doctrina social cristiana - Ordo Socialis
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SEGUNDA PARTE: CONTEXTURA DEL ORDENAMIENTO DE LA<br />
SOCIEDAD<br />
La Doctrina Social Cristiana no se contenta con elaborar principios de la filosofía y la teología<br />
<strong>social</strong>es. Investiga también sobre la contextura múltiple del ordenamiento de la sociedad<br />
humana, tal como ella se nos manifiesta en las familias, profesiones, municipios, sindicatos,<br />
asociaciones, Estados, etc. En la caleidoscópica multiplicidad de relaciones y formaciones<br />
<strong>social</strong>es pueden reconocerse estructuras esenciales supratemporalmente válidas que, sin<br />
embargo, sólo se realizan en las situaciones respectivas sometidas a cambios continuos. Este<br />
hecho pone de manifiesto de un modo patente la tensión que existe siempre entre forma<br />
esencial e historicidad.<br />
Los órdenes <strong>social</strong>es como, por ejemplo, el económico o estatal, tienen sus propias leyes;<br />
"funcionan" de alguna manera incluso donde es negada la existencia del legislador divino,<br />
como pudo ser el caso en los antiguos Estados bolcheviques. Sin embargo, en esos casos la<br />
persona está expuesta al peligro de ser degradada a simple objeto de los procesos económicos<br />
y <strong>social</strong>es.<br />
SECCIÓN PRIMERA: MATRIMONIO Y FAMILIA<br />
CAPÍTULO PRIMERO: EL MATRIMONIO<br />
El matrimonio puede ser interpretado desde la filosofía, la sociología, la psicología, la<br />
medicina, el derecho y la teología, de forma que su estudio puede correr el riesgo de quedarse<br />
en un variopinto inventario de información procedente de las diferentes áreas de estudio.<br />
Como toda forma esencial, también el matrimonio es una totalidad pese a reflejarse en ella los<br />
más diversos estratos de la persona como ser compuesto de cuerpo y alma. Sin embargo,<br />
como no podemos contemplar las esencias intuitivamente en un solo golpe de vista, sino que<br />
tenemos que descubrir con esfuerzo y explicar sus estructuras, vamos a distinguir diez áreas<br />
relevantes para una correcta interpretación del matrimonio, sin olvidar que, en el fondo, se<br />
trata de diversos puntos de vista sobre una totalidad que llamamos matrimonio.<br />
§1 La sexualidad<br />
1. La sexualidad, que no ha de ser equiparada a la pulsión sexual, se presenta en el ser<br />
humano como la polaridad de lo masculino y lo femenino, y es un supuesto fundamental del<br />
matrimonio. Es algo más amplio que la pulsión sexual, determina la dinámica biológica de<br />
ambos sexos y penetra todo el comportamiento físico-espiritual del varón y de la mujer, lo<br />
cual se manifiesta en el pensar y en el obrar, en el sentimiento, en el ánimo e, incluso, en la<br />
relación con Dios. Mientras que la idiosincracia de la persona está más orientada a la<br />
actividad, el ser de la mujer, condicionado por la maternidad, tiende a la entrega y a la<br />
constante referencia a un tú. El varón no es, por tanto, norma para la mujer, aunque algunas<br />
mujeres adultas y jóvenes, debido a su gran capacidad de adaptación, toman al varón como<br />
norma, consciente o inconscientemente -especialmente en el trabajo profesional fuera de casa.<br />
Por lo demás, no se debe exagerar la diversidad anímica entre ambos sexos. El fundamento<br />
esencial humano es el mismo en el hombre y en la mujer. En su masculinidad o femineidad,<br />
ambos sexos son "imagen de Dios". A los dos les ha dado Dios la misma dignidad y los<br />
mismos derechos inalienables. Dios es del mismo modo para el varón y para la mujer, "el<br />
Creador que les llama y les ama". Ambos deben escucharle, responderle y servirle. Ambos<br />
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