08.05.2013 Views

doctrina social cristiana - Ordo Socialis

doctrina social cristiana - Ordo Socialis

doctrina social cristiana - Ordo Socialis

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

otras formas políticas como, por ejemplo, la monarquía. En principio hay que recordar en esta<br />

cuestión la advertencia de León XIII: "Cuando se consideran cuestiones puramente políticas,<br />

por ejemplo, la mejor constitución del Estado o el modo de administrarlo, es posible la<br />

diversidad de opiniones sin contradecir la ley moral. No es por tanto justo hacer reproches a<br />

otros porque en tales cuestiones tengan opiniones diversas, y mucho mayor es todavía la<br />

injusticia cuando se les culpa de haberse apartado de la fe o de infidelidad a ella -como para<br />

nuestro pesar ha ocurrido a veces"302<br />

[Las experiencias con las ideologías fascistas, del nacional<strong>social</strong>ismo y del <strong>social</strong>ismo<br />

marxista, han conducido a la Iglesia de un modo cada vez más claro y firme a apoyar al<br />

Estado constitucional democrático. Esto se muestra ya en muchos discursos de Pío XII<br />

durante la Segunda Guerra Mundial y aparece con toda claridad en la encíclica "Pacem in<br />

terris" (1963), como también en la Constitución Pastoral del Concilio Vaticano II "Gaudium<br />

et Spes" (1965). Tomando pie del principio, al que hay que atender continuamente, según el<br />

cual la persona "es la raíz (...), la portadora y el fin de las instituciones <strong>social</strong>es" (GS 25, 1;<br />

cfr. 26, 3; 63, 1), los documentos de la joven Doctrina Social de la Iglesia se deciden<br />

unívocamente por un Estado de derecho constitucional y libre303. Después, la carta<br />

apostólica de Pablo VI "Octogesima adveniens" (1971) ya se ocupó antes que "Sollicitudo rei<br />

<strong>social</strong>is" y "Centesimus annus" del tema de la relación entre Iglesia y democracia. Aun<br />

cuando la Doctrina Social de la Iglesia "no intervenga para ratificar una estructura<br />

determinada en virtud de su autoridad o proponga un modelo prefabricado, no se limita<br />

simplemente a recordar algunos principios fundamentales" (OA 42). Esas afirmaciones<br />

generales se aclaran en el ejemplo de la relación entre Iglesia y democracia: "Octogesima<br />

adveniens" habla de "la pretensión de igualdad y (...) de la participación" como "formas de<br />

expresión de la dignidad humana" (OA 22). De ahí se saca la siguiente consecuencia: "La<br />

citada doble exigencia de igualdad y participación apunta a una determinada forma de<br />

sociedad democrática. Hay diferentes formas posibles; algunas han sido ya ensayadas; pero<br />

ninguna de ellas se ha realizado satisfactoriamente, por eso es preciso ensayar soluciones<br />

válidas entre la ideología y la experiencia práctica" (OA 24). Con ello muestra una clara<br />

dirección: aun cuando haya tan diferentes posibilidades como diferentes tipos de órdenes<br />

democráticos que busquen realizar la igualdad y la participación en el sentido de la imagen de<br />

persona que propone la Iglesia, en cualquier caso hay que tender a un orden democrático.<br />

En las citadas afirmaciones se encuentra la limitación histórica que tiene lugar en el momento<br />

de la elección de la forma de gobierno "la cual debe reflexionar acerca del estado y la<br />

situación actual de cada pueblo, que es diferente dependiendo del lugar y del tiempo" (PT<br />

68)304. Esta delimitación hace relación a los obstáculos concretos que los países pueden<br />

encontrar en el camino hacia la democracia, sin que por ello quede atenuado el deber de llegar<br />

a conseguir el fin. De ello no se sigue ninguna coartada para dejar tranquilamente pasar el<br />

tiempo como ocurre sobre todo en algunos países en vías de desarrollo con la democracia; en<br />

particular, no se sigue una legitimación para momentos de transición de "dictaduras para el<br />

desarrollo". En las encíclicas <strong>social</strong>es "Sollicitudo rei <strong>social</strong>is" y "Centesimus annus" Juan<br />

Pablo II ha acabado con tales justificaciones. El ve en la falta de relaciones democráticas una<br />

de las causas fundamentales del subdesarrollo en el mundo y por ello exhorta: determinados<br />

Estados "necesitan reformar algunas estructuras y, en particular, sus instituciones políticas,<br />

para sustituir regímenes corruptos, dictatoriales o autoritarios, por otros democráticos y<br />

302 León XIII, Encíclica "Inmortale Dei"; ver también GS 43, 75, 92.<br />

303 Cfr. PT 60-79; GS 31, 3, 73-75.<br />

304 Cfr. en particular PT 60-79; GS 31, 3, 73-75.<br />

144

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!