08.05.2013 Views

doctrina social cristiana - Ordo Socialis

doctrina social cristiana - Ordo Socialis

doctrina social cristiana - Ordo Socialis

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

terris", ha de aplicarse sin coacción, "por acuerdo de todos los pueblos". Su radio de acción ha<br />

de "tener vigencia en todas las partes de la tierra" (PT 138).<br />

De todos modos, no se puede desconocer que una intervencón militar de la autoridad mundial<br />

contra un poderoso estado atacante puede adquirir un carácter semejante al de una guerra. La<br />

violencia y la guerra amenazarán siempre a la humanidad. No existe en este eón ninguna<br />

situación que sea ideal bajo todos los puntos de vista, lo que justamente significa que hemos<br />

de empeñarnos con todas nuestras fuerzas en favor de la paz [...].<br />

§ 4. Los límites del poder político y el derecho del pueblo a la resistencia<br />

1. El derecho divino y natural ponen límites fijos al poder político. Son intangibles, sobre<br />

todo, la dignidad personal del ser humano y el orden esencial del matrimonio y de la familia.<br />

En la mayoría de los Estados, los límites del poder político están definidos concretamente en<br />

la constitución que garantiza, por ejemplo, la libertad de conciencia y de expresión, la libertad<br />

de asociación, la libertad de elección de la profesión y del puesto de trabajo, y la protección<br />

de la propiedad. Como en la sociedad moderna conviven personas de diversas confesiones y<br />

cosmovisiones, tiene especial importancia el problema de la tolerancia, no sólo en el ámbito<br />

de la religión, sino también de la educación, de la formación, de la ciencia y en los demás<br />

sectores de la vida cultural. Partiendo del principio de que nadie puede ser obligado a<br />

abandonar sus convicciones, la Doctrina Social Cristiana aboga por la garantía de la tolerancia<br />

tanto en el terreno político como en el <strong>social</strong>. Si en una sociedad ideológicamente pluralista el<br />

Estado asumiera en la práctica, por ejemplo, tareas propiamente educativas a través de sus<br />

autoridades, serían inevitables violaciones de índole religiosa e ideológica. Georg Heppes<br />

quiso ciertamente atribuir al Estado el derecho a "cuidar de la educación dentro de su ámbito<br />

y por sus propios medios". Cuando Heppes explica después que la educación está al servicio<br />

"de lo verdadero, de lo bueno, de lo bello, de lo sublime y santo", habrá que preguntarse<br />

entonces en virtud de qué normas debe el Estado, en una sociedad pluralista, determinar qué<br />

es lo verdadero, bueno, bello, sublime y santo340; pues el supuesto de que hay una educación<br />

y formación objetiva independiente de todas las confesiones religiosas y de todas las<br />

ideologías es una reliquia de la época del liberalismo nacionalista.<br />

Por lo demás, la tolerancia tal vez esté hoy menos amenazada por el Estado que por ciertas<br />

fuerzas y corrientes intra<strong>social</strong>es, por ejemplo, por las orientaciones que ven como suprema<br />

norma obligatoria para todos los sectores de la vida intelectual la llamada ciencia positiva,<br />

libre de prejuicios, y que defiende más o menos abiertamente la tesis de que un intelectual que<br />

admita la existencia de verdades filosóficas y religiosas, no está llamado a ocupar la cátedra<br />

de una universidad. Prescindiendo de que toda ciencia se basa en supuestos filosóficos, por<br />

ejemplo de naturaleza gnoseológica, el reproche de "estrechez confesional" debe ser<br />

calificado de ofensivo y calumnioso.<br />

Digna de consideración es también la tendencia a limitar la tolerancia a la conciencia<br />

individual y a negar la existencia de las comunidades y de sus instituciones como, por<br />

ejemplo, las guarderías católicas o los sanatorios. En una sociedad pluralista, una comunidad<br />

ha de tener derecho a vivir y a crear instituciones según sus propias creencias, es decir,<br />

instituciones que respondan a esas creencias (instituciones confesionales).<br />

2. Aunque la Sagrada Escritura dice que la autoridad estatal es "ordenada por Dios", cualquier<br />

Estado y cualquier gobierno llevará en sí la insuficiencia de todo lo terreno y creado. A todas<br />

340G. Heppes, Die Grenzen des Elternrechts. Darmstadt, 1955, 101 y ss.<br />

156

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!