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doctrina social cristiana - Ordo Socialis

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totalidad sólo tiene su propia profusión de valores en su vinculación con la profusión personal<br />

de valores de los miembros"24.<br />

2. La Corte Federal Constitucional alemana profesó el mismo principio en su sentencia del 20<br />

de julio de 1954: "La imagen de la persona en la Ley Fundamental, no es la del individuo<br />

aislado y soberano. La Ley Fundamental ha decidido la tensión individuo-comunidad, más<br />

bien en el sentido de la referencia y vinculación de la persona a la comunidad, sin atentar por<br />

ello contra el valor propio de la persona"25.<br />

[La encíclica Sollicitudo rei <strong>social</strong>lis expresa el ideal de una sociedad solidaria en las distintas<br />

partes del mundo: en ella no se habla solamente de la solidaridad "en el ámbito interior de<br />

cada nación", sino de modo análogo también de la solidaridad entre naciones y pueblos. Esto<br />

exige un concepto ético fundamental para una cultura humanitaria, según el cual sólo se puede<br />

encontrar la excelencia del todo en el respeto a cada persona individual, a cada sociedad y a<br />

cada pueblo. De ahí que "sea necesario el pleno respeto de la identidad de cada pueblo, con<br />

sus características históricas y culturales (...) Tanto los pueblos como las personas<br />

individuales deben disfrutar de una igualdad fundamental (...) igualdad que es el fundamento<br />

del derecho de todos a la participación en el proceso del desarrollo pleno" (SRS 33).]<br />

CAPÍTULO 2: EL PRINCIPIO DEL BIEN COMÚN<br />

El principio de solidaridad, arraigado simultáneamente en la personalidad y en la <strong>social</strong>idad,<br />

plantea la cuestión de si ambos polos de la relación solidaria se enfrentan al mismo nivel o<br />

están entre sí supra o subordinados. Veremos que esta cuestión no puede resolverse con un<br />

sencillo sí o no, sino que necesita varias distinciones. Mientras que, en determinado sentido,<br />

el bien común tiene la primacía, desde otro y último punto de vista, la persona tiene el valor<br />

superior.<br />

§ 1. La primacía del bien común frente al interés particular<br />

1. La filosofía <strong>social</strong> occidental ha tratado de interpretar, desde hace más de dos milenios, la<br />

relación de individuo y sociedad desde la analogía del organismo, método que debe ser usado<br />

con mucha cautela ya que, como muestra la historia, se puede abusar fácilmente de él en<br />

sentido totalitario.<br />

Ya en el siglo V a. C. parece que Menenius Agrippa reconcilió a patricios y plebeyos de<br />

Roma con la fábula de los miembros desunidos que solidariamente constituyen un solo<br />

cuerpo. Platón comparó en La República al "Estado bien ordenado" a un cuerpo y sus<br />

miembros. Aristóteles se sirvió de la analogía del organismo para obtener conocimientos<br />

sobre la hechura y la vida de la sociedad. Séneca enseñó que "todos nosotros somos miembros<br />

de un gran cuerpo", ya que la naturaleza nos ha engendrado "como familiares" y nos ha hecho<br />

"seres sociables"26. Santo Tomás de Aquino utilizó sistemáticamente la analogía del<br />

organismo en su <strong>doctrina</strong> de la sociedad: la sociedad es "como un cuerpo", "como un<br />

24 G. Gundlach, en: Staatslexikon, IV (1931), col. 1614.<br />

25 BVerfG v. 20. 7. 1954, BVerfGE 4, 120.<br />

26 L. A. Séneca, Ad Lucilium I, XV, ep. 4. Bononiae 1927, 83.<br />

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