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doctrina social cristiana - Ordo Socialis

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) Tan pronto como en una región determinada, por ejemplo en un país recientemente<br />

colonizado, la conciencia de solidaridad política une a las personas que viven en ella, tales<br />

pobladores constituyen el corpus mysticum del Estado, mientras que una masa humana<br />

desordenada "sin unidad física ni moral" no es todavía un corpus politicum291. Esta<br />

conciencia de solidaridad es sin duda un elemento espiritual, y no un ciego instinto biológico,<br />

pero no supone ningún pacto expreso en el origen del Estado. En este sentido, el Estado no es<br />

"obra de humanos" sino "naturaleza"292. En esto se manifiesta la esencial diferencia entre la<br />

filosofía política <strong>cristiana</strong>, tal como fue explicada sobre todo por los grandes teólogos<br />

españoles del siglo XVI, y la teoría individualista del pacto de un Hobbes o de un Rousseau.<br />

c) Cuándo una formación <strong>social</strong> cumple los supuestos que le corresponden como supremo<br />

guardián del bien común, dependerá en gran parte de la respectiva situación <strong>social</strong>, política y<br />

económica. El mero nombre no constituye un Estado. En la antigua Grecia, la polis fue tal vez<br />

"Estado" en el pleno sentido de la palabra. Actualmente está justificado preguntar si los<br />

tradicionales estados nacionales de Europa pueden cumplir por sus propias fuerzas las<br />

funciones de supremo garante del bien común. Desde el punto de vista económico, político y<br />

militar, estos estados están tan necesitados unos de otros –muchas veces a consecuencia de la<br />

evolución técnica y política–, que ciertas tareas vitales y superiores del bien común sólo<br />

pueden ser cumplidas en conjunto.<br />

Decisiva es la cuestión acerca de qué fuerzas espirituales proporcionarán el rostro a una<br />

Europa unida federalmente. Una Europa puramente tecnocrática no tendría ninguna<br />

persistencia. La cultura de Europa, en la que los elementos griegos, romanos, germanos, celtas<br />

y eslavos, fueron integrados por el cristianismo, se funda en el respeto de la dignidad de la<br />

persona y en el reconocimiento de de la libertad de decisión y de conformación. El<br />

Cristianismo deberá seguir siendo, también en el futuro, el alma de Europa.<br />

d) Los ciudadanos son, por una parte, portadores de la vida política y, por otra, "súbditos". A<br />

consecuencia de la gran población y de la gran densidad y complicación <strong>social</strong> que resulta de<br />

ello, la "institucionalización" se ha extendido cada vez más en los grandes estados modernos,<br />

de forma que muchas personas perciben al Estado casi sólo como institución y organización<br />

de dominio, pero apenas como organización de personas. La Doctrina Social Cristiana destaca<br />

ambos aspectos del Estado; sin embargo, acentúa decisivamente la conciencia de<br />

responsabilidad de los ciudadanos.<br />

e) Puesto que el Estado está fundado en la naturaleza humana, en último término tiene su<br />

origen en Dios, creador de la naturaleza: "Vivir en el Estado se lo impone a la persona su<br />

naturaleza humana o, mejor, Dios, creador de la naturaleza"293.<br />

291 . F. Suárez, De Legibus III, c. 2, n. 4.<br />

292 . F. de Vitoria, De potestate civili, Getino, II, 179.<br />

293 León XIII, Encíclica “Diuturnum illud".<br />

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