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doctrina social cristiana - Ordo Socialis

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Agustín en su "Ciudad de Dios": un pirata fue llevado ante la presencia de Alejandro Magno.<br />

"Alejandro le preguntó por qué hacía inseguro el mar con sus pillajes. El contestó con tozuda<br />

franqueza que lo hacía con la misma justificación con que Alejandro perseguía conquistar el<br />

mundo entero. Pero, continuó, como yo lo hago sólo son un barco pequeño se me llama<br />

ladrón. Como tú haces lo mismo con una flota poderosa, y con mucha gente, te llamas<br />

emperador. Pues no hay otra diferencia entre tú y yo, más que a mí me fuerza la necesidad,<br />

mientras que a ti te arrastra la avidez ilimitada. Finalmente murió Alejandro y fue enviado al<br />

infierno con su robo"311. "¡Quien pudiera -escribió el arzobispo florentino Antonino en el<br />

siglo XV- enumerar todos los males que las guerras traen consigo! ¡Tantas violaciones,<br />

deshonras y adulterios!"312. Bartolomé de las Casas describía en el siglo XVI las guerras<br />

coloniales de América como un "robar, dar fastidio, enviar a cautiverio, destrozar seres<br />

humanos, despoblar reinos, convertir la fe y la religión <strong>cristiana</strong>s en repugnancia maloliente<br />

para los pacíficos paganos"313. La <strong>doctrina</strong> tradicional de guerra y paz, busca no abrir las<br />

puertas a la furia de la guerra, sino erigir barreras contra ella. Jörg Fisch ha [...] demostrado,<br />

que en la Edad Media los acuerdos de paz estaban determinados por la idea de "culpapenitencia-perdón",<br />

que se expresa con palabras como "perdonar" y "disculpar". En los<br />

tiempos modernos se han introducido en su lugar vocablos secularizados como "suspender",<br />

"olvidar" o "amnistía"314. Desde la <strong>doctrina</strong> tradicional <strong>cristiana</strong> sobre la guerra y la paz<br />

habla un espíritu diferente al de la palabra de Heinrich Rogge, según el cual la guerra es una<br />

costumbre de lucha colectiva que el ser humano comparte con algunos otros animales <strong>social</strong>es<br />

(!)"315. También se equivocaba Carl Ph. G. von Clausewitz cuando en su tiempo opinaba que<br />

las guerras de los pueblos cultos modernos eran "mucho menos crueles y destructivas que las<br />

guerras de tiempos pasados"316. Es inherente a la guerra en cuanto tal la tendencia a la<br />

violencia extrema y sin escrúpulos. Cuanto más "alejada de Dios" llega a estar la humanidad,<br />

tanto más crueles son las formas que adoptan las guerras.<br />

b) Guerra y paz en la era atómica<br />

Las reservas de armas nucleares, biológicas y químicas crecen permanentemente. Aunque<br />

sólo un reducido círculo de especialistas conoce bien los detalles, es seguro que las armas<br />

almacenadas son enormes en número y capacidad de destrucción. Una bomba atómica común<br />

con una fuerza explosiva de un megatón abre -según dicen los expertos- en suelo arenoso seco<br />

un cráter de 90 metros de profundidad y de 1000 metros de diámetro. Ondas expansivas,<br />

ondas de calor y radioactividad se combinan en una terrible orgía de aniquilación y llevan, por<br />

medio de quemaduras, destrozo de órganos y daños radioactivos, a la muerte horrible de<br />

innumerables seres humanos. Mientras que la onda expansiva de una bomba atómica media<br />

actúa destructivamente en un radio de diez kilómetros, la onda expansiva y la radiación<br />

calórica del arma de neutrones -que no se fabrica como bomba, sino como granada o cohete-<br />

son relativamente pequeñas. Pero en este arma de corto radio de acción es tanto más fuerte la<br />

radicación de neutrones, que en un radio de un kilómetro produce a todo ser humano una<br />

muerte muy dolorosa, en una agonía que dura de uno a catorce días.<br />

311El texto aparece en Antonin v. Florenz, Summa theol. Pars II. Tit. 1 c 12. § 3.<br />

312Ibidem, Pars II, Tit. 7. c. 7 § 3.<br />

313B. de las Casas, Disputa o Controversia con G. de Sepúlveda, Resp. a la obj. 4, 100.<br />

314J. Fisch, Krieg und Frieden im Friedensvertrag. Eine universalgeschichtliche Studie über Grundlagen und<br />

Formelemente des Friedensschlusses. Stuttgart, 1981.<br />

315H. Rogge, Nationale Friedenspolitik. Berlín 1934, 537.<br />

316 C. v. Clausewitz, Vom Kriege. Berlín/Leipzig, 1915 (9ª ed.), 4 (1ª ed. 1832-1834). Lenin recomendó a todos<br />

los funcionarios del partido “estudiar a fondo” la obra Vom Kriege (“Acerca de la guerra”).<br />

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