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doctrina social cristiana - Ordo Socialis

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SECCIÓN QUINTA: LA COMUNIDAD INTERNACIONAL<br />

CAPITULO 1: LA UNIDAD DEL GÉNERO HUMANO COMO<br />

FUNDAMENTO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL<br />

A diferencia del mundo animal dividido en numerosos géneros y especies, que con frecuencia<br />

se persiguen mutuamente sin compasión, los seres humanos, pese a su diversidad de color y<br />

nacionalidad, no sólo están unidos por una unidad biológica361, sino que a través de la misma<br />

naturaleza humana están metafísicamente unidos. La inhumana limitación del "ser humano" a<br />

la propia tribu, raza, pueblo o clase, lleva a la bestialidad. Puesto que los seres humanos no<br />

son únicamente "muchos", sino "muchos de la misma especie", constituyen -<br />

independientemente de convenios y acuerdos- una unidad original y natural desde el punto de<br />

vista espiritual, moral, jurídico y económico.<br />

§ 1. La unidad espiritual y moral de la humanidad<br />

1. A través de la naturaleza humana común a todas las personas, toda la humanidad está en<br />

consecuencia ordenada hacia los mismos valores espirituales y morales de lo verdadero,<br />

bueno, bello y santo. La realización de estos valores ocurre a través de la acción conjunta de<br />

todos los pueblos y culturas en la historia universal.<br />

2. Dado que la economía moderna y los transportes, la prensa y la radio, la amenaza de guerra<br />

y la búsqueda de la paz, han unido a los pueblos y continentes como jamás había ocurrido<br />

antes, el reconocimiento de los valores fundamentales comunes en el orden espiritual y moral<br />

es actualmente más importante que en las épocas en que los continentes y culturas apenas<br />

tenían contacto entre sí. La paz mundial se fundamenta no en un sistema de confrontación de<br />

grandes bloques, ni en el equilibrio de armamentos, sino en la unidad espiritual de los pueblos<br />

y los seres humanos. Por eso advertía Pío XII: "Que se abran las fronteras, que se destruyan<br />

las alambradas. Que se conceda a cada pueblo la libre visión de la vida de todos los demás,<br />

que se suprima el aislamiento, tan perjudicial para la paz, de determinados países respecto al<br />

resto del mundo cultural"362. A pesar de todos los "telones de acero" es cada vez más intensa<br />

la conciencia de una vinculación solidaria entre todos los pueblos. Al mismo tiempo, esta<br />

unidad del mundo constituye un desafío a la Iglesia, que si bien se ha confesado siempre<br />

católica, se ha encerrado a veces en un "Occidente cristiano".<br />

Los cristianos están llamados a colaborar en la construcción de un mundo fraterno.<br />

§ 2. La humanidad como comunidad jurídica<br />

1. De la <strong>doctrina</strong> del derecho natural obligatorio para todos los hombres se sigue que la<br />

humanidad es una comunidad jurídica. Todo el orbe de la tierra, enseñaba Francisco de<br />

361 Jerôme Lejeune escribe: "Todos los seres humanos vivientes en el presente tienen los mismos cromosomas".<br />

De ahí se sigue "que el cariotipo (...) de las personas, tal como hoy lo conocemos, originariamente apareció en un<br />

grupo muy limitado, incluso en un único par" ("Über den Beginn des menschlichen Lebens", en: Die<br />

Herausforderung der Vierten Welt, 1973, 45)<br />

362 Pío XII, 23. 12. 1950 (UG 3681).<br />

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