doctrina social cristiana - Ordo Socialis
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entrega mutua, se amen con perpetua fidelidad, como El mismo amó a la Iglesia y se entregó<br />
por ella" (GS 48). La Iglesia aparece como la Esposa de Cristo bajo el símbolo de la<br />
mujer118.<br />
Tan profundamente se fundamenta el matrimonio cristiano y la familia en el Dios trinitario<br />
que Dios es, como dijo el Papa Juan Pablo II en Méjico, "en su más recóndito misterio, no<br />
soledad, sino familia"119. La Trinidad es en su unidad y diferencia, en un sentido análogo, la<br />
fuente del matrimonio y de la familia, de las cuales son también características la unidad y la<br />
diferencia.<br />
2. La unión del Logos con la Humanidad en la Encarnación, la entrega de Cristo en la Cruz y<br />
en la Eucaristía tienen su imagen en el matrimonio. El matrimonio cristiano es la participación<br />
en el amor de Dios y su presencia en este mundo. En el matrimonio tiene lugar no sólo el<br />
conocimiento profundo, la conservación y automanifestación de los esposos, sino también su<br />
santificación. El sacramento no anula la naturaleza del matrimonio, sino que la incluye en el<br />
misterio sacramental. No ocurre del mismo modo en los demás sacramentos. Nacer no es ser<br />
bautizado, comer no es comulgar. Sin embargo, el casamiento de los cristianos es el<br />
sacramento del matrimonio. Así "el genuino amor conyugal es asumido en el amor divino"<br />
que lo enriquece y santifica (GS 48). Quien se casa, se confía a Cristo. Se casa "en el Señor"<br />
(1 Cor 7, 39).<br />
Las propiedades naturales del matrimonio, unidad e indisolubilidad, reciben nuevo contenido<br />
y esplendor en virtud del sacramento. Como imagen del amor sin fin, entre Cristo uno y la<br />
Iglesia una, el matrimonio sólo puede existir como vínculo indisoluble entre un solo varón y<br />
una sola mujer. Puesto que es la "representación de la perfecta unión de Cristo con la Iglesia",<br />
el matrimonio "no puede menos de ser indisoluble y duradero". La gracia cumple el anhelo de<br />
la naturaleza y le da fuerzas "para ser aquello a lo que tiende su mejor saber y querer". "La<br />
indisolubilidad del matrimonio no es, pues, más que cumplimiento de aquello a que tiende el<br />
corazón puro y no corrompido, el alma naturalmente <strong>cristiana</strong>, cumplimiento que sólo<br />
encontrará su fin con la muerte" (Pío XII)120. Amor sin fidelidad es mentira. El "matrimonio<br />
a prueba", "el matrimonio por un tiempo" no son matrimonios, son fraudes vitales.<br />
El matrimonio cristiano vive de la esperanza de los eternos desposorios, de los cuales es su<br />
esbozo. Tiene carácter escatológico, porque "en la resurrección ni se casarán ni se darán en<br />
casamiento, sino que serán como ángeles en el cielo" (Mt 22, 30). "En aquel fuerte vínculo del<br />
amor que une los corazones con Dios y entre sí", el amor de los esposos permanecerá, según<br />
palabras de Pío XII, "también en la otra vida", "como también permanecen las almas mismas<br />
en las que había vivido aquí abajo"121.<br />
118 En la renovación del sacrificio de la Cruz en la Santa Misa, el sacerdote obra en la Persona de Cristo. Si nos<br />
tomamos en serio eclesiológicamente la misteriosa relación entre "Cristo y la Esposa de Cristo", reconoceremos<br />
inmediatamente que el servicio sacerdotal como "un obrar en la persona de Cristo" es una tarea del hombre. A<br />
disposición de la mujer está el amplio espacio del servicio mariano de la Iglesia como Esposa de Cristo.<br />
119 Juan Pablo II, Homilía en Puebla el 28. 1. 1979, AAS 71 (1979) 184.<br />
120 Pío XII, 29. 4. 1942 (UG 916, 917, 919).<br />
121 Pío XII, 29. 4. 1942 (UG 920).<br />
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