanto, al cambio histórico, un cambio<br />
de proporciones gigantescas desde el comienzo de la era industrial.<br />
§ 1. La familia como comunidad de vida de padres e hijos<br />
La convivencia entre padres e hijos pertenece de tal forma a la esencia de la familia, que todos<br />
los intentos de destruirla suelen ir encaminados a socavar esta relación. Este rasgo aparece de<br />
modo claro en las utopías <strong>social</strong>es comunistas, que con su rara mezcla de fantasía y razón, de<br />
escatología secularizada y realidad colectivista, tienen más fondo de lo que pudiera parecer a<br />
primera vista.<br />
En el libro V de la Republica, Platón proyectó aquel Estado ideal, en el que debía ser abolida<br />
la propiedad privada para la clase militar, de forma que "ninguno tuviera nada propio aparte<br />
de su cuerpo". "Ni casa, ni tierra, ni cualquier otro bien" les está permitido a los militares.<br />
Incluso las mujeres e hijos son comunes, "de forma que ni el padre conozca a su hijo ni el hijo<br />
a su padre". Inmediatamente después del nacimiento, los niños son llevados al pabellón de la<br />
infancia, al que las madres sólo pueden entrar por breve espacio de tiempo para<br />
amamantarlos, debiendo las guardianas "evitar a toda costa que ninguna conozca a su<br />
hijo"122. Bajo la influencia de Platón, Tomás Campanella proyectó también a comienzos del<br />
siglo XVII en su Ciudad del Sol un orden <strong>social</strong> sin familias. Varones y mujeres están en esa<br />
dictadura comunista acuartelados y duermen en naves separadas. La parejas son unidas por<br />
disposiciones oficiales, por motivos médicos y astrológicos, simplemente para procrear. Los<br />
niños crecen en hogares infantiles del Estado de forma que padres e hijos no se conozcan123.<br />
George Orwell describió drásticamente en el año 1949 la monstruosidad de la sociedad<br />
comunista del futuro sin familia: "Un mundo de angustia, de traición y de tormentos, un<br />
mundo para pisotear y ser pisoteado, un mundo que no se hace menos inexorable, sino cada<br />
vez más espantoso a medida que se desarrolla (...) Hemos cortado los vínculos entre hijos y<br />
padres, entre persona y persona, entre varón y mujer. Nadie se atreve ya a confiar en una<br />
esposa, en un hijo, en un amigo. Porque en el futuro no habrá ya esposas ni amigos. Los hijos<br />
serán arrebatados a sus madres nada más nacer, lo mismo que se quitan los huevos a la<br />
gallina. El instinto sexual será extirpado. La procreación será una formalidad anual como la<br />
122 Republica, 457 d-464 d.<br />
123 Civitas Solis, trad. alemana J. E. Wessely, Múnich, 1900.<br />
59